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Política

27 de Octubre de 2021

División orgánica, apuesta parlamentaria en riesgo y una hegemonía conservadora: zoom a la ruptura entre Sichel y Chile Podemos Más

Agencia Uno

A 25 días de los comicios presidenciales, Sebastián Sichel pidió libertad de acción a los partidos de Chile Podemos Más que -en teoría- sustentan su campaña, a objeto de sincerar el progresivo goteo de apoyos para su contrincante de la derecha dura, José Antonio Kast. ¿En qué posición queda Sichel con esta jugada? ¿Qué pasará con la apuesta parlamentaria del sector? Tres analistas políticos tiran líneas para entender la crisis endémica de la derecha en su enrevesado intento por mantenerse en La Moneda. 

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La noche del 26 de Octubre, pasadas las 21:15 horas -horario estelar de los noticiarios televisivos-, Sebastián Sichel quemó sus naves a tan sólo 25 días para la elección presidencial.

“No voy a aceptar el chantaje de aquellos que quieren que me transforme en algo que no soy”, espetó el candidato en un mensaje dirigido a los partidos de Chile Podemos Más, antes de pedirles “libertad de acción para aquellos que prefieren volver a la antigua derecha”.

Las palabras de Sichel, por cierto, se dan luego de días en que las encuestas lo muestran estancado en el cuarto lugar de las preferencias, y en que el goteo de apoyos del ex ministro de Desarrollo Social hacia la candidatura de José Antonio Kast se ha sostenido dramáticamente.

Este desfonde se ha dado -especialmente- en parlamentarios de la UDI: el senador Claudio Alvarado y los diputados Nora Cuevas, Iván Norambuena y Cristián Labbé, entre otros. Todos han hecho público el cruce de vereda hacia el abanderado del Frente Social Cristiano, a contrapelo de la postura formal del gremialismo que sigue apoyando -al menos en el papel- la candidatura del otrora secretario de Estado.

Así, Sichel marcó una línea divisora con los partidos de su bloque, los que considera que están en una posición “terrible, porque no respetan los acuerdos de la primaria; terrible, porque no están dispuestos a respetar las reglas de la democracia, y apoyaban este proyecto colectivo sólo por conveniencia”, disparó, poniendo el acento en el retroceso en los “derechos que se han ganado para diversidades, mujeres y minorías”, velada alusión a las posturas más ortodoxas del abanderado del Partido Republicano.

¿En qué pie queda la candidatura del ex presidente del BancoEstado luego de este divorcio con los partidos que deberían respaldar su carrera hacia La Moneda? Aquí, tres analistas comentan el presente del -al menos en el papel- abanderado de Chile Podemos Más.

¿Final con dolor o dolor sin final?

Lo que hace Sichel es una medida desesperada por salvar su candidatura. No tiene nada que perder, porque ya se había comenzado a producir la desafección de los partidos y parlamentarios con él, quienes habían estado vitrineando con José Antonio Kast”, comenta el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central, Marco Moreno, quien también lee que esta jugada del candidato de Chile Podemos Más podría complejizar, aún más, su candidatura.

“Se hace bien cuesta arriba sin apoyos de los partidos, sin los parlamentarios, siendo que es una candidatura que ya estaba muy complicada”, agrega Moreno sobre una situación que -considera- estaba más que anunciada. “Los parlamentarios ya se estaban alejando de su candidatura, y él se adelanta porque les da libertad de acción. Eso es muy raro y no es más que una constatación de algo que ya se estaba viendo”.

En tanto, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, complementa con los efectos orgánicos del giro de Sichel: “lo que hace Sichel es dividir a la derecha y elegir un espacio en solitario para competir en lo que uno podría denominar como centro político”.

Sin embargo, para Duval -militante RN- en esta última movida del candidato las piezas del tablero podrían dañando aún más su performance. “Las posibilidades de que Sichel esté en una segunda vuelta me parecen más difíciles hoy día. Ya lo tenía complejo, pero hoy creo que es más, porque tiene que empezar a captar un voto que está en un espacio muy distinto en el que estaba y con un proyecto demasiado personal”, añade.

