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15 de Enero de 2022Las tres señales que presagian la extinción de cualquier especie y que los humanos ya están viviendo, según científico
Agencia Uno
Baja fertilidad, disminución de la variación genética y degradación del hábitat son tres factores que prevén el fin de una especie.
Las señales que preparan al ser humano para la extinción ya están aquí. Así lo afirmó al menos el biólogo evolutivo Henry Gee, quien sostuvo que la humanidad está en una etapa en la que el colapso es inevitable e inminente.
En su columna publicada en Scientific American, el también paleontólogo resumió los tres indicios que advierten la extinción de cualquier especie. Y que el Homo sapiens ya está viviendo, aseguró.
En los ’60 existían dos factores que amenazaban la permanencia de las personas en la tierra: la tercera guerra mundial y la sobrepoblación.
Sin embargo, la aniquilación nuclear ya no es una preocupación patente. Además, la densidad demográfica se duplicó y “aún así se vive en mejores condiciones y con mayor riqueza de las que se esperaba en esa década”, destaca Gee.
No obstante, asegura que hay un momento que llega en todo proceso evolutivo, incluso en animales que parecen estar prosperando en el planeta: el camino ineludible a la desaparición.
La deuda de extinción
La primera de las señales, según Gee, es lo que denomina la “deuda de extinción”. Esto es la forma en la que se mide el impacto a largo plazo que tiene la contaminación ambiental en la biodiversidad.
Para el científico, este concepto engloba la principal amenaza para las personas y su prevalencia en la Tierra.
“Usualmente, la causa de la extinción es una reacción tardía a la pérdida del hábitat. El riesgo es mayor cuando un grupo domina un área a expensas de otros animales que tienden a migrar”, señaló Gee.
A su juicio, “el humano ocupa casi todo el planeta y por lo tanto, hemos secuestrado la mayoría de la producción del hábitat planetario. En ese escenario, el Homo sapiens ya podría ser una especie muerta que camina”.
Falta de variación genética
La especie humana existe hace aproximadamente 315 mil años, período en el que ha estado cerca de la extinción en más de una ocasión, explicó Gee.
A pesar de eso, la población aumentó muy rápido desde una base muy pequeña e inestable. En consecuencia, el humano es una especie extraordinariamente similar entre sí.
De esta forma, afirma el paleontólogo, con la segunda de las señales que presagian la extinción “se sembró la semilla de la perdición humana”.
“Hay más variación genética en unas pocas manadas de chimpancés salvajes que en toda la población humana. La falta de variación genética nunca es buena para la supervivencia de las especies”, advirtió el científico.
Desaceleración del crecimiento demográfico
La población se ha duplicado desde la década de los ’60, pero la tasa de crecimiento demográfico se ha reducido a la mitad. La recesión ha sido tal, que se estima que en 2100 la población será menor a la de ahora y que a mitad de siglo comenzará a caer en picada.
El investigador plantea que también hay un motivo económico detrás de la baja en la tasa de aumento poblacional. “Hoy las personas trabajan más para mantener el nivel de vida de sus padres, que quizá ni siquiera es alcanzable en la actualidad. Producto de esto puedes estar aplazando el tener hijos al punto en el que su fertilidad comienza a decrecer”, teorizó.
En suma, la calidad del esperma humano ha disminuido considerablemente desde hace décadas. Si bien no hay certeza de por qué sucede este fenómeno, el paleontólogo cree que puede ser producto de la contaminación ambiental.
Otro factor determinante de esta tendencia podría ser el estrés. “Durante gran parte de su evolución, las personas se movieron por la Tierra en grupos dispersos. La costumbre de vivir en ciudades unas al lado de las otras es reciente”, aseguró.
