Lejderman y su encuentro con Cheyre: “no le deseo a Cheyre ni a ningún genocida lo que pasaron mis padres”

Foto: Afepoc

Ernesto Lejderman visitó Chile para hablar en El Informante, programa del Canal 24 Horas, sobre el caso que vinculó la muerte de sus padres con el ex Comandante en Jefe del Ejército y actual director del Servel, Juan Emilio Cheyre, quien lo entregó a un convento de monjas cuando solo era un bebé.

Lejderman relató la forma en la que murieron sus progenitores, según lo relatado por los compañeros de su padre, la que dista mucho de lo que él considera “dos mentiras”, como fueron los dos diferentes partes médicos que se entregaron por estos dos fallecimientos. Uno de estos decía que sus padres, un argentino y una mexicana, habían muerto en un enfrentamiento armado con los militares, mientras que el otro hablaba sobre un suicidio con dinamita.

Estas dos versiones distan mucho de la manejada por el argentino, quien contó que fue un taxista el que informó a los militares de la estadía de Bernardo Lejderman y María del Rosario en la zona, tras lo cual un grupo de ellos se movilizó y dio muerte a la pareja, llevándose al niño con ellos. Esta verdad le fue ocultada hasta su adolescencia, haciéndole creer gran parte de su vida que sus padres habían muerto en un accidente automovilístico. Lejderman sostiene desde un primer momento que no desea “a Cheyre ni ningún militar genocida” lo que ellos pasaron.

“¿Por qué cuando fue jefe del ejercito no brindó información que los familiares necesitábamos saber?” fue la primera pregunta que el argentino realizó al actual director del Servel, quien dijo no tener más información que la ya provista durante su declaración como testigo en el juicio del año 2007 que terminó con tres militares condenados, asegurando que “todo lo que el Ejército sabe ha sido entregado”.

Cheyre, además, comentó no haber dudado nunca de las versiones que en aquel momento existían sobre la muerte de los padres de Ernesto Lejderman, afirmando que no existían antecedentes que pudiesen dar espacio para ello y que recién en el año 1998 tuvo conocimiento sobre el caso en específico cuando se reabrió el expediente. También se defendió asegurando ser el primer militar en reconocer tanto el informe Valech como Rettig, comentando que lo “más duro” de su vida fue el “reconocer los crímenes del pasado” cometidos por las Fuerzas Armadas.

Sobre su rol dentro del regimiento, donde cumplía el rol de ayudante, Cheyre dijo no saber que acciones realizaban las patrullas, aseverando que existían ciertos grupos con autonomías dentro del grupo de militares, agregando que él solo estuvo involucrado en la entrega del niño a un convento para que, a través de aquel lugar, se diese con el paradero de otros familiares.

“Los militares siguen teniendo poder en Chile”, aseguró Lejderman, afirmando que lo único que quiere es que “los militares cumplan una pena que corresponda con el crimen de mis padres”. “A 40 años no se ha resuelto nada. Es algo que reclama todo Chile. Todo Chile vivió el miedo, el terror (de la dictadura)”, alegó el argentino, para luego finalizar haciendo un llamado a Cheyre parea terminar con “el pacto de silencio” y diga “donde están los cuerpos de mis padres”.

“Si supiera una palabra más, se la diría de corazón”, dijo Cheyre, quien también desconoció algún tipo de “pacto de silencio”, instando a quien supiese algo a que hable. “Tengo el mismo sentimiento de Ernesto, sino no estaría aquí”, afirmó el retirado militar.