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Poder

24 de Mayo de 2011

El proyecto secreto de “Bocaccio”

Desde hace más de 10 años que Carlos Herrera Jiménez, autor confeso del asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez, se dedica a grabar libros para matar las horas de encierro en el penal de Punta Peuco. La mayoría de las obras están hoy en la Biblioteca Central para Ciegos de Providencia, donde se puede encontrar desde clásicos como La Divina Comedia, hasta un texto de Frederick Forsyth, autor de joyas como El Manipulador y El Chacal. Hace dos años, él mismo quiso grabar Los Zarpazos del Puma.

Por

Punta Peuco Tucapel Jiménez DDHH Mamo Contreras

Imágenes cortesía de La Cuarta

Fue en 1996 cuando el ex CNI Carlos Herrera Jiménez, conocido en los cuarteles de inteligencia de Pinochet como Bocaccio, grabó su primer audiolibro en prisión. Su voz marcial y pastosa se guarda en decenas de cassetes que ha hecho llegar a la Biblioteca Central para Ciegos de la comuna de Providencia directo desde Punta Peuco, donde es vecino de Alvaro Corbalán, alias El Faraón.

Herrera Jiménez, quien actualmente cumple cadena perpetua por los crímenes del ex presidente de la ANEF Tucapel Jiménez y del carpintero Juan Alegría Mundaca, ocurridos en 1982 y 1983, respectivamente, trabaja todos los días en su computador, donde tiene instalado un software especial para grabar. Según un cercano, en su celda Bocaccio tiene un sencillo escritorio donde mata las horas leyendo en voz alta.

Hoy por hoy, además de las duras peleas que ha tenido con Gendarmería para obtener -sin suerte- beneficios carcelarios, Herrera está obsesionado con un ambicioso proyecto personal: crear el mayor archivo de audiolibros para ciegos del país. Y todo con la marca registrada de Punta Peuco.

Quienes lo visitan habitualmente cuentan que grabar estos libros es parte de su afición por las comunicaciones. De hecho, en 1991 y antes de caer preso por primera vez acusado de la muerte del transportista Mario Fernández –asesinado en 1984 a manos de la CNI en La Serena-, una de sus actividades favoritas era la radioafición.

Incluso, Herrera ha confesado a sus amigos que, además de sus ganas de estudiar filosofía y de crear el archivo de audiolibros, si sale en libertad está decidido a locutear en una radio comunal cuyos auditores estén presos.

El agente y la grabación

En un comienzo, cuando una asistente social de Gendarmería avisó a la biblioteca que Herrera estaba interesado en grabar los libros, a lo menos les llamó la atención. Si bien es el único militar que ha pedido perdón por los crímenes de la dictadura, también fue quien protagonizó el asesinato a sangre fría del líder sindical y del carpintero Juan Alegría, quien fue emborrachado en su mediagua en Valparaíso y obligado a escribir una carta culpándose del crimen de Jiménez, en circunstancias que la CNI le cortó las venas de ambas muñecas para simular un suicidio.

Los cortes fueron tan profundos que le cercenaron los tendones, echando por tierra la hipótesis oficial.

punta peuco mamo contreras mamo contreras pinochet ddhh

Como sea, en la biblioteca los usuarios nunca preguntan quién es la voz detrás de las obras; sólo disfrutan su lectura y la labor ayuda a ampliar la cintoteca, que cuenta hoy con más de 2000 títulos.

Bocaccio grabó los primeros textos entre 1996 y 1998. Entonces pedía a sus familiares que le llevaran los libros a su pequeña celda y, una vez que los grababa, los devolvía: en la cárcel no tiene espacio para tener su propia biblioteca y apenas puede guardar su ropa. Los casettes -y luego CD- los costea hasta hoy de su propio bolsillo.

Sin embargo, fue en 2008 cuando se tomó en serio su pasatiempo y, en paralelo a enviar sus discos a la Biblioteca Central para Ciegos por su propia iniciativa, comenzó a grabar a diario enormes textos: actualmente está concentrado en un libro de historia de Chile en el que, según se calcula, llenará 50 CD de 72 minutos cada uno.

Pero la historia no es su único interés.

“El Manipulador”

A mediados de los años 90, Herrera hizo llegar a la biblioteca una nómina de libros que estaba decidido a registrar. En la lista, como en su propia historia, predominaba la novela negra. Así, una de sus primeras entregas fue “El Manipulador”, de Frederick Forsyth, una historia sobre los servicios de inteligencia británicos escrita por el mismo autor de “El Chacal”, el texto que dio origen a la película “El día del Chacal”.

Coincidentemente, Herrera Jiménez también fue parte de organismos de inteligencia de la dictadura, específicamente de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE).

