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Cultura & Pop

10 de Diciembre de 2021

“Energías invisibles” en Ch.ACO: reflexionando sobre el rol de los museos en el arte

En el marco de la Feria Ch.ACO de este año, el Museo de Arte Contemporáneo recibió a diversas personalidades del circuito artístico y cultural nacional para conversar sobre las prácticas de exhibición y el rol de instituciones culturales tras la pandemia.

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Luego del estallido social de 2019 y la pandemia quedó en evidencia la fragilidad de las instituciones culturales. En ese contexto, los espacios de vinculación con el público debieron repensarse sin tener mucho tiempo para reflexionar al respecto. Ese fue una de los diagnósticos que la investigadora y curadora chilena, Isabel García Pérez de Arce, tuvo en consideración para los conversatorios de la Feria Ch.ACO de este año.

“Energías invisibles: Nuevos espacios de investigación artística en Chile” fue el ciclo de conversatorios de Ch.ACO donde los invitados abordaron la necesidad de reflexionar sobre construir escena local y cómo incidir en los procesos de transformación que vive el país desde los museos y espacios culturales.

En conversación con The Clinic, García, comenta acerca de cómo se pensó esta instancia y la importancia de la transdisciplina en la investigación artística.

¿Cuál es la necesidad que detectaron en Ch.ACO para abrir este espacio de diálogo interdisciplinar sobre arte y el museo como institución?

El museo como objeto de crítica existe desde las prácticas artísticas, desde finales de los años sesenta, desde los activismos (artísticos-políticos) en intervenciones artísticas y escritos críticos. Pero desde los años ochenta, el marco institucional fue ampliado hacia la incorporación del artista en su definición como también la inclusión de otros espacios (y prácticas) institucionales además del espacio artístico.

Si bien hoy entendemos la precariedad de nuestras instituciones culturales locales, en un periodo de pandemia y de frágil financiamiento desde el Estado, pensar la cuestión de la institución desde estos micro-espacios, desde sus decisiones formales y metodologías, como en las en las prácticas artísticas y fórmulas de exhibición que utilizan, me pareció un aporte para reflexionar sobre las definiciones y posibilidades de nuestros propios museos y las instituciones por venir.

Me pareció más inteligente y ético invertir – en el buen sentido de la palabra– localmente y activar complicidades, redes afectivas y colaborativas, y no realizar un conversatorio de curadores internacionales, que es lo que se suele hacer en este tipo de eventos.

Los directores y fundadores de espacios de reflexión artística, de reciente y activa trayectoria en Chile, no discutieron con la institución museo, que como comunidad artística reconocemos como necesaria, más aún en un momento de proceso constituyente, en este contexto local y en este momento en Chile, donde se están pensando las instituciones, después de un largo periodo de quiebre y fragmentación del tejido cultural y social. Las conversaciones estuvieron bajo la necesidad de constituir escena y comunidad local e incidir en el proceso de transformación en relación con nuestros museos y espacios públicos.

Isabel García es investigadora y curadora chilena. Su trabajo cruza problemas relativos
a archivos de arte, arquitectura y política en el marco de la crítica cultural.

¿Cuál es la importancia de contar con este tipo de iniciativas para la investigación artística?

Los espacios invitados no sólo superan a la propia disciplina artística, sino que muchas veces lo no racional instala un tipo de pensamiento, que reflexiona y se anticipa en la reflexión sobre contingentes temas y cambios culturales.

La conversación fue tomada como un modelo de acción, es decir, desde el relato de las experiencias de los artistas y arquitectos en conversación con teóricos, para no caer en experiencias “tematizadas”, que muchas veces quedan en el “malabarismo discursivo”, sino que más bien poner la atención en el contenido de los propios proyectos artísticos y su desarrollo.

Desde este espacio se buscó rescatar y grabar estas experiencias de conocimiento y pensamiento crítico en torno a cuestiones relevantes del presente y pensar futuros, relacionadas con el rol social del artista y la definición de estos espacios como lugares de resistencia y resguardo para la experimentalidad artística.

El diálogo en este encuentro es entendido como herramienta de investigación y exploración del potencial de estas voces, que visibilizaron el imaginario, tramas y energías invisibles detrás de estos proyectos. Las personas que representan estos espacios invitados a conversar, si bien no reflejan la totalidad de iniciativas tienen en común una trayectoria de colaboraciones cruzadas durante varios años y un carácter inter y transdisciplinarios.

Ch.ACO: sin límites para la investigación artística

Entre los expositores de estos conversatorios se encuentra el Museo del Hongo ¿Cuál es la particularidad de este espacio que motivó su participación?

El Museo del Hongo es un espacio no convencional dedicado a la resignificación del reino Fungi, un reino que se reconoció hace muy poco como diferente al vegetal. La práctica artística y su existencia como espacio y museo existe adaptándose al medio, donde aparece y desaparece desplegando su visión a través de la combinación de la capacidad del arte con otros métodos transdisciplinarios que cruzan categorías y redes colaborativas.

En este sentido, el Museo del Hongo es un museo sin jerarquías, un museo sin edificio que se conforma de una genealogía de apariciones y desapariciones. Un museo que se planteó incluir a la naturaleza y la relación que tenemos con especies y objetos dentro de las narrativas museísticas; como también remediar y reconstruir la relación con las especies humanas y no humanas.

¿Cuáles fueron los principales diagnósticos que pudieron establecer tras estos encuentros interdisciplinarios de Ch.ACO? 

Durante las conversaciones, la interdisciplina se pensó como una zona de bordes. Los artistas generan procesos complejos y la práctica artística es un proceso de investigación. Se puso también en valor la práctica artística desde sus procesos dinámicos, que no tienen la necesidad de tener resuelto previamente el resultado como otras disciplinas.

Las conversaciones expusieron los contenidos de sus propios proyectos multidisciplinarios, como en sus inherentes y potenciales efectos en el circuito del arte y en la esfera pública, que existen detrás de cada uno de estos proyectos. Artistas, arquitectos, teóricos y filósofos buscaron abordar temáticas tan importantes y fundamentales tanto la cohabitación entre especies vegetales, animales y humanas en la era del Antropoceno, como las conexiones y vivos contactos entre los espacios institucionales e independientes de difusión e investigación artística.

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