Cuatro semanas después que el resto del país lo hiciera y a dos kilómetros de su histórica dirección, los alumnos de la Escuela La Greda iniciarán hoy su año escolar. Después de vivir una especie de campamento escolar en un camping facilitado por los trabajadores de Codelco en Mantagua, los niños regresan a la escuela […]
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Cuatro semanas después que el resto del país lo hiciera y a dos kilómetros de su histórica dirección, los alumnos de la Escuela La Greda iniciarán hoy su año escolar. Después de vivir una especie de campamento escolar en un camping facilitado por los trabajadores de Codelco en Mantagua, los niños regresan a la escuela modular que el gobierno preparó para enfrentar este 2012, lejos de la centenaria ubicación del establecimiento, que durante el 2011 vivió varios episodios críticos de contaminación a causa de las termoeléctricas, algo que no tiene nada de contentos a los habitantes del sector.
“Es una situación que nos tiene muy complicados como comunidad. No es fácil aceptar que los niños tengan que ir 2 kms al sur a esa escuela. El acuerdo era irse al nuevo colegio listo, pero lamentablemente el gobierno nos dejó en esta situación. Ésta es una escuela de emergencia, un parche dentro de la próblemática de la educación de los niños”, dice Eric Bernal, vocero de los habitantes de La Greda.
El tema los tiene un poco inquietos. Consideran que es una injusticia, que los plazos para el nuevo establecimiento no se están cumpliendo este año tampoco, el que aún no tiene fecha de comienzo. “Es la injusticia más grande. Nunca se tomó en cuenta lo que queríamos, porque los niños estaban acostumbrados aquí y en el nuevo lugar no hay patio y tendrán todo el año ruido con la construcción de la escuela definitiva, si es que empieza”, dice Carolina Hernández, presidenta del Centro de Apoderados.
Al menos el último estudio de suelo, explican, estimó que el lugar de la nueva escuela -el ex Vivero- no tiene niveles dañinos para los niños, pero alegan que igual el traslado de la escuela les deja una incertidumbre que hasta ahora nadie ha respondido. “Se supone que lo descontaminaron y que las empresas firmaron un Acuerdo de Producción Limpia y así todo igual nos sacan a otra parte. Eso es raro. Están buscando que la gente se aburra y se vaya igual para otra parte”, dice Hernández. Por eso están buscando volver.
Siguen los gases
La idea de la comunidad es reabrir la escuela, que tiene alrededor de 102 años, mediante un recurso legal. Según Bernal, la resolución con la que se estimó conveniente cerrar el antiguo colegio estima que los problemas fueron generados por las emanaciones, por tanto, la aplicación de cierre debería ir hacia la industria y no hacia el colegio.
“Es una tontera, como si los niños tuvieran la culpa. Acá hay un emanador de gases tóxicos que sigue en el mismo lugar y que en cualquier momento puede volver a producir una emergencia ambiental”, dice.
En efecto, el 2 de marzo pasado, con el Acuerdo firmado por la Fundición Codelco Ventanas, la Seremi de Salud de Valparaíso, informó que el sector nuevamente superó dos veces la norma recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el gas Anhídrido Sulfuroso (SO2). Y pasó colado.
Del protocolo de Alerta Temprana, la población aún no tiene idea. Se supone que va a funcionar como una alerta o pre emergencia ambiental, como en Santiago, dicen. Pero no hay certezas y que los niños, lejos de estar apartados del complejo industrial, siguen viviendo en la población ubicada a 200 metros de las chimeneas y los cerros de basura de los metales.
Moverse nica
Con todo, la población sigue sin cantar victoria y temen que las suposiciones del consorcio de empresas, que el año pasado propuso trasladar la población completa hacia otro sector, terminen imponiéndose. Hace unas semanas Colbún no comenzó aún a construir la mega generadora y sus plazos quedaron obsoletos.
La operación obligó a la cuprífera estatal a congelar la inversión por 1.700 millones de dólares, que se traducirían en el segundo complejo más grande de Chile después de Castilla, y estudia buscar socios fuera del país o licitar de nuevo. Por eso los habitantes aún no cantan victoria, pero se declaran atentos.
“Lo que hace Codelco con estas cosas es quedar en evidencia de lo que pretende porque otras empresas les dicen que no van a participar y ellos siguen buscando socios”, dice Bernal, quien además explica que la opción de mover a la población a otro lugar está descartada y que ellos apuestan a una reconversión renovable de la zona.
“Es que ese caballero (José Gil, presidente de la Asociación de Empresas de la V Región) le hace honor a su apellido. En su afán de que sigan aumentando se equivoca y feo. Es obvio que no van a sacar a las empresas de acá, pero tenemos que recuperar el sector. No nos vamos a ir porque a este señor se le ocurra”.