En el caso de “El Manipulador”, grabó el texto en 14 cassetes marca Philips de una hora cada uno. En total, fueron 840 minutos frente a una grabadora.
Luego vendría la entrega de “Teoría de la Constitución”, de Francisco Cumplido, ex ministro de Justicia de Patricio Aylwin; “Ha llegado el Águila” de Jack Higgins; “Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos; “Sueño de una noche de Verano” de William Shakespeare y “Cómo superar el dolor” del padre Marino Purroy.

En su colección personal también se encuentran registrados en audio “Cien años de Soledad” de Gabriel García Márquez y varios códigos para estudiantes de Derecho no videntes. Además, estuvo a punto de grabar “Los Zarpazos del Puma”, el libro de la fallecida periodista Patricia Verdugo en el que por primera vez se denunciaron las violaciones a los derechos humanos cometidas tras el golpe militar por la Caravana de la Muerte liderada por el general ( R) Sergio Arellano Stark.

Pero finalmente registró uno mucho más largo: La Divina Comedia, que lo condenó a leer durante 4 meses hasta llenar 14 discos en los que el ex agente recrea el paseo de Dante por el infierno, el purgatorio y el paraíso.

Abandonad toda esperanza

El libro de Dante le quedó dando vueltas en la cabeza. Tanto, que hace dos años, en una entrevista con el diario La Nación y frente a la pregunta si creía que iría al cielo, respondió: “Sí, sí. Cuánto me voy a demorar en llegar, es algo que no sé. Aunque creo que me voy a demorar bastante”. ¿La razón? “Por el purgatorio, pues”, respondió con ironía.

Resulta a lo menos curioso escuchar a un hombre con un pasado violento recitar con voz gangosa, en tono cándido y pausado, con todo el tiempo del mundo: “No esperéis nunca contemplar el cielo/ vengo a llevaros hasta la otra orilla/ la eterna tiniebla/ al hielo, al fuego”. En algunos pasajes su educación militar pareciera traicionarlo y los versos suenan toscos, como una orden de ejecución.

No es la única curiosidad del ex agente. A diferencia de otros lectores de audiolibros, al final de La Divina Comedia no quiso registrar información biográfica del autor, como es la costumbre de los demás voluntarios. Herrera, en cambio, sorprendió a sus auditores al incluir “Aguas Turbulentas”, una canción de Camilo Sesto: “Si la vida te trata mal/ y pierdes fuerza y moral/ no te acobardes/ Siempre tendrás/ una mano que estrechar”.

En la biblioteca Herrera aún tiene tarea pendiente. No ha entregado otros libros que comprometió: “Justicia de los Inocentes” de Elizabeth George, “Práctica del amor a Cristo” de San Alfonso María Ligorio y textos de la ex titular del Consejo de Defensa del Estado, Clara Szczaranski, que él mismo sugirió: ella fue de las pocas autoridades que en la década pasada respaldó su idea de “justicia con clemencia” y que consistió en colaborar ante los jueces a cambio de rebaja o conmutación de pena. Una tesis que quedó en la ficción y nunca se hizo realidad.

Adiestramiento y reclamos

En el último tiempo Herrera Jiménez ha interpuesto recursos de protección e incluso ha acusado a Gendarmería de actuar arbitrariamente en su caso. De hecho, le ganó un recurso al Director Nacional, Luis Masferrer, en el Consejo para la Transparencia, donde solicitó conocer las actas del Consejo Técnico, instancia que decide la viabilidad de las peticiones que los reos realizan en estas materias.

Según Herrera había pedido acceder al ansiado permiso dominical luego de estimar que el paseo al cual estaba apelando no provocaría mayores conflictos. Pero, según él, el alcaide del penal se lo negó.

Además de sus audiolibros, ha realizado talleres de mosaicos y de tenis. Pero en otras actividades propuestas le ha ido muy mal, como el curso sobre energías renovables que no pudo terminar porque el profesor se aburrió de los trámites y el control que debía cumplir para ingresar a la cárcel. También, acusa, se le ha negado realizar un curso de Electrónica Básica en un centro Inacap; un curso de locución comercial y doblaje de películas en la Academia Provoz; y un curso de inglés por internet del programa estatal “Chile habla inglés”. Todos a distancia y que serían pagados de su propio bolsillo.

Durante algún tiempo, Herrera Jiménez quiso adiestrar perros para ayudar a minusválidos y a jóvenes del Sename. Uno de ellos auspiciado por la conocida marca de alimento para perros Purina Dog Shaw. Pero su empresa no tuvo éxito. Y aunque no lo logró hacer para esos fines y pese a que no ha recibido un curso profesional de adiestrador, sí lo intentó hace algunos años con el perro Kazán de Manuel Contreras. Pero también le fue mal, porque según cuentan, al Mamo le gustaban mucho los canes pero de la reja para afuera. Es decir, no quería tener contacto con su mascota, lo que dificultó la relación adiestrador-perro-amo.

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