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Salud

21 de Enero de 2022

Estudio sugiere que una siesta mejora la memoria a largo plazo en adolescentes

Pixabay/Viki_B

Siempre está la preocupación de que si un adolescente no duerme lo suficiente, bajará las notas y su rendimiento. Pero este estudio sugiere que con una hora y media de siesta, es suficiente para que esto no suceda.

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Una investigación realizada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Singapur, encontró que dormir 90 minutos ayuda a mejorar el aprendizaje. Esta siesta diurna diaria beneficia la memoria de los adolescentes, independiente de las horas de sueño que tengan.

Los adolescentes tienen problemas de sueño en general, pero esto se debe a que tienen otro ritmo circadiano. National Institute of General Medical Science (NIGMS) lo define como “cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas”. Estos cambios responden al día y la noche, como sucede con el sueño.

Un adolescente que empieza su día entre las 6-7 a.m, su cuerpo no está completamente despierto hasta las 9-10 a.m. Entre las 10 de la mañana y la una de la tarde, está completamente lleno de energía, ya que sube a la temperatura corporal. Pero entre las 14:00 y las 17:00 horas, se produce un bajón de energía nuevamente.

A la hora de dormir, lo normal es que a las 23:00 ya esté descansando, pero la melatonina (hormona del sueño) llega una hora más tarde.

Pero esta hormona puede verse comprometida a causa de distractores. Si el adolescente usa demasiado los dispositivos electrónicos, la luz azul suprime a la melatonina. Esto causa más estragos en su hábito de sueño.

El experimento de la siesta

Los investigadores reunieron 112 adolescentes que no tenían hábitos de siesta y estudiaron su memoria de largo plazo durante dos semanas. Específicamente, la memoria declarativa y habilidades de conocimiento fáctico.

La primera también es llamada memoria explícita. Son los recuerdos de nuestro día a día y algunas personas toman conciencia de ello. Por ejemplo, recordar qué almorzaste el día anterior. Lo segundo son los conocimientos científicos.

Así, simularon un día normal en el colegio y controlaron el sueño con ocho o 6.5 horas. Estas dos horas tenían dos grupos: uno con privación de sueño y otro que durmió de recorrido.

Adicionalmente, algunos días les dieron nueve horas de completo descanso (días de recuperación).

El grupo privado de sueño tenía 1.5 horas de siesta. Los que tenían 6.5 horas para dormir (sin restricción de sueño), tuvieron el mismo tiempo de siesta.

A todos ellos les presentaron 160 imágenes y en el día de recuperación se les presentaron 80 fotos más de manera aleatoria. Les preguntaron qué foto era nueva o antigua. Esta evaluación era para analizar su memoria explícita.

Para el reconocimiento de conocimiento fáctico, los jóvenes estudiaron imágenes de 12 tipos de anfibios. En una hora de sesión, estudiaron seis especies de día y seis en la tarde. En el día de la recuperación, les hicieron 360 preguntas de dos alternativas con dificultad aleatoria.

Impacto positivo

Los resultados indicaron que gracias a la siesta, los jóvenes tuvieron buenos resultados en las pruebas de memoria declarativa (las imágenes mezcladas) durante la tarde. Esto fue independiente de las horas de sueño que tuvieron.

Los adolescentes que durmieron ocho horas, por supuesto tenían mejor memoria que el grupo de 6.5 horas de sueño continuo. Pero “la memoria en el grupo de sueño dividido en 6,5 horas no difirió significativamente de los grupos divididos en ocho horas”, señaló el estudio.

Algo similar sucedió con las tareas de conocimiento fáctico durante la tarde. La división de sueño, independiente de las horas dormidas, tuvo buenos resultados en el aprendizaje.

“Los grupos de sueño dividido en las duraciones de ocho horas y 6.5 horas tenían una memoria significativamente mejor de las especies aprendidas en la tarde”, comparó la investigación con los alumnos de sueño continuo.

La investigación concluyó que los resultados de las pruebas de memoria declarativa fue gracias al breve descanso. Y que los conocimientos fácticos tienen más probabilidad de ser retenidos bajo un horario de sueño dividido.

A diferencia de los grupos que tuvieron el sueño continuo, ellos se vieron afectados en el aprendizaje durante la tarde.

Estos resultados sugieren que facilitar las siestas podría traer excelentes resultados educativos. Aunque no se excluyen efectos negativos en otras facultades cognitivas.


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#NIGMS#siesta#Singapur

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