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LA CALLE

12 de Julio de 2011

El hombre al que multaron por andar a pata pelada

Carta de un lector furioso porque Carabineros le pasó una infracción por insistir en andar a pie pelado.

Por

De viaje en bus, segundo piso de éste, durante la noche del día 7 de junio saliendo de Santiago a la 20:00 horas, con destino a Ancud, decido sacarme las sandalias (tipo de calzado que uso durante todo el año desde ya muchos años atrás). En ese intertanto ingresa uno de los choferes y, el auxiliar del bus, me observa y continúa caminando. Posteriormente se acerca a mi el auxiliar pidiéndome que me ponga los zapatos, le contesto que no los uso y que no entiendo cuál es el problema, y que no pueden obligarme a hacerlo, menos, si no uso zapatos.

El auxiliar se retira y sube posteriormente el mismo chofer (momento en que me entero quién es él), me increpa enojado, mencionando que hay reclamos de los pasajeros.  Le contesto lo mismo que el auxiliar, dándose la situación para preguntar a los demás pasajeros! , los cuales se sorprenden por lo sucedido. El chofer, en eso, me amenaza con pasar a carabineros, y le menciono que sí, que por favor lo haga (pensando que sería bueno ante tanto desacuerdo).

El bus se detiene en un retén carretero (de Paine) para hacer la entrega de lista de pasajeros. Al instante, suben dos carabineros. Uno me pregunta si yo soy la persona que tiene problemas con la tripulación del bus, lo que me sorprende, por la actitud gratuita que muestra esta persona. Le contesto que yo no, pero ellos parece que sí. Él mismo pregunta a los pasajeros si hay reclamos por mi supuesta impropia conducta y  todos le contestan que no. Le pregunta a mi compañero de asiento (que no conozco), y le contesta también con una negativa; nuevamente el carabinero -al igual que la tripulación del bus- quiere obligarme a ponerme zapatos. Le explico que no uso (¡pero calcetines, expresa el carabinero!), obviamente le contesto lo mismo que a los demás.

En eso el carabinero me ordena, molesto,  bajar del bus. Me demoro para poder hacer una llamada, me dice que la puedo hacer en el retén y me conducen al recinto (en el cual estaré retenido por 30 a 40 minutos). En ese lugar me espera otro carabinero, que trata de explicar de qué forma atento contra la normativa. Éste, en alto tono, me acusa de ser una persona con malas costumbres, comparando con una situación de alguien que se desviste en público. Me muestra el artículo 87, punto 3 y, el artículo 88, que corresponden a la normativa que rige a los vehículos de transporte público. Ante eso, trato de explicarle que lo que expone es una interpretación subjetiva y arbitraria. El carabinero continúa con su alto tono apelando a que el tiene la razón, le pido que no tiene por que levantar la voz; me contesta que él es así, y lo hace para que la gente le entienda, le digo que no es necesario hablar conmigo en ese tono y le digo que necesitaré sus nombres y nº de placa. Ante eso se sulfura, infla el pecho mostrando su placa y nombre diciéndome, que si quería verlos es fácil porque ahí están, y además ordena a un subalterno a cursarme una infracción apelando al artículo 88, y que en la boleta yo tendré los nombres y nº de placa que necesito.
En el lugar están los dos choferes dos carabineros que intervienen directamente, más otros carabineros. El chofer Nestor Pinto Pinto, que es quien comienza todo e insiste en querer demostrar su razón, donde yo le repito que no entiendo cuál es el problema. Nuevamente menciona que basta que exista un reclamo para que ellos actúen. Le repito que nadie hizo reclamo alguno, que era cosa suya, lo que reconoce, pero menciona esta vez -junto a su colega- que ellos están para prevenir problemas. Bueno. Se me cursa la infracción y se me ordena subir al bus, en el cual los demás pasajeros expresan su apoyo hacia mi, no entendiendo nada del porqué de la situación.

Además comento que el carabinero que ordena se curse la infracción, se lavó las manos descargando toda la responsabilidad en su subalterno, ya que el parte sólo está el nombre de quien lo emite.

Los nombres de los involucrados son: El pobre carabinero Fabián Rojas Moya, quien emite la infracción, y el que me obliga a bajar del bus; y Leonel Santana; y el auxiliar Juan Carlos Huentelical.

Comento, además, que he hecho todos los reclamos correspondientes y no he tenido ningún tipo de respuesta, incluso el juzgado de Policía Local de Paine, lugar donde fui citado para el 20 de junio, a los que remití una carta solicitando un exhorto. En mi última consulta en el juzgado de Ancud, me mencionan que como no es un parte por infracción a la ley de tránsito, no es de tanta relevancia y que por eso se demora la respuesta desde Paine.

Por consiguiente, ante tanto… no sé como definirlo… preocupante experiencia: “Acuso de acto de Discriminación a la Empresa Queilen Bus, y de Maltrato con Abuso de Poder por parte de la Institución de Carabineros de Chile”; ya que se me obliga a bajar en contra de mi voluntad del bus y además se me retiene ilegalmente como si fuera un delincuente.

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