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Opinión

12 de Octubre de 2012

“El miedo es un papel. Lo interpretas si tú quieres”

Danilo Maldonado, un flaco de inusuales casi 2 metros de altura, estudió marketing en La Habana pero se dedica a hacer grafitis y flyers, buscando despertar la conciencia cívica y hasta existencial de sus compatriotas. Hace algunos meses, un par de agentes de la Seguridad del Estado lo detuvieron en la calle para romperle la camiseta que llevaba puesta, con la imagen de Laura Pollán, una activista de derechos humanos, considerada hoy como una mártir de la oposición democrática en Cuba. El “Sexto” insistió. Decidió tatuarse la imagen en el pecho.

Silvestre Trinchera
Silvestre Trinchera
Por

A 53 años del “triunfo de la Revolución”, el régimen de los Castro no se caracteriza precisamente por tolerar la disidencia política. Sin un solo medio de comunicación que no sea oficialista –ni de prensa escrita, ni de radio, ni de televisión–, la sola palabra “disidente” es utilizada por el gobierno como un insulto, emparentado semánticamente a “contrarevolucionario”, “traidor” y “gusano”.

La incipiente oposición política es invariablemente no-violenta y va desde las huelgas de hambre de algunos presos políticos hasta movimientos como el de las Damas de Blanco, iniciado en el 2003 para pedir la liberación de un grupo de detenidos por expresar opiniones “disidentes”. Siempre vestidas de blanco y llevando flores en las manos, estas mujeres siguen realizando manifestaciones a favor de los derechos humanos y la libertad de expresión. En octubre de 2011, su líder Laura Pollán ingresó enferma a un hospital de La Habana, donde murió pocos días después, luego de extrañas complicaciones en su diagnóstico y tratamiento, lo que generó inmediata desconfianza entre los opositores cubanos.
Ocasionalmente, la oposición también se manifiesta en el arte. Claro que en espacios alejados de los circuitos estatales, como es el caso de los grafitis.

¿De dónde viene ese nombre, “el Sexto”?
-Lo tomé para ridiculizar la campaña de los “Cinco héroes”, esa en la que el gobierno cubano gasta millones, desde hace años. ¿No la has visto?

¿La de “Libertad para los cinco héroes”, con la estrella?
-Esa. Son unos cubanos que fueron detenidos en Miami hace como 15 años, por espiar para el gobierno de Fidel… Hasta en el más pequeño pueblo en Cuba vas a encontrar monumentos y letreros que piden la liberación de los “cinco héroes” y bueno, yo digo que el sexto héroe es el pueblo cubano… Aquí, el verdadero héroe es cada cubano, que tiene que enfrentarse todos los días a la guagua [bus], al trabajo, al salario que no alcanza para nada. “El sexto” es el pueblo. Yo soy simplemente el que hace los grafitis. Pero yo soy como otro cualquiera. Y pudo haber sido otro, no yo.

Me imagino que nadie sabía lo que significaba “el Sexto” cuando aparecieron tus primeros grafitis, ¿no?
-No creas. Parece que era algo que estaba como en la mente de las personas, porque muy rápido me comenzaron a decir “¡oye, qué bueno está!”. Era como una especie de chiste que ya estaba en el aire. Mira, si tú estás viendo las 24 horas la campaña de los cinco, por televisión, por periódico, los cinco, los cinco… y de pronto aparece “el Sexto”… aunque no dijera “el sexto héroe”, la gente lo entendió en el momento. Además, junto a “el Sexto” yo ponía una estrella de cinco puntas, que para mí simboliza la libertad, pero que también se conecta con la estrella que usan en la campaña oficial.

¿Hace cuánto empezaste con los grafitis?
-Cuatro años. Comencé con uno que era como el signo de REWIND, que está en el botón de la grabadora. Pero en lugar de REW, decía REV.

