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Entrevistas

20 de Noviembre de 2021

El diablo para Kast, los enamorados para Boric: Garín les saca el tarot a los candidatos

El diablo para Kast, los enamorados para Boric: Garín les saca el tarot a los candidatos

The Clinic se reunió con Renato Garín, quien tiene entre sus aficiones la lectura del tarot, para saber sobre el escenario político de cara a las presidenciales y parlamentarias. El constituyente les vio las cartas a todos quienes cumplen roles clave en la política, como a Karina Oliva, a quien les salió el colgado.

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Renato Garín aparece con dos barajas para leerles el tarot a los candidatos presidenciales. La primera ilustra los arcanos mayores y menores, con metáforas de los mitos griegos. La segunda es una edición especial diseñada por el artista español Salvador Dalí. “Esta nunca la saco de la casa”, cuenta mientras admira los marcos dorados y el estilo surrealista de los naipes.

En medio de sus labores en la Convención, el constituyente se hizo un espacio para analizar las elecciones 2021 a través de las cartas, en un escenario que se ha definido como líquido y que la contingencia va moldeando día a día. Advierte, eso sí, que será un ejercicio de interpretación, no de adivinación.

Gabriel Boric: la estrella y los enamorados

Comúnmente, la carta de la estrella es simbolizada por una doncella desnuda que lleva dos jarras en las manos. Sin embargo, en la baraja de Garín, se ilustra el mito de Pandora. Es decir, una mujer que abre un cofre, de donde sale un hada luminosa, pero que trae consigo todos los males de la humanidad.

Para el exdiputado, Boric fue concebido como una suerte de estrella a partir del 15 de noviembre por cierta prensa de élite “que lo colocó como modelo a seguir, como una suerte de molde. Sin embargo, después de esa operación, vienen los males. Surgen bichos como (Nicolás) Grau, (Claudia) Sanhueza, (Sebastián) Depolo, la misma Karina Oliva, entre otros”.

Según Garín, en esta lectura de tarot a los candidatos, Pandora fue Beatriz Sánchez, quien se negó a ser candidata presidencial y abrió la caja de Gabriel Boric. “Él es concebido como una suerte de estrella, que ilumina y pone de acuerdo a los demás. Pero detrás de él, vienen los males. Y el último de los males de la caja de Pandora es la esperanza”.

El mito de Pandora en la carta de la estrella. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

En esa misma línea, también hay otra carta que atraviesa la candidatura de la carta frenteamplista: los enamorados. Garín explica que esta carta representa a un hombre o una mujer enfrentado a un doble amor: uno porta una espada y otro porta una copa.

“La espada representa el intelecto y la copa la emocionalidad. Aquí yo veo la figura de Boric entre el PC y el PS. La idea de que, en algún momento, probablemente a partir del domingo en la noche, Boric va a tener que elegir entre el relato socialista o el comunista. Es más o menos evidente que va a tener que elegir con la razón y no con la emoción, es decir, elegir al PS y una eventual alianza con la ex-Concertación”, plantea.

Los enamorados. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

El abanderado de Apruebo Dignidad ha intentado no elegir y sostener “una relación poliamorosa”, postula Garín en la lectura del tarot a los candidatos. Pero aclara que el PS va a llegar con su espada e intentará moderar el programa. Eso va a chocar con la “emocionalidad comunista”, que encarnan fundamentalmente dos figuras femeninas del PC: Camila Vallejo y Karol Cariola.

A su vez, también surgirán figuras que llegarán a custodiar el programa, como Daniel Jadue, el sumo sacerdote de este escenario. “Aquí se le ve con un papiro enrollado. Él tiene un programa que va a hacer cumplir. Son guardianes de la doctrina. Él y otras figuras masculinas del PC, como Guillermo Teillier, van a decir: ‘Esto se cumple o se cumple'”.

El sumo sacerdote representado como un centauro hierofante. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

José Antonio Kast: el diablo y la luna

No duda el también abogado en asociar la imagen de José Antonio Kast con una carta bastante sugerente: el diablo. Sin embargo, explica que su imagen “representa la idea de lo prohibido, lo que no puede ser dicho. Uno cree que el tabú funciona solo para el deslenguado, el que habla de sexo, del erotismo o de cuestiones que no pueden decirse en espacios sociales. Pero también funciona para el otro lado”.

En el caso del aspirante del Partido Republicano, Garín observa en su lectura del tarot a los candidatos que ha logrado congeniar con la búsqueda de la sociedad chilena de alguien que digan las cosas por su nombre. “Esta figura rompe con lo establecido, es diabólica a ojos de la izquierda, se toma el escenario y los pone a todos a bailar a su ritmo”, señala.

