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Poder

6 de Mayo de 2012

La victoria de Hollande en Francia abre una nueva etapa en Europa

Por El País La izquierda europea ha renacido este 6 de mayo en Francia. Según los resultados al 95%, François Hollande, de 57 años, es el ganador de las presidenciales francesas y ha obtenido la victoria con el 51,62% de los votos, según fuentes del Ministerio de Interior francés citados por Le Figaro. El presidente […]

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Por El País

La izquierda europea ha renacido este 6 de mayo en Francia. Según los resultados al 95%, François Hollande, de 57 años, es el ganador de las presidenciales francesas y ha obtenido la victoria con el 51,62% de los votos, según fuentes del Ministerio de Interior francés citados por Le Figaro. El presidente saliente Nicolas Sarkozy sumaría un 48,38% y la abstención se calcula en un 19%. El anunciado triunfo de Hollande, un hombre flemático y tocado por el don de la ironía pero sin la menor experiencia de gobierno, abre una nueva etapa política tanto en Francia como en Europa, y pone fin al agitado reinado de Nicolas Sarkozy, que durante estos últimos cinco años ha presidido el país con su peculiar estilo, entre el personalismo y la hiperactividad.

El presidente saliente pidió a los suyos dar buen ejemplo en la derrota y les comunicó que había llamado a Hollande para desearle suerte para afrontar unos tiempos que serán difíciles. François Hollande, por su parte, afirmó en Tulle: “Los más jóvenes no habían conocido una victoria así. Estoy orgulloso de haber devuelto la esperanza. Siento la emoción de la dignidad y responsabilidad. El cambio que os propongo empieza ahora”. El presidente electo aseguró: “La austeridad no puede ser una condena”.

Cientos de seguidores socialistas comenzaron a concentrarse a las seis de la tarde frente a la sede socialista en la calle Solferino de París y en la plaza de La Bastilla, donde Hollande tiene previsto celebrar su triunfo. En los dos lugares el ambiente era de euforia y alegría. En Solferino había mucha gente, rostros de optimismo y gran confianza. La gente cantaba la Marsellesa, gritaba “Sarkozy lárgate”, y apelando al eslogan de la UMP: “2012, la Francia fuerte es la Francia de izquierda”, informa Ana Teruel. Justo después, en La Bastilla, un padre le decía a su hija: “Le hemos vencido”.

A las once y media de la noche la fiesta era total en La Bastilla y los alrededores. Miles de personas que esperaban la llegada de Hollande, agitaban banderas, saltaban y gritaban ‘Sarkozy, c’est fini’. Había gente de todas las razas y edades, la Francia multicultural, abierta y festiva, pero la mayoría eran jóvenes que no habían nacido cuando un socialista ganó unas presidenciales hace 24 años. En medio de la algarabía, una joven economista española, llamada Gabriela, agitaba una bandera española y gritaba “Viva ZP”, cumpliendo así la venganza contra Sarkozy que convirtió a la España socialista en la diana preferida de su campaña.

Regreso al Elíseo

Con el triunfo de Hollande, el Partido Socialista regresa al Elíseo tras 17 años de presidencias conservadoras, y su líder se convierte en el segundo presidente socialista de la Quinta República, tras François Mitterrand. Nicolas Sarkozy, que pasó el día en el Elíseo, se dirigió desde la Mutualité a sus seguidores que se había concentrado a las siete de la tarde.

La victoria de Hollande tiene un claro componente europeo: supondrá el final del directorio conocido como Merkozy, la (falsa) simbiosis entre la canciller Angela Merkel y Sarkozy que ha guiado el timón europeo durante el último lustro poniendo todo el acento en la austeridad.

El resultado debe ser leído como un triunfo personal de Hollande, que tras 11 años como primer secretario del Partido Socialista y más de dos preparando su candidatura presidencial, ha sido el primer político europeo que ha rechazado la línea de rigor fiscal sin crecimiento impuesta por Bruselas. Después de su victoria en el primer turno, Merkel y Mario Draghi comenzaron a asumir sus tesis. Su llegada al Elíseo implicará un cambio de rumbo en el mapa político europeo, dominado abrumadoramente por los conservadores, que mantienen el poder en 22 de los 27 países de la Unión Europea.

El presidente in pectore ha pasado la jornada en Tulle, el pueblo de la Corrèze (centro sur del país) del que es alcalde. Tras pronunciar su discurso, Hollande se ha dirigido a París con la idea de sumarse a la fiesta socialista en la plaza de la Bastilla.

Sensatez y moderación

El resultado será recordado en el futuro como el triunfo de la sensatez y la moderación frente al extremismo y el populismo, ya que el perdedor, Nicolas Sarkozy, decidió jugarse la reelección a todo o nada abrazando las tesis de la extrema derecha.

Ante la imposibilidad de defender su estilo y su gestión durante la crisis, que le convirtieron en el presidente más impopular de los últimos 60 años, el líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) hizo suyas muchas de las ideas del Frente Nacional, que en el primer turno había obtenido su mejor resultado histórico con un 17,9% de los votos.

Sarkozy puso todo el acento en las fronteras, el proteccionismo y la inmigración, pero no consiguió hacer olvidar el rechazo que más del 60% de los franceses sentían hacia su presidente, que pasa así a engrosar las nutridas filas de los gobernantes europeos, de todos los signos políticos, que han pagado con su salida del poder la crisis económica. Ahora la derecha francesa tiene por delante una difícil tarea de recomposición de cara a las legislativas del 10 y el 17 de junio. Sarkozy ha anunciado que no liderará su partido, la UMP, en ese trance.

Sin perder su calma proverbial, Hollande se aprestaba a telefonear a la canciller Angela Merkel, según desveló a mediodía su asesor especial Jean-Marc Ayrault, alcalde de Nantes y posible futuro primer ministro. “La clave ahora será recuperar a Europa, reorientarla hacia el crecimiento, la competitividad y la protección”, declaró a los periodistas Ayrault.

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