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Humor

14 de Enero de 2011

Ravinet se fue de callampa

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La salida del ex ministro Ravinet está lejos de ser por razones “personales y particulares”, como él mismo lo señaló. Piñera venía masticando la idea de pedirle la renuncia hacía rato, pero la situación se hizo insostenible. De hecho y por órdenes expresas del mandatario, no se le agradeció su labor en el comunicado que se envió a los medios, como suele hacerse en estos casos. En La Moneda aseguran que la decisión del Presidente lo tomó por sorpresa a la misma hora en que estaba en una importante reunión.

Piñera nunca estuvo conforme con el rol que cumplía Ravinet en su gabinete. La molestia del mandatario con su ministro de Defensa se había anidado hacía tiempo. De hecho, cuentan en Palacio, las reuniones bilaterales que tenía con sus ministros y que tanto le gustan a Piñera, fueron siempre las menos efectivas.

La paciencia del presidente se agotó luego de la salida de madre de Ravinet, cuando dijo en el Congreso que el famoso puente del Biobío valía “callampa”, después de dar explicaciones en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados por los cuestionamiento que hizo en su contra el Consejo para la Transparencia.

Por eso, explican en Palacio, pocos entendieron por qué el “colorín” esgrimió razones “personales y particulares” si los hechos eran completamente opuestos. Piñera había decidido pedirle la renuncia y adelantar una decisión que venía masticando hacía varios días. De hecho, cuando recibió el llamado desde La Moneda, Ravinet se encontraba en una reunión de trabajo horas después de que Ciper informara sobre el cuestionamiento de la Contraloría por la futura adquisición de una propiedad de más de un millón de dólares para el Jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Cristián Le Dantec. Además tenía agendada una cita para hoy con el ministro de Defensa de Argentina en Buenos Aires, Arturo Puricelli.

Piñera, quien le encomendó la misión a su jefe político, Rodrigo Hinzpeter, se encargó de demostrarle hasta el último minuto su molestia por la manera en que había desarrollado su gestión desde el día le entregó el famoso pendrive.

Según fuentes del Ejecutivo, por órdenes expresas del propio Presidente, en el escueto comunicado de prensa que se entregó a los medios de comunicación aceptando su renuncia, no hubo ninguna palabra de agradecimiento hacia el único miembro de su gabinete que no era parte de la Alianza. “El Gobierno quiere comunicar que esta tarde el Presidente de la República ha decidido aceptar la renuncia de Don Jaime Ravinet de la Fuente, ministro de Defensa, mientras se designa su reemplazante asumirá en carácter de suplente, Alfonso Vargas, actual Subsecretario de Fuerzas Armadas”, dice la breve nota.

Glamour y poca pega

Ravinet se había transformado en la moneda de oro de Piñera el día en que trascendió que el “colorín” había aceptado ser parte de su gabinete. No sólo era un golpe mediático, sino que también político.

La lectura que se había hecho en ese momento era que el ex DC podía convertirse en el puente que el mandatario se había propuesto conseguir con ese partido. “El problema es que hacía mucho tiempo que no lo recibía nadie en la DC”, comentan en la falange.

Pero de todos modos para Piñera era un punto ganado en la espectacularidad con que le gusta llevar las riendas de su gobierno. Sin embargo, a poco andar Ravinet fue dando malas señales. Las bilatelares que sostuvo Piñera con el ex alcalde fueron siempre las menos efectivas, de poco avance en términos de gestión. De hecho, su cartera no se instaló nunca en la agenda del gobierno porque “el ministerio no tenía voz”, explica una fuente de Palacio.

Para Piñera el mayor problema fue cuando se dio cuenta que no tenía en Ravinet un ministro 24/7. El “colorín” rápidamente dio señales que estaría presente, pero no como lo quería su jefe: En la gestión diaria. “Siempre estaba de gira, muchos cócteles, glamour, pero de escaso desempeño. Nunca entendió que su trabajo no terminaba con su incorporación”, explican en La Moneda.

La escena que mejor grafica la distancia que había entre Ravinet y sus compañeros de trabajo, se dio en diciembre pasado en medio de la fiestas de fin de año cuando por primera vez se reunía el poderoso sector que había llevado a Piñera al gobierno. En la cita, que congregó a los ministros y ministras y sus parejas, a parlamentarios y presidentes de partido, a Ravinet se le acercó poquísima gente y luego de las breves palabras del mandatario, se paró y se fue.

Sin piso político

Los problemas que había presentado Ravinet no sólo se quedaban en la escasa gestión, sino que también en la mala relación que había construido con los comandantes en Jefe del Ejército y en el poco piso político con el que contaba.

En julio de 2010, el ahora ex ministro había preparado un informe a petición de Piñera para proponer o decretar los indultos Bicentenario. El documento consideraba como posibles beneficiarios del indulto a quienes no habían sido condenados a presidio perpetuo o hubieren recibido más de una pena por violaciones a los DD.HH. durante la dictadura. La filtración del documento incluso llegó a oídos de Human Rights Watch, quienes se declararon en estado de alerta para que el gobierno no perdonara a quienes habían cometido crímenes de lesa humanidad.

En esa oportunidad, la oposición reaccionó alarmada por el contenido del informe, catalogándolo como “inmoral” e “infame”, lanzando todos los dardos contra su ex compañero de coalición. Ravinet en esa ocasión, en un adelanto de lo que vendría este 2011, respondió diciendo que esas críticas no tenían validez pues el documento era reservado. Finalmente no hubo indultos. Días después Piñera reculó en entregar el beneficio y justificó el hecho diciendo que estaba convencido de que era la mejor decisión para Chile. Un adelanto de lo que vendría después.

A seis meses de este hecho, otro documento de carácter reservado puso en el tapete al ex ministro de Defensa. El Consejo de Transparencia le pidió una respuesta por el sobrepago de un puente mecano para conectar San Pedro de la Paz con Concepción en los días posteriores al terremoto del 27 de febrero. Mediante un oficio, Ravinet respondió al Consejo condicionando la participación de las Fuerzas Armadas en labores humanitarias ante una nueva catástrofe si se le obligaba a revelar información de la compra hecha a través de la Ley Reservada del Cobre y por la cual se había desembolsado 16 millones de dólares.

Si bien, horas después tuvo que retractarse, el ex ministro fue citado a declarar frente a la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, donde fuera de su declaración y sin percatarse que las grabadoras de los equipos de prensa seguían encendidas, hizo un comentario a quienes estaban a su lado diciendo que el puente valía “callampa”.

Bonus Track

La renuncia del ex ministro de Defensa, con callampa incluida, enfocó toda la atención en el ex Concertación e hizo pasar colado a otro ministro que está en la cuerda floja: el titular de Energía, Ricardo Raineri. Justo antes de que el conflicto que tiene a Magallanes en paro por el alza en el precio del gas, el titular de Energía afirmó que a los habitantes de la zona se les estaba acabando la fiesta, declaraciones que en Palacio fueron muy mal evaluadas y que terminaron quitándole la vocería y ordenándole a quedarse piola.

Los rumores, al cierre de esta edición, han sido tan sonoros que incluso un funcionario de gobierno dice que ayer se hablaba del cambio de gabinete de las “2R”, por Ravinet y adivine quién…

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