Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

23 de Noviembre de 2021

Columna de Cristina Dorador: El abandono en tercera persona

Cristina Dorador frente al desierto en el norte de Chile Agencia Uno

Miramos, pero no vemos. Así se vive el abandono en el norte de Chile, como un espejismo continuo de promesas y promesantes. Los resultados electorales fueron inesperados para muchos… ¿Qué pasó en las regiones?, ¿qué pasó en el norte?, ¿qué problema tienen?

Cristina Dorador
Cristina Dorador
Por

¿Qué te hace feliz? Tenía ganas de hacerle esa pregunta a Kevin que estaba ayudando a su amigo a unir dos cables de cobre para poder darle energía al campamento. Cerca había una manguera conectada a la llave de la plazoleta que ayuda en parte a palear la falta de agua en un campamento que respira tranques de relaves en el medio del desierto. Kevin vive en una de las localidades con el PIB más alto de Chile, pero eso no cambia en nada su realidad y la de más de 30 familias que habitan un campamento sin nombre. Agua y energía en lo marginal, en la periferia de los olvidados, de los nadie. Unos kilómetros más al norte se yergue una inmensa planta concentradora de energía solar en donde se ocupan sales del milenario Salar de Atacama. La energía se conecta al sistema interconectado central que se distribuye en millones de kilómetros de cables de cobre como los que trataba de unir el amigo de Kevin, así como lo hizo el año pasado para que los niños tuviesen una bonita Navidad.

En Mejillones, los pescadores artesanales nos decían que ellos sabían desde hace años el estado ambiental de la bahía producto de la contaminación y la sobreexplotación de peces. “No nos escucharon, hicieron un estudio que llegó hace poco para decirnos lo que ya sabíamos, la pesca de arrastre se lleva todo”, dicen. Los ojos de los pescadores acumulan años de sal y conocimiento de las olas, sus manos se parecen a las mismas redes que ellos usan para pescar. “Todos los años vienen los políticos y no pasa nada, seguimos igual”, repiten. Se rememoran tiempos pasados con miles de pájaros, cardúmenes de pejerreyes, bancos de ostiones, aires limpios: “Ya ni siquiera sale el huiro, se perdieron los tumbos y la paraca ahora arrastra los humos de las industrias”.

Rumbo a la cuenta popular constituyente en Antofagasta, mientras el semáforo se pone en rojo, observo cómo nuevas familias llegan a la ciudad, caminando hacia el sur, porque hacia allá hay que ir. El sur del continente, donde “todo será distinto, no hay que dudar, confía, ya vas a ver”. Caravanas de pasos serpentean la ruta 5, esquivando camiones, buses y camionetas rojas. Miramos, pero no vemos. Así se vive el abandono en el norte de Chile, como un espejismo continuo de promesas y promesantes. Los resultados electorales fueron inesperados para muchos… ¿Qué pasó en las regiones?, ¿qué pasó en el norte?, ¿qué problema tienen? “Son unos ignorantes”, “los mineros machistas”, “los metales pesados los tienen así”. Todo eso se lee en redes sociales desde una burbuja que mira con desdén y distancia a personas que no entienden ni conocen, donde el desierto es un lugar para ser explotado y para que produzca votos.

El día de las elecciones llegan buses con personas de otras comunas a votar por personas que no los representan y ni siquiera viven en la comuna. “Eso lo deberían ver en la Constitución”, nos dicen. Yo les digo que sí, que estamos trabajando en aquello, que la participación es clave, entonces compartimos contactos y fortalecemos vínculos.

El Chile profundo se compone de profundos afectos. De realidades contrastantes, de historias que no tienen fin, de promesas incumplidas, de lejanía con los centros de poder, de menosprecio hacia el diferente, de olvido. En Baquedano, donde “los trenes se van al purgatorio”, los dirigentes vecinales nos señalaban que el gran problema que tienen es la falta de representación por los acarreos de votantes. El día de las elecciones llegan buses con personas de otras comunas a votar por personas que no los representan y ni siquiera viven en la comuna. “Eso lo deberían ver en la Constitución”, nos dicen. Yo les digo que sí, que estamos trabajando en aquello, que la participación es clave, entonces compartimos contactos y fortalecemos vínculos.

En las semanas territoriales y sesiones de comisiones de la Convención Constitucional en distintas zonas del país, se vive el proceso constituyente sin intermediarios. Una epopeya que vivimos cada segundo, aún durmiendo. Ningún proceso transformador va a ser posible si no entendemos las problemáticas de cada región, provincia, comuna o localidad las que tiene sus propias dinámicas, sueños y hastíos.

En tiempos electorales tempestuosos, es muy importante dejar que los invisibles hablen, y escucharlos. Pero escucharlos de verdad. El Chile profundo está junto a la tierra y el agua y también en los afectos por quienes fuimos y quienes seremos. Le pregunté a Kevin si iba al liceo, me dijo que sí con los ojos tristes. Pensé en preguntarle “¿qué te hace feliz?”, pero mi pregunta se difuminó con el grito de su amigo que casi se electrocuta. Se puso a reír, es la rutina de la electricidad, las amistades crecen en la necesidad de cariños. Nos abrazamos. Ese abrazo que tanto necesitamos, de norte a sur.

* Cristina Dorador es convencional constituyente (D3) y científica. Dedica su vida a recorrer los salares del altiplano buscando vida microbiana.

También puedes leer: Columna de Caroline Stamm: La justicia ambiental, eje central para la nueva Constitución


Volver al Home

Notas relacionadas

Deja tu comentario