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27 de Abril de 2009

1918: La peor pandemia de gripe porcina de todos los tiempos

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Hoy en día, el HHS (Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos), calcula que el número de muertos a nivel global por causa directa de la Gripe Porcina –o gripe española, como se le conoció en su momento- ronda entre los 50 a los 100 millones. Sin embargo, este suceso fue oscurecido en notoriedad por los eventos de la Primer Guerra, y hoy en día pocos conocen o están enterados del mismo.

Irónicamente, esta pandemia nivel 5, que tuvo lugar de 1918 a 1919, no sólo superó en cantidad de víctimas a la Peste Negra, sino que además incluso multiplicó varias veces en número a los caídos por la guerra misma. En total el 2,5% de la población mundial pereció y un 20% sufrió este subtipo del virus de la gripe, científicamente denominado H1N1. De hecho, su índice de mortalidad es cientos de veces superior al de los subtipos comunes de gripe.

Con un desgarrador índice de contagio del 50%, y síntomas capaces de debilitar y consecuentemente matar a una persona promedio fácilmente, la enfermedad se extendió como reguero de pólvora por todo el mundo en cuestión de semanas.

Si bien el paciente cero fue registrado en Kansas, el 11 de Marzo de 1918, la enfermedad fue denominada como “Gripe Española” ya que España, al no haber estado involucrada en la guerra, fue el país que más reportó los casos de este virus. Los otros países involucrados en la guerra temían desmoralizar a la población reportando las víctimas. De esta manera, ante los ojos del mundo, España parecía ser de ser el epicentro del virus.

Varios países europeos y americanos entraron en un estado de histeria masiva, y en muchos de estos se llegó a implementar desde toque de queda hasta la detención de ciudadanos que deambularan por la calle sin protección respiratoria. Las morgues y hospitales prácticamente se abarrotaron de cadáveres, debiendo derivar el traslado de cuerpo directamente a quemaderos industriales con el fin de deshacerse rápidamente de los mismos. En el sur de los Estados Unidos, pueblos enteros desaparecieron. Solo en Octubre de 1918 más de 300 mil personas murieron en Estados Unidos a causa de la gripe. La falta de personal, tanto público como privado, llevó a que miles de empresas y servicios básicos como la luz, el agua y el teléfono fuesen interrumpidos. No obstante, la epidemia causaría muchas más víctimas per capita en Europa que en Estados Unidos, esto a causa del mejor manejo de la situación en dicho país. En Estados Unidos, y a diferencia de Europa, los enfermos eran trasladados a enormes centros de control, limitando así la posibilidad de infección de los mismos. Con el tiempo, y tras millones de muertes, la masiva pandemia fue controlada.

Por qué tan mortífera

En Estados Unidos, la policía tenía la orden agrupar a los enfermos en instalaciones como la anterior. Este enfoque salvaría cientos de miles de vidas.

Hoy en día gracias a un controversial y arriesgado estudio, se pudo teorizar a una hypercitoquinemia, o “tormeta de citoquinas”, como el factor responsable por el altísimo índice de mortalidad del virus. Las citoquinas, grosso modo, son proteínas de control. Las mismas ejercen una función reguladora en las células que las producen. Desde el crecimiento, la comunicación celular, la quimiotaxis, y, pertinente a este caso, la secreción de inmunoglobulinas .Sin complicar las cosas mucho, y haciéndolo fácil de entender, durante una “tormeta de citoquinas” una retroalimentación positiva repetitiva (en castellano: una respuesta en sentido directo a un estímulo que se repite una y otra vez) se produce a causa de la presencia del subtipo H1N1. Como resultado las citoquinas señalan a los macrofagos y las células-T (mecanismos de defensa contra patógenos) a dirigirse en sentido del estímulo. Por una razón todavía no entendida por la ciencia actual, en el caso de la “tormenta de citoquinas” esta retroalimentación positiva se vuelve repetitiva en exceso, y pierde el control que normalmente el organismo ejerce sobre la misma, llevando a la producción excesiva de citoquinas y la deterioración de tejidos a causa del proceso. Como resultados, intensas fiebres, mareos y fatiga extrema llevan a la muerte, incluso, de adultos jóvenes.

El posible “próximo causante” de una pandemia nivel es el H5N1, o gripe aviar, la cual tmabién causa la muerte a causa de una “tormentas de citoquinas”. Y, como bien se mencionó en el video presente en este artículo, el resultado sería mucho peor, ya que los viajes intercontinentales e internacionales se han incrementado enormemente, mientras que la infraestructura hospitalaria, a causa de los modelos de máximo rendimiento económico actuales, ya no está diseñada para soportar pandemias masivas como en el pasado.

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