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Opinión

22 de Diciembre de 2011

“Este caso no es distinto a los que ocurrieron en Dictadura”

Hace casi tres años, el hijo de Mario Catrileo, Matías, murió de un balazo en la espalda que le disparó un carabinero. Ocurrió en un fundo del sur, durante una ocupación de comuneros mapuches. La semana pasada, la justicia dictaminó que el policía había actuado con exceso de celo, que eso no era un asesinato. Esta es una conversación con un padre que cuenta -sin una pizca de odio- cómo y por qué murió su hijo, un joven que era punk pero que hizo el servicio militar; que nació en Santiago pero que se fue a morir al sur, donde descubrió qué significa ser mapuche.

Pablo Vergara
Pablo Vergara
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La semana pasada, la Corte Suprema declaró que lo que motivó al cabo segundo Walter Ramírez que le disparó a su hijo, fue un “mal entendido cumplimiento del deber con celo exagerado”.
-Claro. No sé. Podría haber actuado a lo mejor con celo pero en un potrero, donde no hay caminos, cercas, casas, tenía un espacio tan amplio para disparar, que hacerlo al cuerpo es con toda la intención del mundo.

Un homicidio calificado.
-Claro, con intención. No fue con intención de disuadir. Esto era un potrero y él disparó cuando la persona estaba a cincuenta metros, no había ninguna necesidad que se sintiera amenazado, tampoco: disparó por la espalda. Entonces, el celo… Es un descriterio.

¿Esperaba otra cosa del Poder Judicial?
-No, la verdad no esperaba otra cosa de la Corte Suprema que no fuera que ratificara lo que dijo la Corte Marcial, porque lo que la Suprema ha estado haciendo últimamente en los casos mapuches es prácticamente decidir lo mismo que deciden los jueces.

¿No choca esto con la otra cara de los jueces, las condenas en las causas de Derechos Humanos?
-Es que esa es la parte contradictoria, la que no encaja. Claramente hay una violación a los DD.HH., tan clara y aberrante como era en la época de la dictadura. Es insólito, por ejemplo, que el subsecretario de la época, Patricio Rosende, declarara al tiempo después -cuando el Fiscal Militar tenía muy claro que el asesinato de Matías lo había hecho el cabo por la espalda-, que lo que se estaba ratificando no era nada nuevo, que lo tenían claro en el gobierno de la ex presidenta Bachelet: que Carabineros había actuado a mansalva disparando por la espalda sin ningún agravante. No se entiende que el gobierno, que ya tenía claro que había sido un exceso de parte de Carabineros, mantuviera o no exigiera al alto mando la baja de este funcionario, ni tampoco cuestionara a los mandos. Es muy distinto del caso del joven Manuel Gutiérrez, estudiante, donde desde el general hacia abajo se fueron para la casa.

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