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Opinión

12 de Diciembre de 2011

“Votar en las parlamentarias con el binominal me dolería la guata”

El ex presidente de la Feuc dice que la derrota de Camila Vallejo en la Fech no es tan importante porque se consolidó el apoyo a los movimientos que lideraron a los estudiantes este año, aunque cree que con este gobierno no se podrá lograr mucho. Fuera de la trinchera universitaria critica a la Concertación por pretender tener un free pass eterno por derrocar a la dictadura y dice que el mayor error fue no bajar las tomas a tiempo. “La intransigencia nos dió credibilidad, pero no tenía ningún sentido en un momento”.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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¿Qué te pareció el resultado de las elecciones en la Fech?

Veo varias cosas. De partida que hace mucho tiempo no pasaba que la derecha se quede fuera de la mesa, primero. Si bien los estudiantes de la Chile no representan de manera estadística la política nacional, marca tendencia el hecho que menos estudiantes voten por proyectos de derecha. Por otro lado, hay un respaldo a los dos movimientos que estuvieron en la conducción de la Fech, los autonomistas con Pancho Figueroa y la Camila con las Juventudes Comunistas. Ahí hay dos apoyos explícitos y masivos a dos grandes líderes. Creo que le hace muy bien al movimiento que ellos dos estén encabezando la Fech, con amplias diferencias hacia abajo.

¿Qué opinión tienes de Boric?

Tiene trayectoria. Sabe mucho y tiene experiencia en esto. Sin duda tiene un liderazgo innato y una capacidad de comunicar extraordinaria, asi que yo creo que lo va a hacer muy bien. Espero que sepa adapatarse rápidamente a estar en la primera línea de la opinión, que es complicado porque no es fácil decir lo que uno quiere transmitir y se puede tergiversar mucho. Le deseo lo mejor.

¿Y a Camila?

Va estar en la prímera línea de la opinión pública, de todas maneras. Por su entrega, porque no tenía nada que ganar en esta elección y lo hizo por un proyecto colectivo que hoy día son muy pocas las personas que se atreven a dejar algo en particular que le significa costos. La Camila, creo, representa todo eso.

¿Y qué pasa con el voto “anti Camila”, supuestamente llamado por la derecha al interior de la Chile? ¿Fue por eso o es una pasada de cuentas al Partido Comunista?

Creo que en general hay una crítica hacia los partidos y un miedo a las estructuras colectivas que defina lineamientos por los que la gente tenga que subordinarse. Es la manera de cómo se manejan los partidos y también de este individualismo de querer ser parte de algo que te interprete 100% y no ser parte de algo de consenso colectivo. La primera cosa yo la comparto plenamente, pero de lo segundo hay que tener cuidado que no se torne peligroso porque la extrema fragmentación de los grupos difumina el poder cuando en los objetivos comunes hay mucha fuerza.

Boric dijo que no estaba dispuesto a ser parte del comando juvenil de Bachelet, a diferencia de Camila que siempre argumentó que se necesitaban alianzas estratégicas para lograr cosas. ¿Cuál de los dos compartes?

Creo que los dos son necesarios: integrarse a conversar con fuerzas políticas sin dejar de desnudar la manera en que funcionan las cosas hoy día y que a la vez los partidos hagan eco de esa crítica y modifiquen sus prácticas para alinearse con un objetivo país. Yo comparto un poco de ambos, no es por no querer mojarme el potito, pero sinceramente creo que ambos tienen puntos de vista súper válidos y creo que son conciliables. El tema es no ponerse al servicio de los partidos. Pero tampoco es llegar y entregarse.

¿Entonces?

Nadie puede entregar al movimiento, pero conducirlo hacia lo que quiere un partido tampoco. Este movimiento no le pertenece a ningún partido y eso tiene que estar más que claro. Por eso, como el nombre del colectivo de Gabriel, hay que tener autonomía y un justo equilibrio entre ambas partes.

Presentaste el libro de Lagos. ¿Qué te parecieron las reacciones a tu crítica?

Yo trato de bajarle el perfil porque es lo mismo que hemos dicho hace mucho tiempo. O sea, el Crédito con Aval del Estado lo hemos criticado, pero ahora tuve la oportunidad de hacerlo al lado de él. Pero yo partí hablando de lo importante que había sido para Chile que haya habido una y varias generaciones que se la jugaran por derrocar la dictadura. Y de la admiración de uno como no-partícipe de esa generación que siente de ellos. Pero eso no los exime de las negligencias políticas y sociales que hicieron. Se puede decir ‘perfecto, ustedes lograron algo muy importante para el país, pero eso no es un free pass, no puede ser siempre la excusa de que el contexto era demasiado complejo’. Y no nos pueden pedir a nosotros que seamos conformistas por algo que nosotros no vivimos.

¿Qué tanto pueden confiar en ellos para los temas que vienen, por ejemplo, el de una reforma tributaria? Anunciaron un equipo y el jefe de ese mismo duró 24 horas en el cargo. El gobierno ya dijo que está abierto a estudiarlo.

Ojo, el gobierno está planteando una reforma en la estructura tributaria que entendida para la UDI es una rebaja de impuestos, para fomentar la economía y los mismos argumentos que hemos visto antes. Hay que tener ojo con eso porque el gobierno se está poniendo más duro, tergiversando las demandas sociales, va a implementar lo que siempre ha querido implementar. El gobierno va a hacer eso y es hábil haciéndolo. Parece como que no entendieran las demandas sociales, pero no, ellos las entienden perfecto. Lo que hacen es adecuarlas a su medida.

¿Y la oposición?