¿Cómo una estrella se enfrenta al diablo? ¿Quién gana? Es una pregunta que estresa a Garín, porque “con este arquetipo, Donald Trump ganó su elección. También Jair Bolsonaro y Javier Milei. Hay algo de eso en la primera fase de la campaña de Kast. Su crecimiento se explica porque lo prohibido llama mucho la atención”.

El diablo. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Además, a su juicio, Kast logró identificar “en el discurso progre de Ñuñoa un cierto estereotipo, y lo contrasta luego con el sentido común de la ruralidad, del segmento D y E. Hace un contraste entre los jóvenes de clase media acomodada, Boric y el Frente Amplio, versus el resto del país afectado por la delincuencia, la inseguridad y el narcotráfico”.

Sin embargo, Garín también identifica otro arquetipo en la campaña del Frente Social Cristiano: la luna, representada por un rostro y una bestia de tres caras. En ese sentido, asegura que Kast “es un animal de muchas cabezas, que trata de abarcar muchos discursos a la vez. Es una combinación entre lo nacionalista, lo cristiano y lo libertariano”.

“Observo un sujeto lunático, bifronte o de triple cara. Parece también tener diversas fases. En algunos debates, parece muy tranquilo. En otros, se ve sacado, con los ojos en tinta, increpando fuertemente a los otros candidatos y a la conductora, respecto a su matrimonio. Es un poquito impredecible, un arquetipo bastante complejo de abordar en esta elección”, concluye.

La luna. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Yasna Provoste: la sacerdotisa y la fuerza

Para Renato Garín, las dos almas de Yasna Provoste están representadas en dos arcanos. El primero es la sacerdotisa, cuya ilustración muestra a una mujer en medio de dos pilares. A su juicio, en el caso de la senadora DC, esos pilares representan su saber y están ligados a la institucionalidad.

Es decir, es un saber que va más allá de su programa de gobierno y está fuertemente imbricado en “la obra de la Concertación, en los 30 años”.

La sacerdotisa. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

El convencional también observa que este arquetipo tiene “momentos de dudas, siente temor de Dios, de un Dios que le pide pruebas. En la tradición cristiana, la mujer sacerdotisa es muy criticada siempre, y la DC es un partido muy hostil con las mujeres”.

En ese sentido, su arcano se combina con otro: la fuerza. El exdiputado resume esta representación en aquel “saber de la guerrera que ha luchado contra la adversidad. Ese ha sido su principal relato, que ella es capaz de domar a este animal, que sería el movimiento social, porque conoce lo que es ser Campillay, ser minoría, ser morena y del norte”.

La fuerza. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Sebastián Sichel: la torre

El arcano que rige la candidatura de Sebastián Sichel es trágico: la torre. En la ilustración, se puede apreciar cómo la estructura sucumbe tras ser impactada por un rayo, ante la mirada de un hombre con un tridente. En otras tradiciones, señala Garín en su lectura de tarot a los candidatos, también se puede ver que del edificio caen dos personas.

En el caso del abanderado de Chile Podemos Más, “se vino abajo su coalición electoral, comenzaron a salir los diputados de la UDI y RN, y su propio comando implosionó, al punto que el arquitecto de la obra, Juan José Santa Cruz, tuvo que salir a exponerse públicamente. Ese es el momento en el que naufraga Sichel”, explica el constituyente.

Agrega, en ese marco, que “la clave no es solo que la torre se desmorona, sino que él queda a la intemperie, en alta mar, solo, sin balsa, sin nada. Esto no solo remite a lo político, también le ocurre esto a nivel familiar. Todo su relato personal se fractura, se rompe, se cuestiona y es atacado”.

La torre. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Franco Parisi: el mago

En la carta del mago aparece un hombre que tiene al frente los cuatro elementos: las copas, los oros, las espadas y los bastos. Renato Garín explica a través de la lectura del tarot a los candidatos que ese personaje “está haciendo magia. Remite a Hermes, a los profetas, al mago del medioevo, a Merlín. A alguien que convierte a una cosa en otra. A hacer parecer una cosa que no es”.

“Ese es Franco Parisi, un candidato que no viene, que no está. Un acto de magia, oscura quizá, pero no le alcanza para ser el malo. Sí es extremadamente hábil con los elementos, con las copas que son las emociones, los bastos que son los grandes ideales, las espadas que son los argumentos y los oros que es el dinero”, subraya.

