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Nacional

4 de Diciembre de 2010

Camila Vallejo, presidenta de la Fech: “La de Piñera no es una gran reforma, sino un bluf mediático”

Ana Rodríguez
Ana Rodríguez
Por

Fotos: Alejandro Olivares
A doce años de que por primera vez la primera mujer llevara el mando de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), una estudiante de Geografía, militante de las Juventudes Comunistas, vuelve a tomar el cargo. Sobre los cambios en educación anunciados por Piñera, la crisis de la eduación superior y la importancia de la casa de Bello, Camila Vallejo es enfática. “Con un Presidente poco conocedor de la historia, es lógico que no vea su importancia como formadora de conciencia crítica”.
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Siempre supo que quería entrar a la Chile. “Era mi primera y única opción”, dice Camila Vallejo, quien cursa quinto año de la carrera de Geografía.

-Me formé con una conciencia muy crítica desde el colegio y esperaba encontrar en la universidad un ambiente amplio, pluralista, y poder identificarme con algún grupo -cuenta.

Al año de entrar a la carrera ingresó a las Juventudes Comunistas, gracias a una amiga que le mostró el partido y le presentó compañeros de otras carreras. El 2008 se constituyó Estudiantes de Izquierda, una alianza entre las JJCC, el Movimiento Nueva Izquierda Universitaria e independientes. Ahí, cuenta Camila, empezaron a consolidar un proyecto para la Universidad. Y ganaron la federación el 2009 y el 2010.

-A partir de eso me motivé a postularme. Fue una idea de todo el colectivo y yo terminé aceptando, considerando la importancia que investía el cargo y lo relevante que era continuar con el proyecto. Las elecciones no se dan de un año para otro, sino que son procesos continuos.

¿Qué distingue al movimiento Estudiantes de Izquierda del resto de los grupos de izquierda que postularon a la Fech?
-Principalmente cuestiones de forma, porque los objetivos de la izquierda casi siempre son comunes. Lo que nos diferencia es cómo se construyen esos objetivos, con quiénes uno interactúa, con quiénes generas alianzas, convergencias, y finalmente eso es lo que nos tiende a dividir. Principalmente en lo interno. Hay muchos independientes que se han acercado a trabajar con nosotros. Este año nosotros evaluamos positivamente que la mesa de federación y el pleno en general esté mayormente representado por la izquierda. Creemos que es una oportunidad para avanzar, sobre todo en un contexto nacional que es totalmente adverso, que requiere de cierta unidad para poder avanzar en lo que son objetivos más estratégicos, de largo plazo.

Como Fech, ¿cuáles son los principales lineamientos que se proponen?
-Lo más relevante es lo que tiene que ver a nivel nacional con las reformas que se van a empezar a implementar el próximo año a la educación superior. Queremos estar bien preparados, trabajar desde este año en generar espacios de discusión, de articulación, con otros actores que van más allá de los que componen la Universidad de Chile en general. Es muy importante acercarse a los profesores, pero también a los secundarios, al mundo social en general, a los pobladores. Queremos recuperar esa relación que tenía la federación con los territorios, porque es fundamental generar una mayoría social. A nivel nacional apostamos a generar unidad dentro de la universidad y convergencia con otros actores fuera de la universidad que nos permita establecer una plataforma y a partir de eso construir un movimiento propositivo, ya conociendo los lineamientos generales de la reforma a la educación superior.

¿Y a nivel de la universidad?
Es fundamental que la universidad sea más consecuente con lo que dice ser. Lamentablemente la Universidad de Chile no es la misma de antes. Se privatiza cada vez más, entra en la lógica del mercado, y en ese proceso hemos visto como el acceso ha tendido a una elitización. Hay cosas en que se puede avanzar en cuanto a democratización interna, a la participación estudiantil de manera vinculante, en comprometer más a los tres estamentos en lo que es la vida universitaria. Vemos también al interior de la universidad que todavía tenemos facultades del primer y tercer mundo. Eso tenemos que saber subsanarlo a través de la redistribución del presupuesto.