¿Qué significaba?
-Que la revolución va hacia atrás. Y que si va hacia atrás, no hay tal revolución. Es una burla. Llené un barrio entero con ese grafiti. Salimos tres muchachos juntos a grafitear porque necesitábamos sentir que estábamos haciendo algo. A la semana siguiente empezaron a borrar los grafitis y se llevaron preso a uno de mis dos amigos.

Y ¿qué le hicieron?
-Estuvo en Villa Marista como dos días.


¿Qué es eso?
-La policía. Era un colegio de los Hermanos Maristas antes de la revolución y se convirtió en la sede nacional de la Seguridad del Estado. Ahí lo interrogaron. Y le preguntaban que quién le estaba dando dinero para hacer ese tipo de contrarrevolución.

¿Y la Seguridad del Estado entendió que “REV” con dos flechitas para atrás quería decir que la revolución retrocedía?
-No sé, parece que se lo dijeron. Bueno, yo le decía al hermano del que estaba preso, que estaba muy preocupado por él, que teníamos que decir que el grafiti no decía nada de la revolución, que sólo eran dos flechitas para atrás, con la palabra REV. Eso es lo bueno de trabajar con el arte, ¿no?

Y ¿qué hiciste después del grafiti de REV?
-Cuando vi la repercusión que tuvo, me di cuenta que eso era lo que yo quería hacer. Porque supe que alguien me estaba escuchando. Y, artística y políticamente, que tú hagas algo y que otros te reconozcan, mal o bien, es lo mejor que te puede pasar. Claro, los que más se conectaban con mis grafitis eran jóvenes que, como yo, estaban cansados con las cosas que estaban sucediendo. A los que no les gustaban, quizá, era a los viejos, que quieren mantenerse en un dogma supuestamente “revolucionario” o “comunista” o qué sé yo.

Hoy en Cuba, ¿los viejos son comunistas de viejo cuño y los jóvenes no?
-Está más revuelto que eso. Porque también hay viejos que no estuvieron nunca de acuerdo con el sistema. Y también otros que han abierto los ojos y se han dado cuenta que esto no era lo que ellos querían. Yo creo que en Cuba, hoy, la gran mayoría está descontenta. Porque ha pasado el tiempo y la casa se nos está cayendo en la cabeza… La Habana se está derrumbando y Cuba entera se está derrumbando… Pero ellos [el Gobierno] encontraron una estrategia para dominar a las personas a través del miedo, y todo sigue justificándose con el miedo a lo que nos pueda pasar mañana. A que “mañana podría ser peor” o que “los demás países están mal”… Pero yo creo que no es así. Que aquí lo que está mal está mal, ¿me entiendes?. Y hay que cambiarlo. No me importa lo que pueda pasar mañana.

Y ¿qué es lo que está mal?
-Bueno, voy a empezar a nombrarte cosas, perdona si te quedas dormido (se ríe).

Dale.
-Lo que está mal, mi hermano, es la falta de libertad de expresión. Los periódicos sólo hablan de lo bien que va la revolución y de lo mal que está el mundo. No hay diálogo, no hay dialéctica, no hay desarrollo de nada. Los periódicos son de él [Fidel], la televisión es de él, todos los medios de difusión son de él y eso les ha salido bien, porque cuando lo has estado viendo desde que eras niño, en la televisión y en un cuadro súper grande en la escuela, tú creces pensando que ese tipo es como un semidiós, como un robot al que hay que rendirle culto, como una Virgen de la Caridad o algo así.
Lo que está mal es que no tengamos internet. Imagínate tú, si piensas que las diez carreras mejor pagadas hoy en el mundo no existían hace cinco años, ¿qué estás estudiando, en un país sin internet? ¿de qué te va a servir?. Lo que está mal son los salarios. Que no alcanzan para nada y que tienen a la gente trabajando como esclava.


¿Tú estás trabajando ahora?
-Lo dejé. Trabajaba en la biblioteca de un policlínico. Ganaba 240 pesos cubanos. Que son como 10 dólares mensuales. Un médico gana como 15 o 20 dólares. Pero en pesos cubanos.