El mago. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Marco Enríquez-Ominami: el ermitaño

De acuerdo a Renato Garín, la figura del ermitaño se resume en alguien que “fue loco, pero viene de vuelta y en un estado de mucha soledad. Viene con la lamparita alumbrando, como si él conociera un camino. En muchos relatos, el loco aparece con un palo donde lleva su ropa, sus pocas cosas. Y acá es el mismo palo, pero viene convertido en un cebador de trigo”.

En el caso de Marco Enríquez-Ominami, el convencional asegura que “incluso hay una exageración del personaje del ermitaño”, de alguien que “vive para dar un testimonio permanente”.

El ermitaño. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Eduardo Artés: el rey de bastos

Para Renato Garín, la figura de Eduardo Artés es un arcano menor: el rey de bastos. “Es una figura masculina vinculada a los principios, a las ideas que alumbran, a la doctrina, pero sin ser un sumo sacerdote, sino que un rey”, comenta.

“Es una figura muy vinculada a los profesores. No le importa sacar el 3%, porque sabe que, en algún momento, se va a reconocer que sus ideas son las correctas. Por eso mismo no crece. Hay una rigidez ahí que tiene que ver con el peso del saber, con evitar la autotraición”, agrega.

Rey de bastos. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Karina Oliva: el colgado

Renato Garín, además de leerles el tarot a los candidatos presidenciales, puntualiza que hay otras cartas que también jugarán su rol en esta elección. Una de ellas, que ha sido muy bullada mediáticamente: Karina Oliva.

A su juicio, la candidata a senadora está representada por una carta: el colgado. En la imagen, se ve a un hombre tendido de un pie. “Está invertido, a la espera de su futuro, rodeada de pájaros que parecen ser buitres. Es una carta muy interesante, porque remite no solo al castigo, sino a la sensación de ser castigado y ser defenestrado públicamente”, precisa.

El colgado. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

La derecha: el carro

En el carro, se puede ver a un jinete que trata de conducir a dos caballos que empujan hacia direcciones distintas. Dicha carta resume el actual momento de la derecha, según Renato Garín.

“Uno de los equinos parece ser esta derecha social, a ratos más liberal, que primero fue (Mario) Desbordes, lo intentó ser Evópoli y que ahora es Sichel. El otro caballo negro, más desbocado, apenas se alcanza a ver dentro de la imagen, son (José Antonio) Kast y sus aliados. Arriba, el Gobierno, que va en un vector de velocidad muy malo, trata de conducirlos”, explica.

El carro. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

Garín y el tarot de los candidatos

Según Renato Garín, la muerte ha sido una de las protagonistas de toda la campaña. “Casi ha operado como guillotina política. Le ocurrió a (Joaquín) Lavín, a Jadue, a Gino Lorenzini, a (Diego) Ancalao, a Ximena Rincón, a Mario Desbordes. Algunos se reponen rápidamente, como Rincón. Otros tienen que desterrarse, como Joaquín Lavín. Pareciera que este mismo sendero sigue Sichel”, afirma.

En esa línea, el exdiputado también destaca que, “tal como hay que arar la tierra para volver a sembrar, tras la muerte vuelve a fecundar la flora, el reino. Vemos al otro lado del río que están creciendo los frutos. Esto es una oportunidad”.

El carro. Colección: Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 1988

La Convención: el sol

La Convención es otro de los factores claves de la elección. Para Renato Garín, la presencia del sol en el escenario político “alumbra a todos por igual, pero también decae. Tiene un ciclo diario, semanal y mensual. Tiene su arpa y pone la música”.

En ese marco, hay candidatos que aprovechan la fuerza del sol para su campaña, como Gabriel Boric, y otros que rechazan su sentido más performático, como José Antonio Kast.

La Convención también tiene su propio escenario interno. Garín describe una alta presencia de sumos sacerdotes, como Fernando Atria y Christian Viera, y sacerdotisas, como Constanza Hube y Amaya Alvez, que vienen a custodiar cierta doctrina.

Asimismo, destacan emperatrices como Elisa Loncón y Marcela Cubillos; el ermitaño de Agustín Squella; el diablo, que haya su máxima expresión en Teresa Marinovic; el mago, identificado con el “poético y bohemio” Jaime Bassa. Tambén la luna en Patricia Politzer; la justicia en Bárbara Sepúlveda; la estrella en Cristina Dorador; y el loco en Rodrigo Rojas Vade.

Finalmente, están los pueblos originarios, a quien identifica con una carta: el juicio. Para Garín, este grupo simboliza la idea del momento definitivo. “Es ahora o nunca conseguir un acuerdo con la institucionalidad chilena. Cargan con el peso del juez, saben que en sus territorios hay mucha tensión política. También son enjuiciados, para ver qué consiguen en la constituyente. Y son un estándar para medir a la Convención”, cierra.


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