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22 de Octubre de 2021

Priscilla Nowajewski, científica: “La gente se ha enamorado de Marte tratando de buscar vida ahí”

Patricio Vera

Se dedica a estudiar planetas dentro y fuera del Sistema Solar, con la esperanza de encontrar algún tipo de vida. Junto a otros profesionales con los que formaron la Fundación Ciencias Planetarias, lanzaron recién un libro multidisciplinario que titularon simplemente “Vida”. En esta entrevista, Priscilla Nowajewski habla de los avances, las certezas, los sueños y las interrogantes que se abren a partir de ese viejo y vigente ejercicio de escudriñar el cielo.

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Priscilla Nowajewski no la conoce, porque es una canción que sonaba cuando ella recién nacía en 1984. Pero el título es perfecto para retratar las dos pasiones de esta científica que estudia planetas y que además pinta acuarelas donde abundan los barcos. “Barco a Venus”, del grupo Mecano, calza a la perfección con ella. Podría ser su banda sonora personal o el nombre de su próxima exposición, le sugerimos. Ella, que por ser joven no sabe de estas músicas que ya son viejas, dice que va a buscarla en internet y la va a escuchar.

-Aunque apenas dijiste “Barco a Venus”, altiro me imaginé algo -, señala, entusiasmada. Y reconoce, dejando claro sus gustos, que ella es más del estilo de “Cosmic Girl” (“Chica cósmica”), de Jamiroquai.

Priscilla hizo su pregrado en Física y un doctorado en Fluidodinámica, pero se define a sí misma como científica planetaria. O climatóloga de exoplanetas. Dedicada a ese campo interdisciplinario que estudia los procesos que ocurren dentro de un planeta y su interacción con el medio que lo rodea. Con el sueño extra, claro, de en algún momento encontrar en ellos vida. Hace tres años se convirtió en la representante en Chile de The Mars Society -organización internacional dedicada a promover la exploración y el asentamiento de humanos en Marte- y poco después, junto a conocidos de la universidad, levantaron la Fundación Ciencias Planetarias, que ella preside.

Hace apenas un mes, sumó otro paso más.

Junto a siete partners de la fundación -geofísicos, geólogos, astrónomos, meteorólogos- lanzaron “Vida” (Editorial Montacerdos), un contundente libro que recorre la formación de los planetas, el nacimiento de la vida en la Tierra, la alucinante complejidad de ese fenómeno y cómo podría darse -o no- en otros rincones del universo. Su lectura es adictiva. Hay información, gráficos, fórmulas matemáticas, pero también mucha historia. Hay explicaciones precisas y reflexiones que hacen volar la cabeza, literalmente, por el cielo.

Sesión online con los autores del libro “Vida”.

“Estudiar un planeta no es sencillo, necesitas muchas áreas para entender lo que está pasando allí. Eso es lo que hicimos en este libro. La mayoría somos amigos desde la universidad, y además se nos integró un biólogo. La gente tiende a ver la búsqueda de vida en otros planetas como ciencia ficción, y no como un tema con peso científico importante. Esa ha sido nuestra misión”, dice Priscilla, quien fue la autora del octavo y último capítulo, llamado “¿Estamos solos?”.

¿Qué diferencia hay con los libros de divulgación científica que han publicado José Maza o María Teresa Ruiz? Ellos ya han abordado la vida en la Tierra, las características de Marte, el Sol…

-La gran diferencia es que somos varios autores expertos en temas distintos. Es un libro interdisciplinario, que tiene mucha información: incluso puede ser usado en los colegios y en la universidad como libro de consulta. En general no hay textos en español dedicados a este tema (las ciencias planetarias) y queremos que el lector entienda en su idioma nativo estas materias que son tremendamente complejas. Otra diferencia es que, sin miedo, ponemos ecuaciones, diagramas, fórmulas. Nos arriesgamos en eso. Le decimos al lector: Si a ti te gusta esto, hay matemática de por medio, no les tengas miedo.

¿Hay un asunto generacional también? Ustedes son todos profesiones de treinta y tantos. ¿Marca eso una diferencia?

