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Entrevistas

13 de Enero de 2022

Consejos de psicóloga Isabel Puga tras resultados de la PDT: “la pandemia visibilizó que no se requiere una carrera universitaria para tener éxito”

Isabel Puga Young

¿Cómo enfrentar un puntaje que está abajo lo esperado? ¿Cómo lidiar con las expectativas al interior de las familias? La presidenta nacional del Colegio de psicólogas/os conversa con The Clinic y advierte: “La universidad no es lo necesario, es solamente una forma de educación superior, es uno de los modos".

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Este martes 11 de enero se publicaron los últimos resultados de la Prueba de Transición para la Admisión Universitaria (PDT), que contó con 180 puntajes nacionales, un 22% menos que el proceso anterior. 

Frente a esta etapa de resultados y postulaciones vuelven a surgir ciertas incertidumbres en los y las jóvenes chilenas, especialmente cuando los puntajes obtenidos están por debajo de las expectativas. 

Particularmente este rango etario, los jóvenes, se han visto afectados en términos de salud mental durante la pandemia del Covid-19, según destaca un sondeo realizado por Unicef en adolescentes y jóvenes de 13 a 29 años pertenecientes a nueve países de Latinoamérica y el Caribe. 

Allí, se destaca que un 27% de los jóvenes reportó sentir ansiedad, y un 15% depresión, 1 de cada 2 jóvenes indicó que siente menos motivación para realizar actividades que normalmente disfruta y un 43% y 31% de las y los jóvenes respectivamente se siente pesimista frente al futuro.

¿Cómo un mal puntaje en la prueba de admisión universitaria puede afectar a las y los jóvenes chilenos en términos de salud mental? ¿Qué medidas se pueden tomar al respecto? Isabel Puga Young, psicóloga clínica infanto juvenil, y presidenta nacional del Colegio de psicólogas/os, entregó algunos detalles a The Clinic sobre este proceso y cómo enfrentarlo. 

Isabel explica que todo el panorama previo a la prueba de admisión universitaria configura un gran estrés para las y los postulantes, que se enlaza con el concepto de proyecto de vida que se tiene en la actualidad. Ese conducto regular que se implanta desde niño. 

“Es la presión que tenemos de este modelo neoliberal, que está muy instalado, y desde una mirada exitista. La representación es salir del colegio y entrar a la universidad, no existe otra cosa entre medio. Se sale del colegio, se da una prueba, se entra a la universidad y se pone a trabajar”, explica Puga. 

“Muchas veces incluso las madres y los padres dicen ‘lo único que le puedo dar a mis hijos es educación‘, y está ese concepto instalado. Es una gran presión para muchas chicas y chicos respecto a las representaciones que hay de la etapa en la que se encuentran, de lo que se espera que tengan que hacer, y todos sabemos que también entrar a ciertas universidades no es lo mismo que entrar a otras…”, agrega.

“Es la presión que tenemos de este modeloneoliberal, que está muy instalado, y desde una mirada exitista. La representación es salir del colegio y entrar a la universidad”.

Además, explica Isabel, existe una idea de que la prueba de admisión define el futuro de las y los jóvenes. 

-El futuro no es entrar a una universidad a estudiar a una carrera y que uno inmediatamente tenga claro lo que hacer. Yo diría que la pandemia nos ayudó a entender de que existe la posibilidad de reinventarse, existe la posibilidad del emprendimiento, y que el emprendimiento no necesariamente está asociado a una carrera universitaria, sino que a ciertas habilidades blandas. 

-Y el modelo educacional secundario está armado así en su mayoría…

-Claro, las habilidades blandas se olvidan. Yo diría que la pandemia visibilizó que no se requiere una carrera universitaria para tener éxito, se requieren otro tipo de habilidades. Tienen que ver con la sensibilidad y creatividad, capacidad de relacionarse con otros, en fin. Las universidades además tienen ciertos eslóganes. “Esta universidad te va a ayudar a ser un agente de cambio“. “Si tú estudias aquí vas a poder lograr el idealismo que quieres”. Y después las mismas universidades te atrapan diciendo “si quieres que te vaya mejor, estudia un posgrado“. Está hecho de tal manera que no se infiere que es un negocio, sino que es lo esperado. Todos aquellos que tengan una trayectoria distinta, como fuerzas armadas o técnicos, son mirados como que lo están haciendo mal. 