¿Y puedes comprar jabón con pesos cubanos?
-No, pasta de dientes, tampoco. Y una pasta de dientes vale como 2 dólares. O 2 CUC, que es como se llama nuestra moneda “convertible”… Es que aquí en Cuba hay dos monedas [el Gobierno cubano emite CUC, que tienen una paridad cercana a uno por dólar y, además, pesos cubanos, con los que le paga a todos los empleados fiscales, los que se cambian a razón de 24 por dólar]. Pide que te expliquen eso…

Y ¿de qué vives, si no estás trabajando?
-Vivo en la calle. Hago negocios, cosas que aparecen, ilustrando revistas, a veces. Cualquier cosa deja mucho más dinero que trabajar. ¿Tú sabías que en Cuba es delito no trabajar?

No.
-Es delito. Y acá es común que los muchachos no quieran trabajar porque los mantienen sus familiares que viven afuera. Bueno, pero los pueden meter presos porque, según ellos [el Gobierno], viven en un estado “de peligrosidad”, o sea, que son proclives a cometer un delito. “Si tú no trabajas, ¿de qué vives?”, dicen ellos. Pero yo pregunto “y el que trabaja, ¿de qué vive?”

¿Y? ¿de qué vive?
-Del robo. Y de otro cubano, que te ayuda. De uno que te regala un par de zapatos y de otro, que consiguió otra cosa, y así. Pero nadie vive de su trabajo.

¿Qué crees que va a pasar en Cuba cuando muera Raúl Castro?
-Yo no sé. El futuro pertenece por entero al futuro. A mí no me interesa si muere o no. Me interesa que tenemos que luchar por acabar ya con lo que estamos viviendo. Yo no sé pa’ donde vamos. El problema es que pensar hacia donde nosotros vamos es un acto también comunista.

¿Por qué?
-Porque es pensar en un dogma. “Nosotros vamos hacia allá”. No, no, nosotros vamos hacia cualquier lado, no sabemos adónde vamos, pero queremos estar en otro lado, en este lado no…. y ya sabemos, por ejemplo, que la revolución es tremenda mierda, porque cuando llegó acabó con todas las cosas buenas que se habían logrado hasta ese momento.

¿Como qué?
-Como la economía. Como los pequeños negocios y ese tipo de cosas… Quiso hacer todo de cero y de cero, no… Tenemos que empezar con lo que tenemos. Vamos a quedarnos con la educación gratis, vamos a quedarnos con la salud gratis. Pero vamos a buscar internet, a buscar cosas nuevas. No vamos a censurar. Vamos a abrir otros periódicos. No vamos a quemar al Granma [periódico oficial] porque es comunista… No, lo que vamos a hacer es poner el “Anti Granma”, al lado. Lo que tenemos que hacer es una evolución, no una revolución. La revolución es nefasta porque destruye todo y empieza de cero. Y pasa lo que está pasando aquí, que hace cincuenta años tenemos los mismos carros, los mismos edificios, esto se está cayendo. Eso es lo que da la revolución: foul a la malla.

¿Qué?
-Foul a la malla. Es como decir “no es válido”. En béisbol, es cuando la pelota sale a la malla… El que quiera ser comunista, perfecto, esa es su vida. Pero que el que quiera ser otra cosa, que también pueda. Si quiere ser homosexual, que sea homosexual. Que existan todas las posibilidades. Que exista el Granma. Pero que también haya una Generación Y [blog de Yoani Sánchez], una revista Voces [revista alternativa], un País de Píxeles [concurso de fotografía alternativa], una Poesía sin fin [festival alternativo], un Porno para Ricardo [grupo musical alternativo], imagínate… ¡Que la gente se exprese! Qué derecho tengo yo como ser humano a quitarte la libertad de decir lo que tú quieres decir. Si tú tienes el mismo derecho que yo, ¿me entiendes? ¿quién soy yo? ¿el señor de qué? No soy nada, soy un tipo igual que tú. Bueno, tú dices que es así y yo digo que es asá… Vamos a crear una dialéctica, una confrontación de pensamientos, para crear otras soluciones. Porque si sólo hablamos de lo mismo y estamos de acuerdo en todo, lo único que vamos a conseguir es ser novios o qué se yo, formar una pandilla…

