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Presidenciales 2021

25 de Diciembre de 2021

“Tieso, pero empeñoso”: la faceta pichanguera de Gabriel Boric, según rivales y compañeros de equipo

Boric jugando una pichanga en un acto de campaña Captura de @fotografoencampana

Luego de una profunda investigación periodística, The Clinic llegó a la siguiente conclusión: el próximo mandatario de Chile no es ni fu ni fa para la pelota. Quienes han compartido pichangas con Gabriel Boric dicen que es un poco “tieso”, pero que le pone garra. Otros lo califican de “hachero” y “bueno para pegar”, aunque nunca con malas intenciones. Incluso surge una comparación, "no sólo por la barba", con Gennaro Gattuso, el mítico e intenso mediocampista italiano.

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En la cancha, Gabriel Boric (35) tiene relegada la izquierda a un segundo plano. Porque quienes conocen al magallánico, en su faceta futbolística, saben que se siente más cómodo con la derecha. La pierna derecha.

Superado el inevitable juego de palabras, podemos centrarnos en lo que nos convoca: la afición del presidente electo por el fútbol. De esa veta, ya se conoce bastante. Sin ir más lejos, su manifiesto amorío con los colores de Universidad Católica ha causado más de una roncha entre sus adherentes colocolinos y bullangueros.

De lo que no se sabe tanto es sobre el desempeño de Gabriel Boric en las pichangas de barrio y ligas amateur. Ahí donde las patadas vuelan, los encuentros se disputan como finales del Mundial, y afloran los pelambres más crudos, identificando, cómo no, a los jugadores talentosos. Y también a los “quesos”.

Luego de una profunda investigación periodística, producto de la recopilación una serie de testimonios, The Clinic llegó a la siguiente conclusión: el próximo mandatario de Chile no es ni fu ni fa para la pelota.

Algo de esto quedó en evidencia durante la campaña, específicamente cuando se le vio pichangueando en San Fernando. Spoiler: su equipo perdió 4-2 y, en un par de jugadas, el presidente electo terminó rodando en el piso.

El registro alimentó una ola de comentarios en redes sociales. Hay quienes apodaron al mayor de los hermanos Boric de “Gabigol”. Otros internautas incluso exigieron que, de inmediato, se le entregara el balón de oro, el máximo galardón del deporte.

Sin afán de caer en el chaqueteo gratis, dejamos acá el relato de quienes han compartido fútbol con el futuro mandatario, ya sea en el mismo equipo o como contrincantes. Entre ellos están sus hermanos, Tomás y Simón; Nicolás Grau, su asesor económico y parte de Autonomistas FC -donde Gabriel participó por años-; y otros pichangueros que han tenido la suerte (o no) de topárselo en la cancha.

Los epítetos que usan para describir a Gabriel Boric son muchos, y divergen notablemente dependiendo de a quién se le pregunte: se dice que es “tieso” pero “empeñoso”, que sabe posicionarse bien en el terreno de juego, y que, a veces, se le ve complicado con el sube y baja, por su estado físico. También se le califica de “hachero”, y un jugador lo compara derechamente con Gennaro Gattuso, el mítico exfutbolista italiano que se caracterizaba por dejar la vida en cada balón, a pesar de sus falencias técnicas.

Primero chuts en Magallanes

Gabriel Boric se formó futbolísticamente en su natal Punta Arenas. Como recuerda Simón (33), su hermano, tenían una cancha pública cerca de su casa, donde solían pasar las tardes peloteando junto a Tomás (29, el menor de los Boric Font) y otros amigos.

Simón reconoce que “no juega a la pelota” con Gabriel desde que tenía 12 años, pero aún así guarda en la memoria algunos de los rasgos del todavía diputado. “Era del promedio, tirado para bueno. Le ponía mucho empeño y disfrutaba demasiado”, comenta a The Clinic.

Autonomistas FC

Por allá en 2018, en los albores de lo que posteriormente sería Convergencia Social, Gaspar Escobar (27), un joven militante de Socialismo y Libertad (SOL), fue invitado a pichanguear en los campos sintéticos de Domínica, en Recoleta.

Ahí se enfrentó a equipos de la Izquierda Libertaria (IL) y, en contadas ocasiones, de Revolución Democrática (RD). También se cruzó con Autonomistas FC, una de las escuadras que surgieron del Movimiento Autonomista fundado por Boric. Y fue en un lance contra Autonomistas que observó en primera persona los enganches del presidente electo.

“Era bastante tieso, pero empeñoso. Y se entiende que comprendía el juego; que era algo que le gustaba y que, a pesar de sus limitaciones, sabía dónde moverse, en qué parte de la cancha estar (…). Jugaba muy concentrado, enfocado en intentar no equivocarse”, asegura Gaspar, quien destaca la plantilla de lo que era Autonomistas por entonces.