Disiente con esta opinión el analista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien ve que la zanja trazada por Sichel respecto al bloque, eventualmente podría favorecerle. “Esto lo deja en una posición más débil frente a los partidos políticos, pero probablemente lo deje en una mejor posición frente a la ciudadanía”, sintetiza.

“Se hace bien cuesta arriba sin apoyos de los partidos, sin los parlamentarios, siendo que es una candidatura que ya estaba muy complicada”, afirma Marco Moreno.

Esta postura, el analista la justifica en base a dos planteamientos: “En primer lugar, Sichel enuncia que los partidos políticos del pacto lo están traicionando debido a que por norma los partidos que respaldan a un candidato en primaria, deben hacerlo también en primera vuelta. Y en segundo lugar, porque contradice varios de los puntos que defiende Kast en su programa de gobierno, por lo tanto, programáticamente sale más fortalecido, pero políticamente más debilitado”.

Así, Morales valora la decisión del ex ministro de Desarrollo Social aludiendo a la sabiduría popular: “Es mejor un final con dolor, que un dolor sin final”, resume sobre el irreductible desfonde de sus apoyos hacia José Antonio Kast.

El centro político con “la mochila de Piñera”

¿A qué electorado buscará movilizar Sichel ahora? ¿Cambia en algo la puntería del candidato? Para Marco Moreno, con esta libertad de acción que el abanderado pidió a los partidos, podría estar buscando reencontrarse con el electorado del cual emergió su carrera política como militante de la DC, y luego, de Ciudadanos: el amplio y codiciado centro político.

“Sichel y su comando hacen una apuesta de llegar al electorado de centro, que hoy no tiene un candidato que represente bien sus ideas. Yasna Provoste todavía no lo hace, y a eso está apuntando Sichel. Pero llega derrotado y tarde, porque participó de una primaria de la derecha”, pondera el politólogo. En todo caso, Moreno agrega otra arista que lo marca con un gobierno de salida y que carga con su propio vía crucis: “era el candidato del gobierno y rompe con los partidos del gobierno, pero no con La Moneda. Entonces le queda la mochila de Piñera”, afirma el analista.

En la misma línea, Moreno afirma que el candidato “fue un experimento de las encuestas de opinión. La Moneda apostó por él porque veían que los otros candidatos no iban a prender”. Esto da pie para que el analista ponga en duda que Sichel pueda apelar al electorado de centro, ya que se pregunta: “¿Qué es lo que es Sichel? Dice que no es de derecha, dice que es de centro, pero Sichel no representa una derecha neoliberal, porque para eso está Ossandón, Desbordes o Briones, que representan mejor eso”.

Esto podría, en palabras de Tomás Duval, evidenciar una dificultad para que el candidato pueda apelar al centro, ya que “Sichel provoca mucha tensión en la derecha y naturalmente puede afectarse en el sentido que ese electorado, que lo vio como una suerte de oportunidad en la primaria, hoy día pueda simplemente pensar que no tiene un candidato con probabilidades, ni que lo convoque, y que no concurra a votar, simplemente”.

“¿Qué es lo que es Sichel? Dice que no es de derecha, dice que es de centro, pero Sichel no representa una derecha neoliberal, porque para eso está Ossandón, Desbordes o Briones, que representan mejor eso”, se cuestiona el analista Marco Moreno.

En esa misma línea, Mauricio Morales echa luz sobre un punto crucial en este quiebre del candidato con los partidos que podría, eventualmente, pasarle la cuenta: “hay que recordar que en esta campaña también se eligen diputados, senadores y cores, si es que la mayoría de los candidatos están con Kast, entonces el poder de movilización electoral de Sichel se reduce significativamente, sin perjuicio de que pueda recibir el apoyo de votantes independientes que se sienten más identificados con una derecha liberal”.

La estantería parlamentaria: ¿alianza estratégica con Kast?