O, sea, yo soy de oposición y todo el movimiento estudiantil lo es. La oposición hoy no se encasilla en la Concertación ni el PC. Y yo creo que todos debemos tomar una cuota de responsabilidad para que esas cosas pasen. Eso no significa renunciar a nuestros principios. Hoy hay mucha desconfianza entre generaciones y hace falta esa intermediación, ese diálogo que en ningún caso asegura el éxito. Puede que nunca encontremos los puntos comunes, pero dada la fortaleza que hoy tiene la derecha en el poder, en el discurso, aunque nosotros no lo queramos, vale la pena intentarlo.

¿Qué pasa con la vía planteada por los “ultras” de unirse con otras organizaciones sociales y plantear desde ahí las reformas?

Son complementarios. Yo creo que lo que plantean muchos sectores de tener espacios de organización territorial es necesaria, pero no suficiente.

¿Y si son complementarios por qué el desmarque del otro día?

La decisión de asistir al parlamento fue demócratica. Después de la batalla son todos generales y cuando aparece un diputado llevándose becas para su zona, obvio que todos encontraron que fue una mala decisión. Pero si no corremos riesgos esto va a hacer solo algo bonito que le vamos a contar a nuestros nietos. Hay que estar dispuesto a tomar riesgos. La política es sin llorar. No estoy diciendo que el movimiento le pertenezca a un sector u otro. Acá yo creo que la Concertación está sobrerepresentada. O sea, tiene más poder de lo que tendría con un sistema de verdad representativo.

Voto obligatorio

Se está discutiendo el proyecto de inscripción automática y voto voluntario y tú dijiste que cada uno tiene una cuota de responsabilidad en esto.

A mí no me gusta.

¿Por qué?

Primero, con la tecnología que hay hoy es una tontera que no haya inscripción automática y creo en el voto obligatorio porque no sólo es un derecho si no que también es un deber. Si estay pidiendo educación gratuita cómo no vay a poder ir un día, aunque sea a votar nulo o a dibujar… lo que querai’ en el voto. Imagínate si 30% de los chilenos votan nulo. Sería mucho más potente que 4,5 millones no voten, eso nadie lo pesca. Y no estoy de acuerdo, además, porque con voto voluntario los sectores más ricos están sobrerrepresentados, votan más que los sectores más populares.

¿Y la opción de quedarse en la casa y no ir, no es válida?

Puede sonar bien dictatorial y poco popular, pero a mi no me gusta. Si no te gustan los impuestos, los tenís que pagar igual. Si no te gusta la política, vota nulo, pero hazte cargo.

¿Si no se aprueba estás dispuesto ser “rostro” de una campaña a inscribirse a votar?

Vamos paso a paso, pero yo estaría dispuesto a movilizarme porque la gente se inscriba. Si no resulta eso, que sería un fracaso absoluto, por supuesto que hay que iniciar una campaña de inscripción masiva. Votar en las parlamentarias con el binominal me dolería la guata.

Balance de fin de año

Tú empezaste el año mediático con el conflicto de Artega y Karadima en la UC y poco después con las movilizaciones estudiantiles, que nadie esperaba que tuviera esta fuerza.

Nosotros no movilizamos a la gente. Si no hubieran existido los niveles de endeudamiento, de segregación, clasismo en nuestro sistema educativo, esto no habría movilizado ni a mil personas. Acá había una demanda concreta de las familias chilenas que supimos comunicar.

Pero alguien tenía que decirlo y a ustedes les pusieron atención.

Se había dicho antes, pero este año coincidieron hartas cosas y se dio. Yo creo que ha sido un año extraordinario donde la democracia chilena vuelve a respirar, no como pasa en el Congreso si no que con los que componen esta democracia pensando distinto. Se están rompiendo paradigmas y me pone contento. No lo había visto nunca. Me gusta lo que está pasando. Ciertamente tengo mucha frustración de lo que está pasando, pero soy optimista de que las cosas no van a ser iguales después de este año. Ya no son los mismos clivajes y han cambiado las demandas. Pero no podemos dejarnos estar.

¿Cuál fue el mayor acierto?

El acierto fue simplificar algo tan complejo como el sistema educacional en cosas que todos pudieran y supieran interpretar. Construir un diagnóstico y presentarlo de una manera simple es un mérito del trabajo acumulado histórico. Y la gente se sintió identificada porque cuando una habla de endeudamiento no es mentira. Están endeudados, hay universidades pencas y familias estafadas. Lo otro es un acierto y una debilidad, que fue la famosa intransigencia. Fue un acierto porque nos generó la credibilidad. Nosotros no vamos a armar un circo de un gran acuerdo donde no hay acuerdo y vamos a ser fieles a lo que planteamos. No pensamos traicionar, si nosotros existimos de esta forma es porque la gente nos dio ese poder.

¿Y el error?

Y también ha sido un desacierto porque nos ha traido fallas a nivel interno u comunicacional severas. La intransigencia entendida como paros y tomas que al final no tenían ningún sentido en un momento. Porque no supimos captar en el momento adecuado que las paralizaciones y las tomas eran funcionales a los objetivos del gobierno, que es terminar o hacer lo más marginal posible la educación pública. Al no entender eso, comenzaron las tensiones internas sobre las movilizaciones y la gente no entendió. Ahí se empiezan a generar desconexiones entre el movimiento social y la ciudadanía.

¿Se puede lograr algo con este gobierno?

Lo veo muy difícil. Creo que el gobierno toma por entendido que no va a salir en las próximas elecciones y se está atrincherando para dejar la mayor estabilidad política para asumir nuevamente la oposición. Son muy cerrados y en este caso hacen el cálculo de que van a perder y que quieren conservar el binominal para mantener -teniendo una afinidad ideológica muy baja en la ciudadanía- el 50% del poder en el parlamento y bloquear todo lo que quieran. Y eso habla de una pequeñez política, de una mezquindad y arrogancia terrible que me impresiona.

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