Secciones

The Clinic
Buscar
Entender es todo
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

8 de Junio de 2025
Landerretche
Landerretche
Imagen: Sandro Baeza/The Clinic

Perfil de Óscar Landerretche: el excéntrico de Tohá

Foto autor Kike Mujica Por Kike Mujica

El economista Óscar Landerretche irrumpió en la campaña de Tohá fiel a su estilo: disparando -con una franqueza que irrita a parte de su mundo socialista- contra el Frente Amplio. Es Phd del MIT, tuvo chapa a los dos años de vida para protegerse de Pinochet y hoy es bicho raro dentro del establishment del progresismo.

Compartir

Una semana después de la derrota presidencial en 2009 de Eduardo Frei, la revista Qué Pasa publicó en su portada un texto que titulaba “La Concertación ha muerto: ¡Qué viva la Concertación!”. 

El arco iris de la campaña del NO ilustraba el manifiesto.

Óscar Landerretche, Carolina Tohá, Claudio Orrego y Ricardo Lagos Weber fueron los autores. El artículo no logró remover ni un ápice los alicaídos espíritus concertacionistas, que ya olfateaban el fin de un ciclo.

Era hora de duelo, no de partos.

Esta semana, 16 años después, Óscar Landerretche, (53 años) aterrizó como asesor de la candidatura de Carolina Tohá. E irrumpió con la franqueza que lo caracteriza -la que irrita a muchos en el PS, su partido- reivindicando la era concertacionista.

En este punto, Óscar Landerretche no exhibe titubeos: nunca se acomplejó por el pasado ni tampoco titubeó ante los dedos inquisidores de la nueva izquierda.

“Siempre he creído que la Concertación, con todos sus defectos, es el mejor proyecto político que ha tenido este país. Y estoy convencido de que cuando volvamos a tener algo parecido, será muy bueno para Chile”, me dice.

Por eso está con Tohá. “Sin cargo, solo apoyando”, dice. Siempre ha sido muy cercano a la candidata. “Entré a trabajar por ella porque quiero motivar a que gente que piensa como yo, que vote por Carolina”, comenta.

El niño clandestino

La biografía del economista está marcada por una larga y obligada residencia en el extranjero. 

En 1973, su padre, Óscar Landerretche Gacitúa, era un destacado militante del PS, con preparación militar en Cuba. “Fue una de las cabezas del aparato armado del partido”, me dicen en el PS. 

De hecho, lideró, el 11 de septiembre, el combate contra los militares en la residencia presidencial de Tomás Moro.

Luego del 11, la familia se sumergió en la clandestinidad. Óscar Landerretche tenía menos de un año. El primer pleno post Golpe del Comité Central del PS fue en su casa, en el paradero 5 de Vicuña Mackenna.

En 1974, los Landerretche huyeron a Colombia. Pero el hijo, de dos años, tuvo que quedarse acá, cuidado por parientes. Para protegerlo le crearon una identidad falsa. Una chapa.

Luego de un año, el niño, con pasaporte de refugiado político, se reencontró con su familia en Colombia. Su padre entró a estudiar a la Universidad de los Andes -la más reputada de ese país- y por buen rendimiento académico logró que el gobierno de ese país le concediera una beca en la Universidad de Oxford.

Óscar jr. estudio la primaria en Inglaterra -en un colegio público- y luego la secundaria en Colombia. Alcanzo a estar un año en la Universidad de Los Andes en Bogotá y decidió volver a estudiar economía en la Universidad de Chile. 

En 2003 obtuvo un PhD en Economía en el MIT. 

Nunca un cheque en blanco

Reconocido como uno de los economistas más sobresalientes de la izquierda -si no el más-, Óscar Landerretche es un bicho raro -y conflictivo- dentro del establishment del progresismo. 

Para algunos, Óscar Landerretche es un “espíritu libre”, para otros un “caballo desbocado”.

“Tiene poco tino”, me dice un histórico del PS. “Por decirlo de manera elegante”, agrega.

“Es brillante como economista; inútil en la política”, dice un PS histórico.

“La franqueza como la de él no siempre aporta en la política”, dispara otro militante socialista. 

“Que me digan que soy franco lo considero un halago, no un defecto”, responde él.

Fiel a su estilo, arribó esta semana al comando de Tohá con un exocet en la mochila. 

Los periodistas le preguntaron si apoyaría a Winter o Jara en el caso de que Tohá perdiera las primarias.

“A estas alturas de mi vida y con el comportamiento que ha tenido gente en política, olvídense de los cheques en blanco. Cuando uno se ha portado mal, se ha equivocado y hecho tantas tonteras tantas veces, como las de los últimos años, no hay cheques en blanco”, respondió sin titubear.