Háblame de tus proyectos artísticos…
-Bueno, yo he ido pasando varias etapas. Del grafiti muté para los flyers, que tienen una forma más rápida de llegar a la gente y se pasan de mano en mano. Después empecé a firmar y a poner frases en los billetes.

Ví que hiciste un flyer sobre el miedo.
-Sí, ése es el más reciente. Antes hice uno que decía “devuelvan mis cinco euros”. Ridiculizando la campaña que dice “devuelvan los cinco héroes”…

¿Y el del miedo qué es lo que dice?
-Dice “El miedo es un papel. Lo interpretas si tú quieres. Nombra tu temor y rómpelo ahora. La vida no espera”. Es una especie de jueguito, muy sencillo. Para que escribas tu miedo y lo rompas… Siempre me han gustado los flyers sencillos. Por eso a veces me demoro más de un mes en sacar uno, porque trato de sintetizarlo lo más posible. Los logos que pongo en éste [los muestra] son de grupos [cubanos] que rompieron el miedo: Estado de Sats, La Paja Records, Generación Y…

También vi otro flyer donde sales con un gallo en la cabeza.
-Sí. Y dice “despierta”. Le puse “despierta” por un lado, y por el otro lado “Para ganarme a mí, tu necesitas cárceles, prisiones, policías, y para ganarte a ti, yo solo necesito spray y este papelito”. Hice otro experimento, en el que grafiteaba, en varios lados, las palabras “la verdad”, para ver cómo el gobierno cubano lo tachaba…

¿Y resultó?
-Claro… ¡Las palabras “la verdad” no significaban nada! Pero el Estado las tachaba igual… Y eso sí que significaba mucho: fue una puesta en escena de la tachadura diaria de la verdad por parte del Estado…

¿Y lograste fotografiar cuando los tachaban?
-No, pero sí las vi todas tachadas. Ya no hay ninguna. La verdad nunca se vio, ¿me entiendes? La verdad desapareció completa, no existe. O sea, el experimento se cumplió ciento por ciento. Y eso que se hicieron muchos grafitis, porque como ya habían otros jóvenes grafiteros que se habían juntado y que simpatizaban conmigo, se me ocurrió compartir este proyecto con ellos, y se pusieron a regar “la verdad” por todos lados, muchísimo.

Y ¿en qué estás trabajando ahora?
-Ahora estoy enfrascado en un proyecto que es trabajar en mi cuerpo como soporte de propaganda… Esto comenzó un día en que salí a la calle con un pulóver de Laura Pollán, la líder de las Damas de Blanco, que murió hace poco. Yo me ponía mucho un pulóver con la cara de ella, después de su muerte. Lo tenía puesto, cuando se me acercaron unas personas de la Seguridad del Estado y comenzaron a decirme “quítate el pull over ese…” Y como yo no lo hacía, me lo rompieron… “Ponte este pulóver”, me dijeron, y me dieron un pulóver blanco. Yo les dije que estaban locos, así es que me dijeron “bueno, aquí en la calle no te puedes quedar sin pulóver” y me llevaron hasta mi casa. Y afuera dejaron alguien vigilando, pa´ que no saliera… Entonces decidí tatuarme a Laura en el cuerpo…

¿Te la tatuaste?
-Mírala (me la muestra).

¿Por qué tiene un brazo enyesado?
-Por una golpiza que le dieron, una vez, cuando la metieron a la fuerza a la guagua [bus] de la policía y le partieron el brazo. Ahí tú te das cuenta hasta qué punto puede llegar el gobierno cubano, ¿no?