Además de Gabriel, jugaban Tomás Boric -su hermano menor-, Nicolás Grau y Diego Pardow, otro de los asesores económicos del abanderado de Apruebo Dignidad. Asimismo, estaba Constanza Schönhaut, actual constituyente del distrito 11. “Ellos estaban impulsando el fútbol mixto”, agrega Gaspar.

Una de las pichangas donde participó Gaspar. Crédito: Archivo personal.

Repasando a cada una de las figuras de Autonomistas, dice que Tomás “tapaba harto”, y que Grau ponía el talento, al ser “un jugador técnico, que la pisa”. Añade que Constanza también era “bien buena”, sobre todo en la faceta ofensiva: “Llegaba bien al área, y le pegaba al arco”.

En el mediocampo, pero por la banda

Llamamos a Grau para conocer el planteamiento táctico del equipo. “Nosotros jugábamos con dos atrás, tres al medio y uno arriba (2-3-1), y Gabriel jugaba, normalmente, de los tres de al medio, el que va abierto. Entonces, claro, le tocaba defender también, pero no era pura defensa”, explica el economista a The Clinic. Grau, en cambio se ubicaba “a veces atrás, a veces como el que va en el centro del medio campo”, cumpliendo el rol de salida.

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Consultado por el apelativo de “tieso” que se le endosa a Gabriel, el académico considera “un poco injustos esos comentarios”. “Él juega bien, se nota que ha jugado siempre (…). La sabe pisar, da bien los pases. En ese tiempo era diputado nomás, y no era una cosa de que nosotros lo metiéramos a la cancha porque tuviese mucho ‘poder’. Tenía bien ganado su puesto. Era un jugador del promedio del equipo”, apunta.

Sin embargo, quizás haciendo un guiño a la principal deficiencia del presidente electo en el terreno de juego, Grau concluye que “en el fútbol amateur, no todos son apolíneos. Siempre hay guatones (…). Gabriel no era el con el mejor estado físico. Pasó por épocas”.

Grau aprovecha de lanzar un par de halagos a Autonomistas: “Era un equipo que le metía mucha pasión. Igual que en la campaña (presidencial) de ahora, que le pusimos mucha pasión. La misma garra”.

“Con Gabriel, uno altiro piensa que por su cargo público no es tan bueno para la pelota, pero en verdad sorprende”, dice, por su parte, Tomás Boric. “Cuando tú lo ves jugar, hasta a mí me sorprende. Le pone empeño, hace sus gambetas, se pasa a uno, dos, le pega al arco (…). No es un crack, pero de repente se manda jugadas que tú quedas como: ‘Wow’”, agrega.

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Pero, como casi todo en la vida, hay dos caras para la misma moneda y, según Tomás, el futuro jefe de Estado “tiene técnica, pero también es torpe jugando al fútbol”. En ese sentido, a veces “te sorprende, y otras veces es como: ‘Oh, chucha, la cagó’”.

De pasada, Tomás le dedica unas palabras al papel de Grau en Autonomistas: “Es un líder en la cancha. Es brígido, te ordena todo el equipo. Pero es bien duro para liderar. Es como para jugar y ganar”.

La liga política

El circuito de pichangas entre equipos frenteamplistas, o al menos relacionados a la izquierda, terminó derivando en la creación de una liga, que hasta el día de hoy se juega en las dependencias de un centro deportivo en Domínica, Recoleta. Autonomistas FC -aunque sin Gabriel Boric, por razones evidentes- disputará la final este domingo 26 de diciembre.

José Fernández (33), organizador de la competencia y militante de Convergencia Social, conoce hasta el último cahuín de las escuadras que participan. Por ejemplo, que “recién en las últimas fechas (de 2021)” pudo contratar a un kinesiólogo, “porque los hueones no querían pagar. Ni siquiera tengo las copas (para premios) compradas. Y a nadie le importa”, afirma entre risas.

Los orígenes de la liga se remontan al verano de 2018, cuando se jugó por primera vez. Por aquel entonces se llamaba “liga política”, un nombre que fue mutando con el tiempo. También se referían a ella como “liga de la oposición”, y en 2019, le pusieron “la vanguardia futbolera”. Poco después decidieron cambiarlo, debido a la coincidencia con el movimiento de extrema derecha “Vanguardia” que fundó el polémico youtuber Sebastián Izquierdo. En 2021, con el retorno del fútbol tras meses de encierro pandémico, se decantaron por “liga del apruebo”.

Actualmente, dice José en tono de confidencialidad, se baraja la opción de volver a cambiarle el nombre. Por las participaciones pasadas de Gabriel Boric, suena fuerte la “Copa del Presidente”, haciendo un paralelo con la “Copa del Rey”, que se juega en las divisiones profesionales de España.

“Desde la ultraizquierda a la DC”

En la liga hay equipos cercanos a CS, las juventudes de la DC, al Partido Comunista, al PS -tenían un equipo llamado Suiza, porque “eran un espacio neutral”, bromea José-, y Fuerza Común -la tienda de Fernando Atria-, entre otros. En algún período, también existió una escuadra de RD, donde jugaba Giorgio Jackson. En esta última edición 2021, habían inscritos 9 equipos de mujeres, y 15 de hombres.

