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Cultura

4 de Julio de 2011

“El espíritu está mucho más aguerrido que en la dormilona de la Concertación”

A Catalina Saavedra, que ha hecho teleseries, que ha hecho teatro, que ha hecho películas en las que no es nana, siempre le preguntan lo mismo: “¿Te sientes encasillada en el papel de la nana?”. Acá, y a punto de estrenar este viernes la obra Gladys, dirigida por Elisa Zulueta, habla de todo. Menos de ser nana.

Por

Al poner en Google estas dos palabras juntas: Catalina y Saavedra, aparecen imágenes de La Nana, noticias de La Nana y entrevistas en torno a La Nana. Aunque todo fue hace dos años. Aunque, de esos días hasta ahora pasen cosas nuevas.

Como que Los Venegas se acaben, como que vea una entrevista en que Russell Crowe dice que se arregló los dientes para salir en cine, como que ella misma se arregle los dientes por el cine porque por fin tiene plata para hacerlo, como que actúe en otra película de Sebastián Silva -Gatos Viejos-, en una sobre Miguel Ángel, el jovencito que veía a la Virgen en los ochenta, y, ahora, en la obra Gladys, dirigida por Elisa Zulueta. Una obra en la que hace de una mujer con Asperger -una suerte de autismo-. Una obra que habla de lo complicadas que son las cosas de familia.

-La gracia de las obras o las temáticas familiares es que te hacen cuestionarte tu propia vivencia familiar. Cada uno tiene sus rollos-, dice.

Pero a Catalina, de su familia, de su vida, no le gusta decir mucho. Que nació en Valpo, que creció en Valpo, que fue feliz ahí, que vivió en Playa Ancha, que vivió en Recreo, que su papá era dramaturgo, que nunca sintió la presión del papá artista porque el papá estaba lejos -en Alemania- exiliado:

-Se fue cuando yo tenía cinco años y volvió cuando yo tenía quince. Más raro que pescado con orejas. Imagínate para un niño que tiene los padres todos los fines de semana y que te lo quiten, de repente, con una explicación que no le podís dar a un niño de cinco años.

-¿Cuál?

-No me acuerdo. Debo tener medio borrados los episodios de explicaciones que me quisieron dar. Además mi papá estaba exiliado en la Alemania Democrática entonces no era tan fácil comunicarse ni mandar dinero. Eran como postales idílicas que me llegaban de él.

Y hasta ahí habla de su familia. Porque prefiere hablar del fin del mundo, del 2012, de las marchas, de los estudiantes, de Lavín, de la Concertación. De lo que pasa con la cultura después de la Concertación:

La dormilona Concertación

-¿Sabís que? Yo lo veo súper productivo. Siento que mucha gente está con muchas ganas de hacer cosas y con mucho más espíritu de realizarlas. Yo lo relaciono con todo lo que ha pasado con las marchas: con Hidroaysén, con los estudiantes. Creo que en el gobierno de la Concertación uno tenía una seguridad -se me ocurre- de que había más espacios de libertad. Pero ahora están las ganas de manifestarse frente a un gobierno como este. Sobre todo en la parte artística.

-Un gobierno de derecha es productivo en ese sentido.

-Sí. Como que la gente quiere pelearla. Creo que el espíritu está mucho más aguerrido que en la dormilona de la Concertación.

-¿Tú también te sientes así?

-Eeehm. Sí.

-No suenas tan convencida
-Es que trato de buscar diferencias y yo soy mucho más peleadora en términos sociales. Creo que hay que aportarle algo creativo a la basura que tenemos. En eso me siento motivada. Pero ahora me motiva mucho más.

-¿Y cómo está la cosa para los actores ahora?
-Todavía siento que no veo grandes cambios. Todavía estoy esperando. Supongo que este 2011 es consecuencia del gobierno anterior. Supongo que el 2012 iremos a ver las cosas más claras. Todavía en el cine yo veo que está todo igual, los aportes son los mismos, incluso se han quitado aportes. A mi me cuesta entender el manejo de Cruz Coke. No sé.

-Y comparándolo con la gestión anterior.
-No sé. ¿En el fondo sabís qué pienso? Que más que Cruz Coke, más que la Paulina, más que quien sea, la cultura no le importa a nadie. Por eso está la dificultad mía para responder.

-¿Dónde está el problema? ¿En los receptores o en los que la promueven?
-En los que la promueven. Porque no les interesa. Siempre digo lo mismo: que la cultura pesa menos que un paquete de cabritas. Y tiene que ver con la educación también. Si al final todo tiene que ver. No sé. Lavín decía la otra vez: “¿Qué tienen que ver los niños chicos en esto”. Y cómo que qué tiene que ver. ¿Me entendís o no? Yo, para mí, no espero nada de este país en términos de sueños. Como de querer un país libre, donde yo pueda entrar gratis al museo.