Yo diría que la pandemia visibilizó que no serequiere una carrera universitaria para tener éxito, se requieren otro tipo de habilidades. Tienen que ver con la sensibilidad y creatividad“.

-¿Y cómo perjudica eso?

-Esa presión produce ansiedad, porque en el fondo es como súper incierto lo que te va a pasar, hay una gran presión, hay una gran amenaza, de que si no cumplo lo que se espera qué me va a pasar, y muchas de las mamás, papás o familias tienen puestas todas sus expectativas en eso, y si no les resulta lo que quieren es como “qué va a pasar ahora”. 

¿Esa preocupación antes de las pruebas universitarias la puede observar en los jóvenes en las consultas que usted realiza? 

-Sí, un montón de veces, es muy común y sobre todo en este tiempo en pandemia. Me ha tocado ver depresiones, agobio, estrés y crisis de pánico, y empiezan a aparecer no cercano a la prueba, sino que en el año, en cuarto medio, por la presión que significa terminar el colegio y dar la prueba. Es un agobio que tienen, porque en el fondo cuando están sometidos a una situación de mucho estrés, donde no ven la salida, el estrés tiene que ver con una amenaza. Llega un momento en que empiezas a sentirte agobiado por esa presión constante, y viene la depresión, una visión negativa del mundo y del futuro. 

“Hay una gran presión, hay una gran amenaza, de que si no cumplo lo que se espera qué me va a pasar, y muchas de las mamás, papás o familias tienen puestas todas sus expectativas en eso”.

En otros casos también puede afectar en temas físicos, justo previo a las pruebas, con mal dormir, por ejemplo…

-Claro, pero es un porcentaje no más. Yo diría que hay muchos jóvenes que tienen capacidad de adaptarse y adecuarse frente a la presión. Hay un cierto grado de ansiedad y emoción pero lo pueden manejar, pero hay otros que ese nivel de ansiedad lo que les produce es que los paraliza. Hay ciertos factores, y es que la prueba no solo define el futuro, sino que si no has tenido un buen desempeño en el colegio, la presión es mayor. Si fuiste inmaduro, no sé, y no sacaste un buen NEM, es una gran presión.

“En la adolescencia hay muchas situaciones y convicciones que pueden generar problemas. Son personas que están en desarrollo todavía, no tienen porqué tener todo claro. El problema asociado a eso es que claro, ya no pueden cambiarlo. Hay casos de chicos que prefirieron abandonar el colegio y hacer de nuevo el curso, porque estaban pasando con un cuatro, y queda como un año no realizado”, agrega Isabel.

“Me ha tocado ver depresiones, agobio, estrés y crisis de pánico, y empiezan a aparecer no cercano a la prueba, sino que en el año, en cuarto medio, por la presión que significa terminar el colegio y dar la prueba”.

Cuando los puntajes no cumplen las expectativas

-Ayer salieron los resultados de la PDT, y aunque hubo buenos resultados, sin duda muchos otros estudiantes se enfrentan a un puntaje insuficiente para lo que andan buscando. ¿Cómo se puede apoyar a los jóvenes a lidiar con esta mala noticia?

-En el fondo, es una prueba que se puede repetir. Se puede hacer de nuevo o se pueden tomar otras decisiones respecto a la carrera que tú quieres realizar, y que van por un camino que puede ser distinto del esperado. Puedes estudiar algo técnico, como TENS, y después ser enfermero, por ejemplo. No necesariamente el trayecto esperado es el correcto, hay otras maneras de llegar. Puede ser una universidad que quizás no tenga gran prestigio, pero te puede ir muy bien, o en segundo año puedes cambiarte, o estudiar en una con convenios internacionales. Hay muchas otras formas distintas de poder armar el proyecto. 

Y lo otro importante, es que la universidad no es lo necesario, es solamente una forma de educación superior, es uno de los modos, están también los institutos. Hay muchas otras posibilidades, y también está la opción de ser emprendedor

Hay que mirarlo con más amplitud…

No se acaba la vida. Se puede esperar un año más o ver otras maneras. Es complicado sí, porque la sensación es que quedan marginados del sistema, como excluidos. Necesitamos una mayor inclusión, de entender que no hay solo una forma correcta de ver las cosas. La pandemia visibilizó eso, que hay otras maneras. En el fondo, el punto es romper esta representación de que hay una única y correcta trayectoria. No es un fracaso, se puede aprender qué falló y cambiar las estrategias, si se quiere volver a dar la prueba. 