“El arco de la liga es desde la ultraizquierda a la DC (…). Ahora, lo que sí, en nuestra liga siempre decimos que nuestro límite es la DC. No aceptamos a la derecha; no nos interesa. Si no, se calentarían los ánimos. El límite es la DC”, explica José.

Además de organizador, José es integrante de la formación de MALOS, equipo que nace de una fusión de exponentes del Movimiento Autonomista y SOL. “Un hueón del equipo de Gabriel escribió MA + SOL = MALOS. Lo tomamos con humor y nos quedamos con el nombre”, señala.

Dependiendo de a quién se le pregunte, algunos dirán que Autonomistas contra MALOS ya tiene cariz de clásico. Grau, en cambio, identifica como rival histórico a Camarratas, un equipo de militantes del PC.

En defensa del escudo de MALOS es que José se ha topado, en más de una ocasión, con Gabriel Boric en cancha. “Si tuviera que elegir a un futbolista para identificarlo, es Gennaro Gatusso (…). No es el mejor del equipo, pero si necesitas llenar un cupo, y no con el amigo malo, sino con un hueón que va a ser funcional, ese es Gabriel. Más allá del parecido por la barba y toda la cosa. Lo único que no hace como Gennaro es trancar con la cabeza”, comenta José.

Otro jugador de MALOS, que prefiere mantener el anonimato -quizás por miedo a recibir una patada-, cuenta que “Boric no tiene mal pie. Lo que no tiene es estado físico. Pero no entrega mal la pelota, y no es para nada ñurdo. Uno cacha cuando el otro es ñurdo. Recuerdo particularmente que transpira caleta. Estaba empapado, sudado. Eso refleja que no estaba en su mejor estado físico”.

La (mala) fama de hachero

El mismo jugador sin nombre hace hincapié en que Boric era “hachero”. “Va con la línea de que metía cuerpo. No te dejaba pasar, pero nunca con mala intención. Claro, quizás supliendo sus deficiencias”, opina.

La versión es refrendada por otros. José, por ejemplo, asegura que Gabriel “es bueno para pegar. A mí me ha tocado marcarlo, y ahí te empieza a pegar codazos. Hay que estar pegándole de vuelta”, dice. Recuerda un partido en que el futuro mandatario “pegó, pegó y pegó, y yo fui, le arranqué la pelota, y el hueón quedó sentado y nadie alegó. Había pegado tanto, que ni su equipo alegó”.

José no puede evitar las comparaciones: “Si Gabriel vuelve a la liga, va a ser como Evo Morales. ¿Lo has visto jugando, a Evo Morales? Pega más que la chucha”, dice jocosamente.

En cambio, Nicolás Grau sale a defender a su compañero de equipo (y presidente de la República). “Por la posición, no le tocaba pegar tanto. No era especialmente hachero. Encuentro que le pegaban más; que le pegaban más de lo que él pegaba. Nosotros teníamos un par de defensas bien hacheros, pero no son conocidos. Unos defensas -se ríe- que eran criminales. Puede ser que ellos pegaran y se lo devolvieran a Gabriel después”.  

Aun así, Grau reconoce que Boric “sí es de la gente que le pone harto, que va a las pelotas, que tranca. Entonces, a veces, pasas de largo y pegas”.

Gaspar, un volante de salida ágil, lo resume de la siguiente manera: “Igual pegaba patadas. Pero por limitado (técnicamente), no de mala leche”.

La gran final de Autonomistas

Este domingo, en el corazón de Recoleta, se celebrará la ansiada final de la liga del apruebo. Y en una gesta épica, tras la sorpresiva remontada en semifinales, Autonomistas se enfrentará a un club conformado por profesores que, por lo mismo, se hacen llamar Academia.

Se espera que sea un partido duro, de harto roce. Y a pesar de la buena campaña, Autonomistas no contará con dos de sus principales figuras: tanto Grau como Tomás Boric se encuentran lesionados.

La ausencia de Tomás se debe a la fractura de un dedo, hecho que ocurrió en la misma competencia. Según relata el aludido, será un arquero suplente –“muy bueno también”- el que defenderá la valla en la final. Y aunque no esté en el campo de juego, Tomás dice que por ningún motivo dejará de asistir al encuentro.

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Lo que está en duda es la participación del honorable, quien no estuvo presente en la temporada regular. José Fernández, para callado, especula con que “a Gabriel no lo dejaron jugar este año”. Quizás porque tenía muchas actividades, quizás “para evitar que se lesionara”.

No obstante, “está toda la liga hueviando al presidente para que llegue (el domingo), y juegue unos minutos que sea”, cuenta José. “Para que quede en la estadística si es que llegan a salir campeones”, finaliza.

Lee también: Columna de Matías Fuenzalida: El fútbol y la democracia


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