-Sí. Es súper interesante eso. Maza dijo en una de sus charlas de que él tuvo la oportunidad en el año 69 de ver cómo el hombre llegaba a la Luna, y eso a él lo marcó profundamente. Y fíjate que nosotros ahora como científicos, recién saliendo de doctorados y magíster, nos estamos enfrentando a otras cosas: a minería espacial, a Marte, a colonizar la Luna… Imagínate la envergadura de todo esto. También nos toca el cambio climático… Son problemas y desafíos mucho más complejos. Por eso debes trabajar en equipo, porque solo no podrás abarcar todos esos conocimientos.

¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ DEL SISTEMA SOLAR?

Desde niña, a Priscilla Nowajewski le gustó mirar el espacio. Girar la cabeza hacia arriba y enfocarse en el cielo. Lo hacía cuando era chica e iba a visitar a su abuela en un campo en Los Ángeles. Y lo siguió haciendo también después, aunque de maneras distintas. A los 12 ó 13 años, se fascinó con los ovnis y los extraterrestres. Eran los tiempos donde ese tema era un boom. Veía películas, iba a un grupo que se juntaba a conversar de eso en el Planetario, se encantó con la ciencia ficción. Se asustaba a veces con lo que escuchaba, pero se sentía fascinada. Iba a charlas sobre el espacio a la FIDAE. Volvía a mirar hacia el cielo y pensaba: “Quizás algo ande por ahí”.

-Aunque la ciencia aún no ha podido comprobar nada, la posibilidad de vida en otros planetas es un tema que nos seduce a todos. Reforzado por el cine, por la literatura, por tanta historia fantástica.

-Claro, es un poco como cuando en la noche te pones a mirar las estrellas y de repente viene esa sensación sobrecogedora de que el universo es tan grande y tú eres tan pequeño: empiezas a preguntarte ¿será que hay algo más allá afuera?; hay planetas, estrellas, ¿pero habrá alguien más por ahí? Eso ha traspasado siglos; imagínate Copérnico, Giordano Bruno… Esa pregunta es mucho más grande que nosotros incluso. Igual hay que hacer una distinción. Que nosotros estemos aquí en la Tierra no es algo al azar, hay condiciones muy particulares que se tienen que cumplir para que nosotros seamos hoy lo que somos, con dos brazos, dos piernas, una cabeza. Por eso, probablemente la vida que se encuentre, y es lo que se espera con las nuevas misiones por ejemplo en Marte, sean microorganismos que pueden vivir en ambientes donde nosotros no podemos. Probablemente no encontremos personas similares a nosotros, pero sí microorganismos: es la primera evidencia de que podría existir algo más complejo de vida en un planeta.

Maza dijo en una de sus charlas de que él tuvo la oportunidad en el año 69 de ver cómo el hombre llegaba a la Luna, y eso a él lo marcó profundamente. Y fíjate que nosotros ahora como científicos, recién saliendo de doctorados y magíster, nos estamos enfrentando a otras cosas: a minería espacial, a Marte, a colonizar la Luna.

-El descubrimiento de exoplanetas (planetas fuera del Sistema Solar), ¿ampliaron entonces el rango de esa búsqueda?

-El primer exoplaneta se descubre en 1995. Eso en la comunidad científica abre un horizonte nuevo. Toda esta búsqueda de vida había quedado un poco estancada por las misiones espaciales, porque ellas mostraban que no había vida afuera. Pero aparece este primer exoplaneta y cambia el tema. La variedad de exoplanetas es tan grande que eventualmente puede ser que se encuentre algo por ahí, hay más posibilidades. Ya se han descubierto 4.200 exoplanetas, y subiendo.

-Renacen las esperanzas…

-Claro. Lo fascinante es que los proyectos que han habido hasta el momento lo único que están haciendo es buscar y encontrar exoplanetas. Pero no se sabe la composición química de sus atmósferas; y al saber eso se puede tener una idea por ejemplo de la dinámica atmosférica, información que se mete a los modelos y te pueden dar indicios de que eventualmente podría haber vida en ese planeta.

-¿Por qué eso no está haciendo hoy, si es tan clave?

