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Entrevistas

25 de Octubre de 2021

Tulio Triviño: “A Provoste le aconsejo que sea soberbia, vanidosa y arrogante”

The Clinic desempolva una clásica entrevista a Tulio Triviño en donde nos hablaba de la emergencia energética, le daba consejos políticos a Provoste y exponía su visión sobre las encuestas. Al parecer las cosas no han cambiado mucho con el pasar de los años.

Por

Por Manganeso Tapioca

Tulio Triviño se ve despreocupado cuando nos recibe en su mansión. Lo encontramos con su bata aún puesta, disfrutando de su colección de lavadoras para lavadoras. Amablemente nos pide que esperemos en la piscina de abajo mientras se arregla.

Al día siguiente, baja vestido de manera casual, sonriéndonos mientras nos pregunta si nos gustó la cena de anoche y el desayuno de hoy en la mañana.

En la cúspide de su fama, Triviño llegó a ser el periodista de mayor credibilidad del medio. Su rostro ha vendido miles de cajas de una conocida comida para ratones y los titulares con sus sensacionales declaraciones (le preguntó al Papa por la salud de su señora en una audiencia privada), han marcado pauta en la historia del reporteo.

Hoy, su siempre inquieta carrera está a punto de dar un nuevo giro, al estrenarse su primera película. Sin embargo, Tulio luce tranquilo, en paz con la vida y ajeno a la presión del éxito. “Recientemente tomé un curso de pintura —señala— y luego contraté al profesor para que pintara mi pieza”.

La película

The Clinic:
¿Es muy desocupada la vida de un periodista que ha alcanzado la plenitud?

Tulio:
No diría desocupada, sino más bien vacía. Ahora me compré una máquina de ejercicios que hace los ejercicios sola, sin que me tenga que subir a ella. Y escribo en mi blog sobre mi particular punto de vista del acontecer nacional. Siempre estoy ocupado y a veces no me aburro.

The Clinic:
Se le ve relajado, a pesar de estar a punto de estrenar una súper producción protagonizada por usted…

Tulio:
Así es, estoy tan relajado que permito que me preguntes lo que quieras.

The Clinic:
¿Qué edad tiene?
Tulio:
¡Mocoso impertinente!, ¿crees que puedes venir acá a faltarme el respeto? Yo no tengo edad, eso es para los vanidosos que les gusta celebrar sus cumpleaños. ¿Cómo se llama tu jefe?

The Clinic:
Pablo Vergara (Algo enajenadamente, Tulio toma su iPhone enchapado en dientes de mangosta y marca un número. “Aló, Pablito, habla Tulio Triviño… ¿Cómo que quién soy?!!!!. ¿Cuál es tu jefe? (Tulio marca otro número en su iPhone y espera) Aló Patricio. Sí, con Tulio. Tulio Triviño. Tulio Triviño Tufillo. Tulio Triviño Tufillo, el de 31 Minutos. Tras unos momentos, Tulio corta el iPhone y disimula ante nosotros).

Tulio:
Bueno, ¿en qué íbamos?

The Clinic:
Se indignó porque le pregunté su edad.

Tulio:
Ah, Bueno, te perdono. Siguiente pregunta.

The Clinic:
En el adelanto de “31 Minutos, la película”, se le ve furioso con su asistente personal Juanín Juan Harry. ¿Qué pasó?

Tulio:
¡Detalles! El pobre no se dio cuenta de mi importancia y por eso quise darle un tirón de orejas. Reconozco que cuando constaté que no tenía orejas, me sulfuré más de la cuenta. Pero todo se debió a un malentendido. Cuando empezó la filmación, me dio flojera actuar y después me di cuenta de que eso provocaba mi ausencia permanente en el film. Por eso Juanín tuvo que volver a filmar para incluirme a mí como protagonista del guión y toda la acción. Un par de cambios.

The Clinic:
¿Hubo censura en la película, como se comenta?

Tulio:
Jamás hubiera aceptado una censura. Lo que pasó fue que la versión original de seis horas se tuvo que acortar. Para ello se trajo un especialista del gobierno iraní, que sugirió ligeros ajustes que transformaron la película de una incómoda crítica social a una familiar comedia liviana.

The Clinic:
Dicen que sus exigencias a la producción fueron absurdas y que en el set se comportó de manera poco profesional.

Tulio:
¿Quién dijo eso?, ¡una de mis absurdas exigencias fue que no se divulgaran mis exigencias absurdas! Respecto a ser poco profesional, me río en la cara de quienes lo dicen. Creo que es mucho menos profesional haberme contratado, por darte un ejemplo.

The Clinic:
Pero, ¿es verdad que usted exigió tres refrigeradores de caviar del Volga y no se comió ni un canapé?

Tulio:
No me lo comí porque estaba malo. Parecían huevos de pescado, ¡casi vomito!

The Clinic:
¿Es verdad que exigió que nada que estuviera cerca suyo diera sombra?

Tulio:
¡Me estás haciendo quedar como un monstruo! Esos son pequeños detalles, ustedes los periodistas principiantes siempre se fijan en lo más nimio y no en lo importante.

