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Opinión

18 de Octubre de 2013

Diputado Cristián Letelier: “Para Jaime Guzmán la homosexualidad era casi una enfermedad”

El parlamentario -que renunció hace poco a la UDI- afirma que "él era tan excepcional que era capaz de la sublimación de la sexualidad. Mucha gente común no lo entiende, pero él era un ser superior. A él lo asesinaron cuando el sobrino que hoy hace la película tenía 11 años, no sabía que para Jaime la homosexualidad era casi una enfermedad" y agrega que el fundador del gremialismo quería ser sacerdote.

Ivonne Toro Agurto
Ivonne Toro Agurto
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El pasado lunes el directorio de la Fundación Jaime Guzmán determinó pagar una inserción en los diarios El Mercurio y La Tercera para cuestionar la película “El Tío”, que se estrenó ayer en cines y que es dirigida por Ignacio Santa Cruz, sobrino del asesinado fundador de la UDI.

“La película parece tener un solo hilo conductor: desacreditar y denigrar moralmente al hombre y al político que fue Jaime Guzmán. Ello, con nítidos tintes ideológicos, se hace sin sustento alguno, basado únicamente en la proyección febril de supuestos imaginarios, la banalidad argumentativa y la ramplonería en el uso del lenguaje y las imágenes”, asevera la publicación.

¿Qué tiene tan molestos a los gremialistas? El diputado Cristián Letelier, quien conoció a Guzmán siendo un escolar y quedó encandilado con su discurso, tomó ayer la palabra en la Cámara de Diputados y centró sus críticas al filme en que éste muestra al senador como “un mandado lleno de traumas, es cierto que doña Carmen Errázuriz tenía su carácter, pero ella se complementaba con Jaime, no lo dominaba. Él tampoco era un desviado”.

-¿No lo era?
-No pues. Uno tiene que defender la honra de los que quiere y si yo estoy en política es por Jaime Guzmán, por la consecuencia de él entre lo que hacía y decía. Si hay alguien que es intachable es él y esa película…

-¿Usted ya vio la película?
-No, sólo he visto el trailer, pero es una distorsión de lo que es su vida privada y pública. No conozco persona que haya estado más apegada al evangelio que Jaime Guzmán y él lo practicaba, en la caridad, en la política. Y ahora le hace esto un sobrino…es cierto ese dicho de que no hay peor ave que la del propio nido. Sus sobrinos dicen que hay que sacar a la luz aquello que ha estado oculto tanto tiempo. Para nosotros, sus amigos, no hay nada oculto, para nosotros fue un referente, un ser inolvidable que vivió como un servidor de Cristo.

-Entonces no era homosexual, sino casto?
-Él era tan excepcional que era capaz de la sublimación de la sexualidad. Mucha gente común no lo entiende, pero él era un ser superior. A él lo asesinaron cuando el sobrino que hoy hace la película tenía 11 años, no sabía que para Jaime la homosexualidad era casi una enfermedad, porque, decía él, alteraba la naturaleza de procreación del ser humano, por eso que se diga que él tenía una desviación es inaceptable.

-Pero se trata de una película, por naturaleza es ficción y la ficción se puede tomar todas las libertades que quiera.
-No en este caso porque Jaime es un mártir, no un acomplejado. Jaime es de todos los chilenos y no hay derecho de especular…Quieren manchar su imagen, su honra, es intolerable.

-¿Es tan grave que hubiera sido gay? Lo que él fundó es un partido político y no se entiende cómo su condición sexual sea tan relevante si la UDI es un legado político, no religioso.
-Claro que es grave, porque la UDI, la original eso sí, defendía principios cristianos, entre ellos la defensa de la familia. Entonces que se muestre como un desviado, es alterar la esencia más profunda de Jaime, él murió por defender sus ideas y no merece ser ahora asesinado moralmente. Los muertos también tienen derecho a la honra.

-Para entender bien, Guzmán no vivía su sexualidad no por ser gay sino porque su cristiandad…
-Sí, si Jaime no hubiera sido asesinado, habría abrazado el sacerdocio. Era místico. En la campaña senatorial él no tuvo un lenguaje político, sino evangélico, de llevar a Dios a los más pobres. Quienes estuvimos con él, damos gracias a Dios por haber puesto a Jaime en nuestras vidas.

-¿Cómo conociste a Guzmán?
-Era alumno en el Liceo 11 de Las Condes. Jaime lideraba el movimiento gremial, y fuimos con un grupo de estudiantes. Me llamó poderosamente la atención su discurso, después lo conocí más profundamente en Derecho y ahí él brillaba por su inteligencia.

-¿No te pareció raro que alguien ya mayor, que ya trabajaba, se interesara en reunirse casi sólo con jóvenes?
Uno siempre se debe rodear de gente joven, para sembrar ideales, ser un paradigma. A Jaime le gustaba formar personas, así es que no es de extrañarse por esa característica de estar con gente de generaciones distintas. Además en una revista a él le preguntan sobre quién le gustaría que fuera su pareja y él responde Karin Ebensperger, con nombre y apellido, porque era bella e inteligente. Si Jaime sabía también de mujeres, siempre opinó sobre las pololas de nosotros y nos decía si nos convenía o era apropiada, porque él sabía hasta de eso, porque, como he dicho era extraordinario.

-¿Qué te deslumbró tanto?
-Su liderazgo que estaba en su mirada distinta desde cosas banales como un partido de fútbol o acreditar la existencia de Dios. Era un manjar de los dioses conversar con Jaime Guzmán, tener un almuerzo con él, porque era muy excelso. Tenía mucho carisma, pero era a la vez muy realista. No era un mandado lleno de traumas.

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