Con todo, hay una incógnita que se desprende de la declaración de Sichel: ¿Qué pasará con la apuesta parlamentaria de los partidos? Mientras los candidatos al Congreso de Chile Podemos Más se guarecen bajo la sombra del ex diputado UDI, Kast tiene su propia lista de aspirantes al parlamento.

En este contexto, Mauricio Morales se la juega: próximamente podría darse un entendimiento entre Kast y los candidatos de Chile Podemos Más al Parlamento. Así, todas las partes ganarían, algo que ya no puede asegurar la alicaída candidatura de Sebastián Sichel.

“Kast ya tiene su propia lista parlamentaria y no puede respaldar a los candidatos de Chile Vamos, porque eso significaría desproteger a su propia lista. Lo que sí va a suceder es que los candidatos al Congreso y a Core de Chile Podemos Más comiencen a utilizar fotografías con Kast, pero no que Kast sea quien busque esa fotografía porque sería una falta de lealtad tremenda frente al pacto que lo está respaldando”, apuesta el cientista político.

Las parlamentarias, en tanto, son “el problema mayor de la derecha”, constata Tomás Duval, ya que el sector “queda con dos listas parlamentarias”.

“Lo más probable es que esas candidaturas busquen algún tipo de alianza estratégica con Kast en el terreno y que otros busquen sus propios espacios para salir electos. Esa es la mayor dificultad que tiene la centro derecha en miras a la elección de noviembre, más todavía cuando vienen de malos resultados electorales”, sostiene.

Este pronóstico es compartido por Marco Moreno, quien se basa en los atributos personales del candidato del Frente Social Cristiano para pronosticar un eventual acuerdo entre los parlamentarios y el ex legislador: “Kast es un tipo tremendamente pragmático. Va a estar de acuerdo en sacrificar a sus candidatos en la eventualidad de que pueda llegar a un entendimiento con los partidos del gobierno. No va a tener problema en bajar o apoyar a los otros candidatos”, sentencia.

Incierta apuesta por una derecha liberal

Los acercamientos del abanderado de Chile Podemos Más con el resto de las candidaturas que quedaron en el camino tras las primarias legales del bloque -Ignacio Briones de Evópoli y Mario Desbordes de RN-, han alimentado la interrogante sobre si se está articulando un nuevo eje dentro de la derecha que sea capaz de capitalizar a los votantes de corte más liberal.

Pese a ello, Duval pone la mirada a largo plazo. “Hay tensión. Son dos o tres derechas que uno puede identificar, pero hoy tenemos una derecha conservadora que sí tiene una expresión clara, mientras que las otras no lo tienen. No creo que eso vaya a pasar en esta elección”, dice Duval.

A juicio de Duval, esta tensión “la hemos visto en la coalición de derecha en los últimos dos o tres años y se expresa en candidaturas y apoyos ciudadanos que van a afectar la elección. Pero no se va a resolver en este proceso. Es probable que también eso incida en la creación de nuevas fuerzas políticas”, afirma el académico.

Moreno, sin embargo, es más escéptico sobre el resultado de esta alianza liberal que podría darse en el bloque. Para esto, se basa en experiencias políticas de la historia reciente del país.

“Esas ideas siempre han podido cuajar bien poco en Chile. La idea de una derecha liberal partió con Allamand en los noventa, y han sido 33 años donde la derecha ha intentado ser un bloque de centro que no lo es, porque no representa eso. Creo que son cuestiones que se plantean, pero que no logran cuajar. Si fuera por eso, la gente que cree en estas ideas habría votado por Desbordes”, afirma.

Esta visión, sin embargo, no sólo la sustenta en la capacidad de esos liderazgos para convocar a un electorado amplio, sino que también la atribuye a otras fuerzas que operan en el plano político.

“Un 30% del electorado de la derecha en Chile es más bien conservadora. No hemos tenido una derecha al estilo europeo, y siempre que se intenta hacerlo, aparecen los llamados poderes fácticos que terminan destruyendo esos proyectos. Pasó con Allamand, Ossandón, Desbordes y Briones, porque la derecha conservadora está fuertemente ligada al poder económico”, sostiene Moreno.

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