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5 de Marzo de 2025

El día en que Sofía Loren se convirtió en la “mascota” de los ferrocarriles chilenos

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Chile cuenta con una rica historia ferroviaria, marcada por una red que, en su momento de mayor expansión, fue un pilar fundamental para el crecimiento y la población del país. Durante los siglos XIX y XX, los rieles fueron el principal motor de progreso, conectando regiones y facilitando el desarrollo económico y social. Sin embargo, hacia fines de la década de 1950, el parque de locomotoras chileno comenzaba a mostrar signos de obsolescencia. Las enormes máquinas a vapor, aunque imponentes, resultaban poco eficientes debido al alto consumo de agua y carbón que requerían en cada trayecto.

Locomotora E-32(01) en Estación Central – Imagen: TrenChile Facebook

Con el objetivo de modernizar el servicio y reducir costos operativos, a fines de los años 50, Chile encargó nuevo material rodante al consorcio italiano Breda Marelli G.A.I. Este pedido incluía locomotoras y automotores eléctricos, que prometían elevar el estándar del transporte ferroviario. Entre 1961 y 1962, llegaron al país 34 unidades de la locomotora E-32, el modelo más grande de los adquiridos. Estas impresionantes máquinas, capaces de arrastrar trenes de hasta 1200 toneladas (equivalente a 15 o 18 vagones) a velocidades de entre 130 y 140 km/h, comenzaron a operar en rutas como Santiago-Valparaíso y Santiago-Temuco. Sin embargo, su enorme tamaño las limitaba en ciertos tramos, como el trayecto a Concepción vía San Rosendo, debido a las complejas curvas del recorrido.

Una foto que dio la vuelta al mundo

Una de estas locomotoras E-32 fue bautizada cariñosamente como “Sofía Loren” por los ferroviarios chilenos, quienes quedaron impresionados por las elegantes curvas de su carrocería italiana, que contrastaban notablemente con el diseño de las locomotoras locales. Este apodo no pasó desapercibido, y pronto surgió la idea de enviarle una fotografía de la locomotora a la famosa actriz italiana como un gesto de admiración.

Imagen de ferroviarios chilenos con la locomotora E-32

Según relata la revista En Viaje en una de sus ediciones de 1965, la fotografía fue enviada en mayo de ese año a Nueva York, donde se creía que Sofía Loren se encontraba. Sin embargo, la actriz estaba en Europa, por lo que la imagen tuvo que ser reenviada a París. Tampoco allí fue posible entregársela, ya que Loren había viajado a Roma debido a su apretada agenda laboral. Finalmente, en junio, después de recorrer miles de kilómetros, la fotografía llegó a manos de la actriz en la capital italiana.

La historia no terminó ahí. Sofía Loren, conmovida por el gesto, llevó consigo la imagen hasta Londres, donde le pidió a su esposo, Carlo Ponti, que gestionara un regalo dedicado a Chile. A través de las Relaciones Públicas de Paramount, se envió a la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) una fotografía de la actriz sosteniendo la imagen original de la locomotora, acompañada de una dedicatoria escrita de su puño y letra: “A los FF.CC. del Estado de Chile, con mucha cordialidad y amistad. Sofía Loren, 1965”.

Extracto de la revista En Viaje de 1965

Así, la locomotora E-32 “Sofía Loren” se convirtió en la más glamorosa y simbólica “mascota” en la historia de los ferrocarriles chilenos, uniendo el mundo del cine con la tradición ferroviaria de Chile en un episodio que trascendió fronteras.

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