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Opinión

10 de Mayo de 2013

Ex diputado Eduardo Saffirio: “Longueira acusó a tres de sus compañeros en ingeniería para que fueran expulsados”

El abogado y ex diputado DC recuerda la época en que coincidió con el candidato presidencial de la UDI, Pablo Longueira, en la Universidad de Chile. Sostiene que en 1979 el entonces dirigente estudiantil de derecho Fernando Barros y su homónimo de Ingeniería, Pablo Longueira, utilizaron su llegada con el entonces ministro de la dictadura, Sergio Fernández, para solicitar, afirma, la expulsión de seis dirigentes de la democracia cristiana quienes pudieron seguir estudiando porque los décanos se movilizaron y consiguieron transformar la marginación definitiva en una suspensión.

Ivonne Toro Agurto
Ivonne Toro Agurto
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El jueves 17 de octubre de 2002, el entonces diputado Eduardo Saffirio, tomó la palabra en la hora de incidentes de la Cámara de Diputados para responder a un duro discurso de su entonces colega, Pablo Longueira, en que éste -tras haber regresado de Estados Unidos donde cuestionó el modelo económico del Presidente Ricardo Lagos en un encuentro de la Cámara de Comercio Chileno Norteamericana en Miami- aseveraba que había “falta de estabilidad, de credibilidad y de liderazgo interno”. “Este caballero que acaba de hablar, tiene mi misma edad: nacimos el mismo día del mismo año. Él es de la UDI, yo soy democratacristiano. Cuando yo era jefe de la Democracia Cristiana universitaria de la Universidad de Chile, en los años 1980 y 1981, este caballero era jefe del gremialismo. Fue dirigente designado por los militares en la Universidad de Chile, fue delator de sus compañeros”, apuntó Saffirio quien remató con un irónico “cada vez que abre la boca expele ácido”.

A más de diez años de esa polémica, el ex parlamentario reafirma con The Clinic Online sus dichos de la época y revela detalles de lo que fue la dirigencia universitaria del candidato a la presidencia de la UDI.

¿Cómo funcionaban los organismos de representación universitaria en la época en que Longueira fue presidente de la Fecech (Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile)?
Hay que aclarar que Jaime Guzmán hizo debutar el sistema binominal en las elecciones universitarias, porque hizo que se eligieran dos delegados por curso, igual que en los distritos hasta hoy. A ellos se sumaban las directivas  salientes, que eran designadas, de las carreras -tres personas- que participaban en el consejo de delegados para elegir el centro de alumnos como si fueran senadores designados. En derecho el presidente designado por el régimen era Fernando Barros, que después fue abogado de Pinochet en la detención en Londres. Se llamaron a elecciones universitarias a nivel de curso el año ’79, o sea, seis años después del Golpe de Estado, y ahí se eligieron dos delegados por curso. En derecho, los de derecha sacaron cinco delegados, uno por curso, y la DC otros cinco. Luego de eso la orden era que se juntara el consejo de delegados, que eran 10 electos, a los cuales se les incorporaban los tres dirigentes designados y así el gremialismo quedaba con mayoría, excepto en el pedagógico, donde los cursos eligieron a uno de izquierda y un DC y se les fue de las manos. En derecho, como estaba muy intervenido, decidimos no ir al consejo para elegir a la Fecech porque estaba manipulado. Fue con esas condiciones que llegó Pablo Longueira a la presidencia de la Fecech en 1981.

Usted acusó a Longueira en 2002 de haber delatado a tres de sus compañeros de ingeniería con el ministro de Interior de la época, Sergio Fernández, para pedir su expulsión, ¿cómo sucedió esto?
Yo fui uno de los seis democratacristianos expulsados de la Universidad de Chile en 1979. Fuimos tres de derecho y tres de ingeniería: Felipe Sandoval, Marcelo Leseigneur, Enrique Fanta, de la facultad de Longueira; y Gabriel Ascencio, Guillermo Pickering y yo en derecho. Los gremialistas le fueron a pedir nuestra cabeza al ministro de Interior de la época, Sergio Fernández, con quien tenían llegada directa en lo que es hoy el Centro Cultural Gabriela Mistral, en ese entonces el edificio Diego Portales.