¿Qué significa para tí Laura Pollán?
-Bueno, fue la primera mujer que se tomó las calles, pacíficamente, con un gladiolo y vestida de blanco, formando un grupo que llegó a tener 100 mujeres, pidiendo algo justo… Y eso tiene mucho valor… Y tiene mucha importancia en el despertar del cubano porque te hace pensar “pero mira, si esa mujer se atreve, si esa mujer dice que por aquí ya no… hay que ponerse en tres y dos”, ¿me entiendes?

¿En tres y dos?
-Que tú digas NO. Que digas BASTA, no me des muela a mí [no me cuentes cuentos] ni me trates de intimidar con que pueda faltarme el trabajo o que no podré salir del país o que mi familia va a rechazarme. NO, ya NO. Basta.

¿Y, como artista, quieres seguir trabajando en tu cuerpo?
-Sí, quiero tatuarme otros mártires. Como Wilman Villar y Orlando Zapata, que murieron en huelga de hambre recientemente. O a los tres que fusilaron hace algunos años por intentar llevarse una lancha pa’ los Estados Unidos… Para el Estado, todos esas personas son “el enemigo”. Bueno, al tatuármelas estoy diciendo “yo soy el enemigo”. Aquí estoy. Existo. Y tengo derecho a existir. Y no voy a aguantarte a ti que gente muera así. Quiero estar sin camisa y quiero que tú me veas los tatuajes, porque estas personas fueron capaces de vivir y morir, pacíficamente, por lo que pensaban y dar su vida por la libertad de otros.

O sea, vas a dejar los grafitis por un tiempo…
-No, nada de eso. También estoy trabajando en mi proyecto “Salbutamol”.

Eso es un medicamento, ¿no?
-Sí, para el asma. Le puse así porque el proyecto le da aire a los que no tienen aire. ¿Cómo? Gráficamente. Yo les transformo lo que quieran decir en grafitis y se los hago. La idea es que cualquier persona pueda expresarse…. Que cualquiera pueda decir “mira, lo que yo quiero que esté en la pared es tal cosa”, y ya. Yo lo hago y lo pongo en la pared.

¿Y ya lo empezaste?
-Sí, ya hice “Dame cable”.

¿Qué significa?
-Se refiere al cable de fibra óptica, que nos iba a conectar a internet. El que nos anunciaron, pero que nunca llegó.

Y en relación a la expresión plástica o a la técnica, ¿hay algo que te interese especialmente?
-Yo no sé, compadre. Eso va como tenga el cuerpo y las ganas. A veces tengo ganas de hacer un flyer o de trabajar en una plantilla y otras veces sencillamente tengo ganas de botar spray. Yo creo que todas esas cosas se han ido mezclando en mí y ya soy un revoltijo.

¿Cuantos años tienes?
-Ventiocho.

¿Y cuánto mides?
-1,95.

Eso es bastante más que un cubano promedio, ¿no?
-Sí. Y es bueno para estar con extranjeras… (se ríe).

¿Te gustan las extranjeras?
-Sí, porque son personas que se han criado en otro mundo y tienen otros parámetros de libertad y ese tipo de cosas y te cuentan muchas cosas que existen, que tú aquí, en esta isla ni siquiera sabías que existían. Siempre me ha gustado eso.

NOTA: el “Sexto” ha sido detenido tres veces en el último año. Siempre del mismo modo: con interrogatorio y posterior liberación al cabo de pocos días, en lo que ya ha devenido un ritual de amedrentamiento habitual para los opositores. Después de esta entrevista, el 13 de septiembre pasado se tatuó en la espalda la imagen de Oswaldo Payá, otro activista democrático muerto hace un par de meses en un muy controvertido accidente de auto. El registro de su tatuaje puede verse en video en www.youtube.com/watch?v=TNnY1ohhp34

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