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Opinión

28 de Octubre de 2011

Seis meses con los maestros chasquilla

Es cierto que en los espacios universitarios y me imagino así en las tomas de los liceos, existe una indignación que va en ascenso. En estos seis meses desde la primera marcha, los estudiantes hemos sido capaces de instalar un debate que había sido abandonado como tema central de la agenda política desde el año […]

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Es cierto que en los espacios universitarios y me imagino así en las tomas de los liceos, existe una indignación que va en ascenso. En estos seis meses desde la primera marcha, los estudiantes hemos sido capaces de instalar un debate que había sido abandonado como tema central de la agenda política desde el año 2006. Pero no sólo quedamos en eso, hemos defendido una cantidad importante de argumentos del porqué hay que hacer un cambio estructural, argumentos que han hecho eco en una amplia mayoría ciudadana, de los expertos, de los movimientos sociales latinoamericanos y en otros lugares del mundo y así también los organismos internacionales de los cuales el país se siente orgulloso de pertenecer y si esto fuera poco nuestras mismas demandas se enmarcan en tratados internacionales firmados por Chile, lo que se consagra con la visita de la Alta comisionada de DDHH de la ONU que bien reconoce que los derechos en manos del mercado sólo generan desigualdad y que Chile está en condiciones de tener un sistema gratuito de Educación.

Por su parte, el Gobierno sólo ha tenido la capacidad de presentar un seudo acuerdo: GANE. Que no corrige en lo más mínimo las distorsiones de fondo que han llevado a nuestro sistema educacional a una crisis dramática.

Es indignante que con las medidas que anuncia el Gobierno sólo se avance a profundizar este modelo. Una posición fanática de hacer de nuestro derecho un negocio que sólo alimenta los bolsillos de un grupo reducido de empresarios y el sistema financiero en su conjunto. Han levantado discursos engañosos y poco claros, ni hablar de la nula capacidad política de atender el conflicto y el trato con los dirigentes estudiantiles lo han llevado a un espacio de politiquería añeja… que los ultras, inútiles subversivos, delincuentes, moderados, etc.

Los estudiantes demandamos un cambio necesario para el país, queremos educación pública, gratuita y de calidad. Pero estos maestros chasquilla de la política no están a la altura de dar una respuesta al país, que defienden intereses mezquinos de un minoritario grupo económico que desde las trincheras del neoliberalismo ve con dolor cómo la sociedad empieza a recuperar lo que se les arrebató.

El llamado a nuestros compañeros es a no inclinar los rostros, que hemos avanzado muchísimo en la reconstrucción del tejido social y en crear conciencia en nuestro pueblo, lo que es la base del camino libre hacia las conquistas que necesita este país.

Hemos llegado para quedarnos, con nuestras marchas, creatividad y con la solidaridad del conjunto de la ciudadanía seguiremos adelante.

*El autor es presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Los Lagos y miembro de la mesa ejecutiva de la Confech

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