DESPLAZAR A LA DERECHA

¿Cuál crees que es el rol de la Fech en tiempos de un gobierno de derecha?
-La federación ha tenido históricamente un rol político muy importante de construcción y transformación en el país. Hoy día más que nunca la federación debe no solamente disputar ideológicamente la reforma a la educación superior, sino que también tiene que estar presente en todas las áreas donde se lideran ciertas luchas, reivindicaciones. Que la federación no opine solamente en el tema educacional, sino también en áreas temáticas, como medio ambiente, género, organizaciones sociales, entre otras. La Fech debe apostar a generar la conformación de un gran movimiento social que sea realmente oposición al gobierno, que hoy día no se ve expresada de manera sólida. Crear convergencia en términos políticos para desplazar a la derecha que hoy día está en el gobierno.

¿Qué te parecieron las reformas educacionales que anunció Piñera?
-Nosotros creemos que no hay una gran reforma, sino un engaño, un bluf mediático. Aquí, Piñera solamente viene a reforzar un modelo que se inició en la década de los’ 80, un modelo basado en el mercado como ente regulador, en la competencia como aseguradora de calidad, en el financiamiento a través de vouchers, que son financiamientos destinados especialmente a la demanda. No hay un afán por establecer un sistema de educación firme, colaborativo, sino que se fomenta la competencia, como con la semaforización de la educación. Finalmente aquí hay una reforma, pero reforma para los mejores, siempre para la excelencia.

¿Qué te parece el anuncio de la disminución de horas de historia en el currículum escolar?
-Con un Presidente poco conocedor de la historia, es lógico que no vea la relevancia, la importancia de la historia como formadora de conciencia crítica, de una ciudadanía conocedora de su pasado para proyectar y construir su futuro. Y eso tiene mucha relación con la disminución de la formación en educación cívica. Hoy en día está en discusión la participación de los jóvenes en el sistema electoral, pero no ha habido una discusión de fondo sobre cómo nos planteamos una política de Estado que contribuya realmente a que la ciudadanía tenga mayor empoderamiento, que conozca cuáles son sus derechos y sus deberes. La importancia de enseñar historia es fundamental en la formación de una sociedad democrática, y eso no lo está viendo Piñera ni Lavín. No hay un afán por mejorar los procesos de enseñanza. Sólo les preocupa mejorar indicadores.

Dices que la universidad ya no es la misma que era antes, ¿Cuál crees que sigue siendo el valor de la Chile hoy en día?
-Creo que todavía mantiene, a duras penas, un rol social fundamental. El nivel de investigación que realiza, cómo vincula la investigación a la docencia, la extensión, cómo difunde los conocimientos que desarrolla. Hay problemas internos, departamentos que no cumplen con eso, publican y todo queda en la biblioteca. Pero en términos generales, creo que la Universidad de Chile sigue liderando en investigación, transparencia tecnológica y extensión, con una responsabilidad social que es incomparable con otras universidades del Consejo de Rectores, y para qué decir con las privadas.

¿Cuáles crees que son los principales problemas de la educación superior?
-Hay una crisis de sentido. Dadas las circunstancias materiales y las consecuencias de la misma reforma de los’ 80, hoy vemos cada vez más disueltas las barreras entre educación estatal y privada. Y eso ha favorecido el argumento que emana del gobierno de decir que cualquier universidad puede generar bienes públicos. Eso tiende a generar una visión de la sociedad, ciertos modelos, profesionales destinados a un aparato productivo, que no están por abogar al bien común ni las necesidades de la gran mayoría del país. Es irrisorio que el Estado financie ese sistema.

Eres la segunda mujer en presidir la Fech. ¿Qué te parece?
-Nosotros somos parte de una historia. Y en la historia, la mujer siempre ha carecido de participación en términos laborales y sobre todo políticos. Ahora ha habido una mayor incorporación, pero siempre hay un prejuicio y una evaluación constante de las capacidades de las mujeres. Ese machismo siempre está calando. En términos de participación femenina, si bien nuestra universidad no se ha destacado por tener en la federación presencia de mujeres, sí hay harta participación en los plenos, consejerías, y a nivel de autoridad. Hay un aumento en la participación. Como presidenta de la Fech mi objetivo es representar a hombres y mujeres. Nazco de un proyecto en que participan hombres, mujeres y de toda la diversidad sexual también, entonces no me voy a dedicar a la reivindicación del género, aunque creo que todavía hay cosas no resueltas en la universidad, como las diferencias en los sueldos de las autoridades por sexo.

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