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Opinión

30 de Noviembre de 2009

Juan Pablo Sutherland: “La derecha saca el tema gay sólo por si agarra algún votito”

Juan Pablo Sutherland, escritor y editor de la antología «A corazón abierto. Geografía literaria de la homosexualidad en Chile», acaba de publicar el ensayo «Nación marica». Aquí examina los términos con que se alude a los homosexuales en Chile y comenta las propuestas de unión gay de los presidenciales.

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POR CATALINA MAY • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES



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Hablas en el libro “Nación marica” de la posible traducción del concepto queer. Explícame.
Queer es el caballo de Troya que surge entre los activistas, porque es un término provocador. Antes de que tú me tires el imaginario homofóbico encima, me digo a mí mismo marica. Es un tema sobre la construcción del lenguaje desde lo políticamente correcto. Hay palabras que se han ganado en la lucha cultural, como homofobia o diversidad.

O gay.
-En determinados momentos, la palabra gay sirvió en términos de visibilidad, pero hoy lo puedes ver como un nicho de consumo más. Siempre tiene que haber un gay en el programa de televisión, es parte del marketing de una supuesta diversidad.

¿Y marica o maricón?
-En marica, más que en maricón, hay un recurso político. Es como cuando entre las putas se dicen putas, fantástico. Pero que otro lo diga es bien distinto, porque tiene otras cargas valóricas. Entre las locas se pueden loquear, pero cuando ese discurso está en otro, puede convertirse en algo discriminatorio.

¿Qué pasa con fleto, cola, colisa?
-Son parte del rosario marica del lenguaje popular. Lo que está haciendo el activismo es volver políticas esas palabras. Y eso es la traducción del queer: volver algo que era un estigma en un lenguaje político. El marica no le está pidiendo permiso a nadie, no está pidiendo que lo acepten, ES marica.

¿Y sopla nucas o muerde almohadas?
-Ja. Me parece que están dentro del imaginario de las prácticas sexuales miradas desde la heterosexualidad. Las locas no dicen eso.

¿Cómo te acomoda que se llame a los homosexuales en los medios de comunicación, por ejemplo?
-No es que hayan palabras más correctas que otras. Tiene que ver con cómo los medios construyen los contextos, la manera de instalarlos y trabajarlos. Porque el lenguaje está vivo.

Dices en el libro que La Cuarta es el brazo homofóbico de El Mercurio.
-Claro. La Cuarta dice en un titular: “Lesbiana mata a su pierna”. Ahí hay dos cosas: el delito de ser lesbiana y de haber matado a su pareja. Es otro medio del mismo conglomerado y lo usan para decir lo que quieren, pero de otra manera, de forma popular, supuestamente acrítica y no política. Siempre tratan a los homosexuales desde la parodia y la crónica roja.

ALIENS

A propósito de la actual discusión sobre la unión civil y el matrimonio gay, planteas en el libro que el matrimonio es “un modelo de convivencia institucionalizado” que tiene una serie de limitaciones, y cuestionas la opción de perseguirlo tanto. ¿Qué propones a cambio?
-Está bien que exista esa demanda, pero no depositar todas nuestras espectativas ahí. Con que las locas se casen, no se resuelve la discriminación laboral, o los problemas con los programas de educación sexual para los jóvenes. Además, el matrimonio como institución heterosexual está completamente en crisis. Entonces ¡cómo vamos a estar aspirando a eso!

Pones como ejemplo de otras formas de convivencia a los grupos de lesbianas y homosexuales que intercambian parejas para tener hijos y funcionan como comunidades de padres colectivos.
-Siempre los homosexuales hemos tenido maneras distintas de convivencia. Incluso en la heterosexualidad hay otras formas de construir familia, más allá del papá, mamá e hijos.

¿Qué piensas del proyecto de unión civil propuesto por la derecha?
-Ellos quieren agarrarse algún votito gay por ahí y por eso sacan el tema. Pero la derecha va a neutralizar cualquier objetivo de intentar homologar esa familia homosexual a la heterosexual. Piñera, en su fiesta electoral, está tratando de que alguna loca llegue a sus votos.

El domingo Frei hablaba en una entrevista sobre “el problema” de los homosexuales y Chadwick hablaba la semana pasada de la necesidad de tolerar a aquellos que están fuera del “orden natural”. Es casi como si fueran aliens…
-Es interesante eso, porque el alien es raro, extraño. Y queer es eso. Es como decir: “Sí, soy alien, ¿y qué?”. Ese discurso cristiano homofóbico de compasión de Frei es completamente arqueológico.

¿A qué candidato le crees su propuestas?
-Hay gestos interesantes, rescato a MEO en el gesto de disidencia respecto a la Concertación y además hace un rescate interesante de las demandas homosexuales. Arrate también da la posibilidad de rediscutir y avanzar.

VILLEGAS HOMOFÓBICO

La semana pasada entrevistamos a Luciano Cruz-Coke, que trabaja en el comando de Piñera. En la entrevista, él abrió la posibilidad de permitir la adopción de niños por parejas homosexuales, cosa que la derecha antes no había hecho. ¿Qué te parece?
-Ese es el lugar más cuidado por la derecha, así que me parece interesante ese cruce, hay que darle una vuelta. Pero con esa venia o sin ella, los homosexuales y lesbianas ya han criado a sus hijos. Entonces que ellos y el Estado se pongan al día con cosas que ya pasan, me parece fantástico.

Hay un texto en el libro que se llama Fernando Villegas: un bufón para la homofobia. Apuntes para develar la barbarie de un histérico. ¿Por qué tanto?
-Me interesó hacer un análisis de la homofobia disfrazada de progre de Villegas. Esa homofobia que se disfraza de diversidad y dice: “Oye, pero si todos podemos opinar”. Él ha sido bastante brutal en sus declaraciones, como cuando dijo sobre Lemebel: “Yo no he leído a ese maraco”.

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