“En el fondo, es una prueba que se puede repetir. Se puede hacer de nuevo o se pueden tomar otras decisiones respecto a la carrera que tú quieres realizar, y que van por un camino que puede ser distinto del esperado“.

El rol de los padres en todo este proceso debe ser fundamental, ¿no? Tanto antes como después de la prueba

-Claro, el apoyo. Los estudios muestran que el apoyo de las familias es fundamental. Aunque ha habido un cambio en esta época posmoderna donde se han perdido todos los referentes, todos los estudios e investigaciones muestran que la familia sigue siendo el referente más importante. No están ni ahí con la política y otros temas, pero la familia sí que es fundamental, sobre todo en estas tomas de decisiones. El apoyo familiar es importantísimo, y hay que centrarse en la persona y no en el desempeño. Apoyarlo en cambiar los planes y generar nuevos proyectos, como resolución de conflictos.

No se acaba la vida. Se puede esperar un año más o ver otras maneras. Es complicado sí, porque la sensación es que quedan marginados del sistema, como excluidos“.

Y no transmitir los miedos o concepciones de los padres a los hijos. Antes era muy común que los hijos, por presión, estudiaran la misma carrera que los padres…

Sí, antes era común, pero los padres actuales ya son millennials. Ya más o menos lo saben, sí hay personas más conservadoras. O por ejemplo, cuando la familia es disfuncional, es un poco más complejo. Hay personas que se proyectan también a través de sus hijos, que sus hijos e hijas hagan lo que ellos no pudieron hacer, pero eso es otro tema. En general las familias son mucho más apoyadoras y protectoras de lo que uno se imagina. Hay que apoyar a los hijos en el momento en que se sientan fracasados, y ver otros caminos y decisiones para ese año, aunque ahora los jóvenes tienen instalado lo del año sabático

¿Qué medidas a nivel país serían buenas para disminuir la presión psicológica de los jóvenes en este proceso?

A largo plazo, es una reestructuración completa del sistema educacional, no puede ser que exista esta brecha, estamos en 2022. No puede ser que estemos en una situación de inequidad brutal, que dependiendo de donde tú naciste está dicho lo que vas a hacer. Y sobre todo con la visión neoliberal que indica que “puedes hacer lo que tú quieras”. “Si tú te esfuerzas lo vas a lograr”. No es tan así… A largo plazo sería eso.

¿Y a corto plazo?

A corto plazo tiene que ver con tener otras oportunidades de prueba en el año, que son cambios que se están haciendo y viendo. A mediano y largo plazo es que se acabe el aumento y explosión de más universidades. ¿Hasta cuándo hay una explosión de universidades y de carreras? No puede ser. En Psicología se están titulando 4.000 al año y ya somos 60.000. Somos como 300 psicólogos por cada 100 mil habitantes, y en los países desarrollados son 18 por cada 100 mil. Hoy, además, estudiaste una carrera que costó 500 mil pesos mensuales, y estás ganando de sueldo de jornada completa 400 mil

-Por otro lado, ¿cómo los colegios podrían ayudar en este tema a los alumnos antes de la prueba?

-Yo creo que centrarse solo en apoyarlos para que aumenten el puntaje, siempre en lo academicista, no ayuda para nada. Aquí tiene que ver con los futuros transversales que tienen los colegios, de manera tal que tú puedas enfrentar si tienes un fracaso, o si no logras lo que esperabas lograr, y además ser capaz de tener una buena toma de decisiones de lo que quieres para el futuro. 

En pocas palabras, es desarrollar las habilidades blandas, fortalecer esas capacidades que te permiten la tolerancia a la frustración, la toma de decisiones y el pensamiento creativo. Estar preparado para las distintas instancias que tiene la vida. Eso deben hacer los colegios, más que centrarse en algo académico y en el desempeño. Centrarse en la persona. Centrándose en ella, tienes una persona preparada. Puedes enfrentar con menos estrés lo que signifique, puedes enfrentarlo sabiendo que no se te va la vida con la famosa prueba.

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