-Suena a que tuvieras noventa años.
-Te juro. Es tan tan potente el retrogradismo -no sé como se dirá- del poder, que se me ocurre que los escolares que luchan ahora van a tener una adultez como yo hubiese querido tenerla. Yo no. Yo no espero. Y si es que el mundo no se acaba antes también.

-Jajaja
-Yo ayer hablaba con unos amigos: el cambio que tanto se habla del 2012, para mi más que un cambio físico -que está siendo evidente hace rato- es más que eso: empieza a haber un cambio de conciencia en el sentido de que somos una arveja en relación al resto del universo. Soy súper optimista en este sentido. Creo que somos uno de los países más atrasados en un montón de cosas. Pero creo que nuestro país -o el mundo en general- está manifestándose en pelear.

2012

-Has pensado harto en el 2012.
-Sí. Pienso. Pienso que coincide la fecha 2011, 2012, 2013, con un grito masivo mundial de paren el mundo que me quiero bajar. O si no cambiémoslo.

-Si pasa el 2012 lo vas a alcanzar a ver.
-Jaja. ¿Tú creís? No creo.

-¿Tienes algún rollo espiritual?
-No. No tengo ni uno. Soy demasiado realista o demasiado capricorniana para eso. Los capricornio son hiperreales e hiperconcretos. No sé mucho, tampoco pero me reconozco en eso. En que la vida es aquí y ahora. Y no sé.

-¿En qué otro sentido concreto?
-En la forma de medir las cosas, de planificar, de controlar. Una forma ordenada. Sin muchas dobles lecturas. Soy intransigente. Me cuesta ser fantasiosa, ¿me entendís?. Creo que -no, te iba a decir algo ná que ver- que a veces las cosas son blanco o negro. Pero ná que ver.

-¿Pero qué ibas a decir?
No sé. Jajaja. Es que a veces me muerdo mi propia cola, yo encuentro.

-Pero decías que eras muy intransigente en cosas. ¿Te mordiste la cola al decir eso?
-Tengo una mala fama de intransigente. Me han dicho “hallatola”.

-¿Cómo?
-“Hallatola”.

-¿Qué es eso?
-Haya toas las hueás malas.

-¿En términos artísticos?

Pero Catalina no escucha la pregunta. O tal vez sí. Como sea, responde:

-Tener una opinión clara y aguerrida en relación al mundo que yo quiero vivir, al país en el que yo quiero vivir es una cosa. Conmigo misma puedo ser un poco más enredada. ¿Cachai? Me cuesta ser clara con mis propias resoluciones en relación a lo que quiero con mi futuro de actriz o de lo que yo quiero hacer desde mi propia cabeza, ¿cachai? Como que me cuesta ser gestora. Todo el mundo me dice ¿Por qué no diriges?

-¿Y?
-Porque siempre tengo muchas ideas pero digo: “¿cuándo las voy a llevar a cabo?”. Porque yo soy una actriz como a pedido, así le llamo. En todo caso lo que más me tinca es alguna vez ser escritora. Es ser guionista.

-¿Te aburres de ser actriz a pedido?
-No. Un poco, también, pienso en el futuro. Mi pega es súper terrible. Todo el mundo me dice: “ah, tu siempre vai a tener pega”. Pero yo no creo que sea así. No me siento segura de tener pega de aquí hasta que me muera. Porque veo las inestabilidades, veo las ingratitudes para gente que ha sido muy muy talentosa.

Y sigue:
-Cuando rechazo papeles, realmente no me importa el dinero que me ofrecen. Tengo mi trabajo, mis departamentitos, que me permiten tener una vida tranquila. Claro, sin pensar que pueda tener un accidente terrible y tenga que venderlo todo. Prefiero no pensar en eso.

-Pero lo piensas.
-Sí. Claro que lo pienso. Entonces digo: los venderé. Pero no quiero hacer el comercial de La Polar.

La Polar

-¿Por La Polar? ¿Por el comercial?
-Soy enemiga de hacer cosas en pro de mi propio beneficio y no en el de mi entorno. Pero también digo: nunca digas de esta agua…como es?

-De esta agua no beberé.
-Claro. Pero también he bebido de harta agua súper penca. Jajaja. Ya me intoxiqué harto con hartas aguas que no quería tomar. Pero creo que esa puede ser una salvación. Que la gente lo entienda así-, dice Catalina, para terminar con esto:

-Está un poco enredada mi entrevista. Vai a tener que ayudarme a que no sea así.

Y esto:
-Y no hablé casi nada de Gladys.

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