-Por la tecnología. Todas las cosas se van generando paso a paso, con un protocolo. La misión que se ve a lanzar este año, y que estamos todos esperando, finalmente va a permitir hacer espectroscopía, como un barrido de la composición química de las atmósferas de estos exoplanetas. Recién ahí vamos a tener una idea. Es un tipo de instrumento que va a mirar con otros ojos y dará más información que lo que estás viendo desde la Tierra. No tiene que lidiar con nuestra atmósfera, entonces la información da es mucho más limpia; es un dato más fino.

-En el libro dices que de los 4.200 exoplanetas encontrados, hay 50 que cumplirían las condiciones de permitir vida…

-Sí. La base para entender si un planeta es o no habitable es que tenga agua líquida en su superficie. Para que eso ocurra, el planeta debe estar a una distancia determinada de su estrella, dentro de la llamada zona habitable. Eso por el lado astronómico. Pero cuando luego la geofísica empieza a trabajar este tema, en temas atmosféricos, se da cuenta que no basta sólo con la radiación que le llega al planeta, sino que también importan los procesos internos que se producen en ese planeta.

Que nosotros estemos aquí en la Tierra no es algo al azar, hay condiciones muy particulares que se tienen que cumplir para que nosotros seamos hoy lo que somos, con dos brazos, dos piernas, una cabeza. Por eso, probablemente la vida que se encuentre, y es lo que se espera con las nuevas misiones por ejemplo en Marte, sean microorganismos que pueden vivir en ambientes donde nosotros no podemos.

-¿Hay algún exoplaneta que se esté mirando con especial atención?

-El sistema planetario que ha generado más revuelo es el que está alrededor de la estrella Trappist. En el fondo, lo que se encontró allí es que no hay uno sino varios planetas que tienen el tamaño similar a la Tierra y que están dentro de la zona habitable de esa estrella. Es un sistema muy parecido a lo que tenemos en nuestro Sistema Solar; aunque no tiene un Júpiter, un Saturno… Son como Tierras ordenadas en su órbita.

MARTE, ETERNA SEDUCCIÓN

-Para explorar vida en exoplanetas aún nos falta tecnología y tiempo, entonces seguimos buscando dentro de nuestro Sistema Solar. De la zona habitable, entiendo que Venus se descarta porque es un planeta muy caliente, sin agua, con atmósfera pesada y gruesa. Entonces nos queda Marte.

-Me encanta la historia de Marte, de cómo la gente se ha enamorado de Marte tratando de buscar vida ahí. No es sólo de ahora, sino del momento en que (Percival) Lowell y (Giovanni) Schiaparelli estaban mirando a través de sus telescopios y veían esta suerte de canales en Marte y aseguraban que ahí había gente como nosotros que los había construido. Finalmente fue un tema de resolución: los telescopios y la turbulencia de la atmósfera no permitían ver con precisión. Pero el tema pareciera que ha estado siempre en el corazón de la gente. Cuando las misiones espaciales van a Marte, todos se desalientan un poco: venían con toda esta euforia de que iban a encontrar vida, otras personas; y llegan y no hay nada. Tremenda desilusión.

-Pero la Historia muestra que siempre hay entusiastas que persisten…

-Claro, está (Wernher) von Braun, quien hizo cohetes y soñaba con ir a Marte; de hecho, el libro que él escribe es una guía de cómo colonizar Marte. Por eso te decía que es increíble cómo se va formando esta fascinación por el planeta rojo. No es sólo de ahora que se sabe está en el extremo de la zona habitable, sino que es un contexto histórico. Yo creo que Von Braun se encargó de fomentar estas historias, porque logra hacer los cohetes que llevan el hombre a la Luna, pero siempre su objetivo fue ir a Marte. Él hizo los cohetes pensando ir a Marte. Todo este tema de ir a Marte viene un poco porque su legado nos dejó eso.

El cráter Jezero, en Marte.

-Descartada la idea de encontrar algo similar a nosotros en Marte, la vida que se busca allí es como esos microorganismos que hablabas antes, ¿no?

-Claro.