The Clinic:
¡Pero se dice que usted despidió a 63 empleados por haberle dado sombra, entre ellos al quinto director, al guionista y al chofer!

Tulio:
Mira, hay gente a la que no le gusta que le fumen en la cara. A mí no me gusta la sombra humana, ¿cual es el problema con eso? ¡Déjenme vivir!

Periodismo

The Clinic:
En su blog www.geocities.ternhet./// pajarosdelamañana@ intranet @tulio@ lapeliculaqueprotagonicé .com.blorspot.com, usted critica al cine chileno sin fundamentos, ¿por qué?

Tulio:
Ah… ¡fundamentos, fundamentos, siempre piden lo mismo!. Mi periodismo siempre se ha basado en la falta de fundamentos, ideología y punto de vista. Eso, que muchos llaman “irresponsable ignorancia”, yo lo llamo estilo.

The Clinic:
Usted, como periodista, nunca ha estado en el lugar de la noticia, o “donde las papas queman”, como decimos en el medio. ¿Por qué?

Tulio:
Mira, hay periodistas que sirven para informar valientemente detrás de un mesón, y hay periodistas irresponsables que prefieren esconderse detrás de las balas o en peligrosas calles llenas de noticias, gente y transporte público. Yo opté por lo primero. El riesgo es enorme. Nunca se sabe cuándo te va a dar hipo al aire.

The Clinic:
Después de ser estrella de cine, seguirá presentando noticias?

Tulio:
Eso no me lo tienes que preguntar a mi. Pregúntaselo a las noticias.

The Clinic:
¿?

Tulio:
Siguiente pregunta.

Yasna Provoste, Michelle Bachelet y las encuestas

The Clinic:
En su calidad de experto en comunicaciones, ¿qué le recomienda a la ministra Yasna Provoste en estos momentos delicados?

Tulio:
Que no escuche a nadie y que tenga mucha soberbia y arrogancia. Eso nunca falla. Yo también nací en un pueblo, Titirilquén, y me discriminaron por eso. Pero no hay nada que una buena cirugía y la compra de un título nobiliario no puedan arreglar.

The Clinic:
Dicen que siempre ha sido un agradecido de su pueblo natal…

Tulio:
Oh…claro, por eso mandé a hacer una elegante estatua de mi persona para que mis coterráneos tengan la oportunidad de adorarme en la Plaza Municipal.

The Clinic:
¿Y cómo quedó?

Tulio:
No tengo idea. Aún no hago mi viaje quinquenal de dos horas al pueblo para recordar por qué me vine de esa “ratonera”, como lo llamo cariñosamente.

“A Yasna Provoste le recomiendo que que no escuche a nadie y que tenga mucha soberbia y arrogancia”.

The Clinic:
¿Es verdad que quieres ser candidato a senador por Titirilquén?

Tulio:
Me lo han pedido. Y la verdad es que, modestamente, creo que serviría para el cargo. A mí me gusta “senar” todos los días.

The Clinic:
Pero la política está llena de corrupción.

Tulio:
¡Sí! Me contaron eso y me entusiasmé aun más. Imagínate, ¡¡yo pagando impuestos como loco cuando todo podía ser más sencillo?! Pero no creas que la política son puras maravillas. También tiene cosas oscuras.

The Clinic:
¿Como qué?

Tulio:
Como el color de las corbatas. Nunca las usan de colores festivos o motivos primaverales. No, siempre la misma oscuridad.

The Clinic:
¿Qué le recomendaría a la presidenta en relación a las encuestas?

Tulio:
A la Michele, a la cual conozco en persona -e incluso tomé onces comida con ella- le dije derechamente, manteniendo mi independencia profesional, “Majestad Todopoderosa, para tener buenos resultados en las encuestas hay que hacerlas uno mismo y entre los puros amigos, que ojalá sean pocos. Así fue que salí el mejor periodista tantos años seguidos”. Seguro que esas encuestas en que ella baja las hicieron torpemente: salieron a la calle y le preguntaron a cualquier persona. Eso es absurdo. Yo en mi cumpleaños no invito a cualquier persona. Esa metáfora también sirve para las encuestas.

The Clinic:
¿Qué opina del gobierno?

“Para tener buenos resultados en las encuestas hay que hacerlas uno mismo y entre los puros amigos, que ojalá sean pocos”.

Tulio:
Mira, yo he trabajado para todos los gobiernos en varios países y han sido experiencias distintas. A veces lo he hecho con mucho agrado y otras veces con mucho gusto.

Escasez energética

The Clinic:
¿Qué hace para ahorrar energía en estos momentos de escasez?

Tulio:
Ojalá me imitara la gente. Yo dedico mucho tiempo a inventar maneras ingeniosas de ahorrar energía. Por ejemplo ya no camino, sólo uso mi andador eléctrico. ¡Vieras toda la energía que ahorro! No me canso nunca.

The Clinic:
Y ¿aparte de no caminar? ¿Tiene algún método para ahorrar la energía de todos, no sólo la suya?