Jeannette Jara lo recriminó: “Esto sería como cuando ‘Quico’ jugaba a la pelota, le metían un gol y se llevaba la pelota para la casa… las primarias son pactos de honor, me extraña mucho que se hagan ese tipo de comentarios…”.

“No dije que no votaría por ellos. Lo que dije es que me tienen que convencer de que vote por ellos”, precisa.

La opinión de Óscar Landerretche del Presidente Boric

En los últimos cuatro años, Óscar Landerretche no ha escatimado en criticar los derroteros del Frente Amplio. Y de todos quienes en el socialismo democrático, su mundo, se rindieron obnubilados, por los complejos, a sus pies.

Le irrita la frivolidad y “los asaditos”. Nada parecido a Lagos y a Bachelet, dice su entorno, que son ejemplos para él. 

“Creo que la irrupción del frenteamplismo radicalizó su mirada crítica sobre la izquierda chilena”, reflexiona un socialista.

Óscar Landerretche milita desde los 90 en el PS. Un compañero de ruta del economista cuenta que en era un militante muy valorado dentro del partido. “Era la promesa juvenil del PS, por la brillantez intelectual. Además, su padre es querido y respetado dentro del partido”, dice.

Óscar hijo participaba activamente de la vida partidaria. Su prestigio neuronal hizo que tanto Bachelet como Frei -fue coordinador programático de la campaña de 2009- lo situaran en posiciones destacadas dentro de sus campañas presidenciales.

Bachelet 2.0 lo nombró presidente del directorio de Codelco. Estuvo ahí entre 2014 y 2018. Realizó una gestión tan destacada como polémica porque  se atrevió a ordenar la casa y eso se tradujo que muchos inquilinos privilegiados -apitutados- lo tuvieran entre ceja y ceja.

En enero de 2017, mientras estaba en Codelco, sufrió un atentado: recibió un paquete bomba en su casa. Lo entregaron en forma de regalo y tras abrirlo sufrió heridas en el abdomen, brazo y antebrazo. Una hija y una empleada del hogar sufrieron lesiones auditivas.

Después de eso decidió escribirle un libro infantil a cada uno de sus hijos. Lleva dos y le faltan otros dos que está terminando.

Militante polémico

En 2019, Álvaro Elizalde y Maya Fernández se enfrentaron por la presidencia del partido. La elección fue belicosa. Landerretche propuso que los dos se bajaran.

“Teniendo la mejor opinión de Álvaro Elizalde, que además es amigo mío, y de Maya Fernández, que no conozco tan bien, pero tengo la mejor idea, es momento de dar un paso al lado para poder mejorar esta crisis. Es el momento de la unidad para sanear nuestro partido”, propuso.

“Esto lo enemistó con varios sectores del PS. No tiene apoyos dentro del partido, pero sigue siendo respetado. De hecho, lo primero -y lo único- que hizo Paulina Vodanovic fue pedirle que la asesorara”, dice un socialista.

Óscar Landerretche dice que nunca se enteró de la molestia que despertó en el PS su mensaje de 2019.

“Yo me fui alejando del partido porque que opté por una carrera académica”, dice. “Soy un simple militante”, agrega.

El maldito infierno

Esta semana, en radio Infinita, le preguntaron a Óscar Landerretche por el futuro del Presidente Boric y del FA.

“Hay que diferenciar un poco qué es lo que uno cree que son las convicciones de un político, de lo que le conviene decir. Yo creo que va a ser interesante observar al Presidente cuando sea expresidente, a mí todavía no me… cuando alguien se comporta de una manera por 17 años, y después por 2 (años) se comporta de otra manera, está bien, es un avance, pero quiero ver”, respondió.

Le pregunto a Óscar Landerretche por su opinión de Boric.

“Tengo bastos reparos con el Presidente. Yo necesito más contenido y menos imagen por parte de los políticos. No me va estar con las representaciones simbólicas, los disfraces. No, no, no. Creo que le hace muy mal a la izquierda chilena esta obsesión con la cosa comunicacional, todo es como un filtro de Instagram”, me dice.

En la entrevista con Infinita también le envió un mensaje sin anestesia al FA. “Me gustaría que si hay un gobierno de derecha traten de no derribarlo, y convertir el país en un maldito infierno y quemar iglesias, quiero ver eso. ¿Estoy convencido de que eso no va a ocurrir? No, no estoy convencido”.

Final

Un amigo de él dice que es arrogante y prepotente cuando quiere. Demasiado. Creyó en una candidatura presidencial, la de él, que resultó un experimento solitario, fracasado y por lo mismo inexplicable. Un socialista, que no lo tiene precisamente en los altares, dice: “Después de Eyzaguirre y Marcel, es la carta de nuestra credibilidad en economía. Es el que viene, el mejor”.

Comentarios

Notas relacionadas