-En el libro dices que el ser humano podría llegar a Marte en el 2030. Eso es prácticamente mañana…

-Tiene que ver con el desarrollo privado finalmente. Siempre pensamos en la NASA cuando hablamos de viajes interplanetarios, pero ahora tenemos a China, Rusia, India, la Unión Europea, hay muchos actores en el tema espacial. Pero todos están limitados por un presupuesto que les da el gobierno. Deben ajustarse a eso. En cambio, los privados no. ¿Qué está haciendo Elon Musk?: está logrando generar rápidamente convenios con agencias gubernamentales para poder levantar su negocio y desarrollar más rápido la tecnología. Tiene mucha gente dedicada específicamente a ese tema, no sólo mejorar los cohetes, sino pensar en las casas modulares y ese tipo de cosas que ya están pensadas para la colonización humana en Marte. Desde el lado privado es mas rápido, y el nivel de inversión es más alto.

-En una entrevista, Maza me dijo algo similar: que la llegada del hombre a Marte sería el 2033, porque ese año estaría en su menor distancia con la Tierra: unos 50 millones de kilómetros. ¿Coincides?

-Tiene toda la lógica. Estos planetas se mueven, entonces Marte cada cierto tiempo se aleja más de la Tierra; y en cierto tiempo está más cerca. Cuando se acercan más es el mejor momento para viajar. Finalmente es así porque se calcula. La mecánica celeste, que es el área de la astronomía que calcula las órbitas, es muy precisa.

-Pero una cosa es que un grupo de astronautas llegue a Marte, y otra distinta es poblar ese planeta con terrícolas, asunto que muchos sueñan. En Marte hay menos gravedad, escaso aire, alta radiación cósmica, tormentas solares demoledoras…

-El Sol cada 11 años tiene un ciclo, llega a un máximo y ahí es cuando ocurren estas llamadas tormentas solares que afectan a todo el Sistema Solar. A todos nos llega esta radiación, estas partículas cargadas. El tema es que en la Tierra tenemos nuestro campo magnético que nos protege. Marte no lo tiene y esa falta hace que le lleguen estas partículas muy intensamente. Además de que la radiación es muy intensa en su superficie, también está evaporando la atmosfera ya débil que tiene. Ahí se genera el problema, porque todos los que quieren colonizar Marte quieren generar las mismas condiciones de la Tierra…

Siempre pensamos en la NASA cuando hablamos de viajes interplanetarios, pero ahora tenemos a China, Rusia, India, la Unión Europea, hay muchos actores en el tema espacial. Pero todos están limitados por un presupuesto que les da el gobierno. Deben ajustarse a eso. En cambio, los privados no.

-Hay optimistas que hasta imaginan un asentamiento con domos unidos a través túneles subterráneos, donde se recreen condiciones que permitan la vida humana. ¿Es posible?

-Lo que se tiende a pensar es que la gente va a vivir en cuevas, bajo tierra y no solamente en estos domos, porque se busca cuidarse de la radiación… Sin embargo, hay problemas importantes: de partida, ¿cómo generas materiales de construcción? Además de comida y oxígeno. Todo eso debes generarlo allá, no puedes llevarlo desde la Tierra. Pienso también en el manejo de residuos, por ejemplo. Van a tener que hacerlo sí o sí, y quizás de ahí van a salir sus materiales de construcción, su material para poder hacer crecer plantas, lechugas, papas. Deben alimentarse de alguna forma. Aunque olvídate de la carne, no vas a llevar animales para allá: la alimentación va a hacer prácticamente vegana, en base probablemente a suplementos alimenticios; ¿y cómo haces esos suplementos allá?

Una nebulosa.

-Entonces, armar una colonia humana en Marte; ¿lo ves a corto, mediano, largo plazo?

-Corto plazo para nada.

-O sea, no lo podremos ver ni tú ni yo…

-Probablemente no.

-Aunque el apuro de Elon Musk podría sorprendernos.