¿Y usted cómo supo quiénes habían “pedido sus cabezas”?
¿Por qué los expulsados supimos esto? Porque los decanos, aunque eran de derecha, nos ayudaron. Claudio Anguita en Ingeniería y Hugo Rosende -Anguita era de la derecha liberal; Rosende, de la derecha dura, con gran influencia-, se negaron a firmar la notificación de expulsión que venía desde el ministerio de Interior, porque era una notificación, no una solicitud de iniciar algún proceso ni nada similar. Y para peor, decía que no podíamos matricularnos en ninguna otra universidad chilena y con Pickering que estábamos en tercero, empezamos a hacer planes para irnos a España, donde estaban dispuestos a recibirnos. Sin embargo, los decanos se movieron mucho, en especial, Rosende que tenía mucha influencia, si incluso llegó a ser ministro de Justicia y transformaron esta expulsión del sistema chileno en una suspensión y nos reincorporaron en agosto. Bueno, Rosende nos dijo textual: “Acá se movieron Barros en derecho y Pablo Longueira en Ingeniería y pidieron la expulsión de ustedes. Acá hay una maniobra del gremialismo”.

¿Y Rosende fue así de claro sobre este punto?
Sí, nos dijo que la cabeza nuestra fue pedida por el gremialismo y los jefes gremialistas de derecho e ingeniería -Barros y Longueira- se lo pidieron directamente al ministro Sergio Fernández. Y aquí, nos explicó, no está metido ni el rector de la Universidad de Chile porque estos muchachos se los saltaron.

¿Qué ganaba el gremialismo con la expulsión de ustedes?
Querían eliminar a la DC de la Universidad. Esta cosa estaba muy bien pensada, si Longueira era el mejor representante del régimen en la Universidad y usted sabe lo que era la dictadura. Él acusó a tres de sus compañeros. Nos querían borrar. El golpe era pegar en la organización de representación gremial y dirección política. En derecho, por ejemplo, Ascencio era jefe del comité de participación que agrupaba a todos los estudiantes opositores a la dictadura en derecho; yo era delegado de curso electo en tercer año y mi par de la derecha era Teodoro Ribera, así de chico es el mundo; y Pickering era director de la DCU clandestina de derecho. Lo mismo pasaba en Ingeniería

¿Por qué cree usted que Rosende, que después fue ministro de Justicia de la dictadura, intervino a favor de ustedes?
Rosende nos tenía mucho aprecio, no era un tipo de vendettas, a pesar de que no estaba de acuerdo con nosotros. Y sobre todo no quería que le tocaran la Escuela ni a los alumnos y defendía todo el arco de alumnos, de comunistas para el centro. Tenía muy puesta la camiseta de la Chile, y logró neutralizar la operación de Jaime Guzmán de tomarse la escuela de derecho de la Chile. No podía ver a Guzmán ni a los Chicago boys. Tanto los neutralizó en la Chile que yo, un mes después de reincorporados, hice un discurso en el hall centra de la Universidad de Chile y no me pasó nada. Al final Rosende y Anguita le doblaron la mano a Guzmán y a sus representantes en la Chile, Barros y Longueira, y nunca más hubo expulsados ni en derecho ni en ingeniería.

¿Usted conversó alguna vez sobre este tema con Longueira, le pidió alguna explicación de su proceder?
Qué explicación le iba a pedir sí yo sé cómo funcionó el gremialismo en esa época en la Universidad. ¿Para qué le voy a hacer la pregunta de Paulsen? A ver ¿por quién votó usted en el plebiscito o qué hizo en dictadura? Lo sé. Nunca le dije nada a Longueira. Una vez viajamos juntos desde Portugal, después del incidente en la cámara, cuando él ya era senador y tuvimos una conversación sobre política nacional muy educada. Lo que pasó en 2002, y que fue por lo que yo decidí relatar este episodio, es que Longueira, en medio de una crisis económica, se fue a Miami y habló en la Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio y se desmadró, poco menos le dijo que no intervinieran un peso porque esta economía se iba a desfondar. Él volvió de Estados Unidos y la UDI le cedió en la hora de incidentes todo el tiempo y fue muy soberbio. Yo iba a hablar por problemas de mi distrito, endeudamiento de comunidades mapuches por proyectos campesinos en
Padre las Casas y escuché a Longueira pontificando sobre democracia y pedí todo el tiempo de la DC, que eran 12 minutos y le digo esto que te he contado.

¿Y qué le parece que él sea hoy pre candidato presidencial?
Es lamentable, pero no me sorprende. Tuvimos a Sergio Fernández electo en el Senado, a Jovino Novoa, a personas que fueron alcaldes designados. Así es la democracia nomás, la derecha se mueve entre el 30 y el 50% de los votos y hay que aceptarlo.

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