Tulio:
Uno, no te pongas pesado. Dos, claro que ahorro la energía de todos. Siempre tengo prendidas las luces de la casa para no abusar del sol; dejo el agua corriendo para que no se estropeen las llaves en su continuo abrir y cerrar; tengo tantos televisores como canales de televisión hay en el cable, para así no gastar las contaminadoras pilas del control remoto… Y en mi auto en vez de bencina uso un combustible experimental elaborado a base de aceite de pudú.

Definiciones políticas

The Clinic:
Defínase políticamente.

Tulio:
La verdad, eso nunca lo he declarado abiertamente. Por respeto al público, no he querido influir en su voto. Pero ahora que debo tirarme de guata al suelo para rogarle a la gente que vaya al cine, me parece una excelente oportunidad para definirme políticamente.

The Clinic:
¿Y?

Tulio:
¿Y qué?

The Clinic:
Iba a definirse políticamente.

Tulio:
Oh, cierto… me parece una excelente pregunta. Voy a llamar directamente a tu jefe para que te suba el sueldo.

The Clinic:
No tengo sueldo, estoy en práctica.

Tulio:
Oh, qué moderno. (Tulio marca nuevamente en su iPhone enchapado en dientes de marmota) ¡Pablo Vergara, soy Tulio Triviño… ¿Cómo que quién soy? ¿cuál es tu jefe? (Tulio corta y marca otro teléfono). Aló, Patricio Fernández, hombre. Sí, con Tulio. Tulio Triviño. Tulio Triviño Tufillo. Tulio Triviño Tufillo el de 31 Minutos. ( Tulio corta después de un incómodo silencio. Luego disimula conmigo.) -Bueno, ¿en qué íbamos?

The Clinic:
Usted todavía no se define políticamente.

Tulio:
Oh, basta ya ¡esa pregunta me la hacen siempre!. Tú mismo me la hiciste hace un rato, recuérdalo. Mejor pasemos a lo que realmente le importa a la gente. Mis éxitos.

Vida Privada

The Clinic:
Hablemos de su vida privada. ¿Sigue siendo un solitario empedernido?

Tulio:
Mira, si vivir solo con mi mamá y pedirle que cada noche me cuente un cuento para dormir (El Patito Feo)… si pasar los fines de semana revisando mis apariciones en televisión, si a eso tú lo llamas soledad empedernida, yo te diría, no. “Prefiero estar solo que cien pájaros volando”, como dice Shakespeare.

The Clinic:
¿Qué piensa tu mamá, doña Verpertina Tufillo, de tu éxito?

Tulio:
Le enorgullece, imagínate que tiene una pieza llena de mis recortes, apariciones y cáscaras de plátano usadas. Además está pensando seriamente en abrir “el Museo de la Corbata de Tulio Triviño”, donde se exponen todas las que he usado, desde mi corbata babero.

The Clinic:
¿No hay nadie que haya robado tu corazón?

Tulio:
Sí, Cindy Miraflores, mi novia de Titiritalca. Ella robó mi corazón y seis millones de dólares de mi cuenta. Pero ahora ya la perdoné y le mando muchos saludos a ella y al dinosaurio Anacleto, su nuevo novio.

The Clinic:
¿Cree que la película le dará un nuevo aire a su carrera, después de estos años de olvido?

Tulio:
¿Nuevo aire? Quién necesita eso. Estoy vigente. En la calle la gente se me acerca a cada rato…

The Clinic:
¿Para qué se le acerca la gente?

Tulio:
Principalmente para asaltarme o pedirme limosna. Pero hay otros que me recuerdan. Aunque no lo dicen, lo veo en su mirada agradecida.

The Clinic:
Por último, Tulio, invita a la gente a que te vea en el cine.

Tulio:
¿En el cine? ¿Cuándo?

The Clinic:
Cuando vean la película que acabas de protagonizar.

Tulio:
-¿Una película? ¿En serio? ¡Qué emoción! Se la compraré inmediatamente a mi vendedor de películas piratas!

Mansión Triviño

“La primera mansión que tuve la diseñé yo mismo. Cuando a las dos semanas se cayó con una ventisca, mandé a contruir esta. Tiene 17 habitaciones, cuatro cocinas, sesenta salas de pool, tres mesas de billar, siete minigolfs y un golf, dos piscinas de agua salada, un helipuerto adaptado para el aterrizaje de aviones y un pequeño baño no sé muy bien dónde. Ahora que lo recuerdo, tiene mala la cadena”.

Auto

“Siempre me preguntan por qué prefiero un Mercedes, por su comodidad, por su seguridad o por su elegancia. Yo respondo que es solo por su precio: es el auto más caro que conozco”.

Yate

“El S.S. Tulio lo compré porque estaba de moda y todos los conductores de televisión tenían, incluídos el tío Horacio y el dinosaurio Anacleto. La diferencia es que yo no lo compré por una cosa de estatus, sino por una cosa práctica, para poder ir al trabajo en él. Luego me informaron que los yates sólo pueden andar en el agua… ¡pero yo no tenía por qué saberlo!”,

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