-Lo que está intentando Elon Musk con Starship, que son unos cohetes gigantes y reutilizables, es tratar de llevar un millón de personas pronto a Marte. Lo fome de Musk es que su motivación es estar escapando de nuestro planeta porque él cree que va venir una hecatombe mundial y que ésa es la única forma de salvar la humanidad. Pero en el fondo, está generando tecnología que nosotros hace unos atrás ni imaginábamos. Imagínate cohetes reutilizables… era como un sueño. Elon Musk, pese a sus ideas descabelladas, lo que está haciendo es decir: se puede.

LA LUNA, UNA ESTACIÓN DE SERVICIO

-¿Y habitar la Luna?

-Es complejo.

– Tiene 14 días de sol a 140 grados y 14 días de noche con -150; no tiene atmósfera; la fuerza de gravedad es seis veces menor que en la Tierra…

-Hay varias cosas que le pasan al cuerpo humano cuando está en condiciones distintas a las de la Tierra, y eso es algo que se ha estudiado mucho en los astronautas. Por ejemplo, el tema de la gravedad es súper importante. Uno de los fenómenos que se producen es que tú no puedes mantener la orientación si no tienes gravedad. Los fluidos dentro tuyo están gobernados por la gravedad. Se ha visto que los astronautas cuando llegan después de muchos días de misión espacial, no se pueden parar, no se pueden el cuerpo, los deben ayudar a moverse. No es sólo que la Luna sea inhóspita en sí, sino que están estos efectos que se producen a largo plazo.

-¿Qué va a pasar con la Luna entonces?

-La Luna se está planteando ahora como el paso camino a Marte, como pasar a llenar de bencina el auto. El viaje a Marte es muy largo; en el mejor de los casos pueden ser de entre 6 y 8 meses, y en el peor de los casos como 2 ó 3 años. Entonces hay que reabastecerse.

Lo fome de Musk es que su motivación es estar escapando de nuestro planeta porque él cree que va venir una hecatombe mundial y que ésa es la única forma de salvar la humanidad.

-La Luna como estación de servicio; parece gracioso.

-Sí, pero igual hay proyectos de colonizar la Luna. De hecho, se está pensando mucho antes que llegar a Marte. Ésa es la misión Artemisa, que va a poner la primera mujer dentro de la tripulación y que va a llegar a la Luna el 2024. Ahí empieza la construcción, ésa es la idea y está avanzando; por ejemplo, Nokia hace un tiempo atrás ya había firmado convenios para tener internet en la Luna. O sea, la Luna no se descarta para nada, no está en la lista negra.

-Muchas historias y sueños sobre vida en el espacio. Aunque al final del libro, escribes que tal vez la Tierra sea un planeta con condiciones únicas y excepcionales; y finalmente sí seamos los únicos seres vivos del universo. ¿Lo dices con resignación, con desánimo, con alegría?

-Es difícil incluso ponerlo en palabras… Después de tantos años de imaginar que eventualmente se puede encontrar algo, de tener paciencia, de tener la esperanza, finalmente cuando uno lee publicaciones, cuando uno empieza a ver los resultados actuales, dices: bueno, son tan complejas las condiciones que logró tener la Tierra… Imagínate que la Luna le hace el peso gravitatorio para que se mantenga estable, eso es algo tremendamente difícil de encontrar con otros planetas… O que nuestra estrella, el Sol, también es bastante estable… O que cuando uno empieza a estudiar el clima de la Tierra hacia atrás, te das cuenta de que cuando la vida aparece es cuando empiezan a ocurrir también estos cambios que ayudan a que aumente el oxígeno… Todo ese tipo de cosas es como una mezcla de factores difícil de encontrar; y más encima estamos en un lugar específico en el Sistema Solar… Eso hace -y es la idea del libro también- que valoremos mucho más la vida que conocemos. Probablemente no encontremos nada como nosotros en otro lado.

-¿Pero cuál es el estado de ánimo con que escribiste esas líneas finales en el libro?

-Creo que es melancolía.

Título: “Vida. Su origen, evolución y búsqueda en el espacio”
Autor: Fundación Ciencias Planetarias
Sello: Montacerdos     
Páginas: 262   
Precio: $19.900

También puedes leer: Las búsquedas y la ansiedad de la joven astrónoma chilena Teresa Paneque


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