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Opinión

17 de Noviembre de 2012

La mujer que se cortó los pechos para ser piloto de carreras

Vía Sentadofrentealmundo.com Violette Morris nació el 18 abril 1893 en París. Fue la menor de seis hermanos y sus padres decidieron que pasase su adolescencia en el convento de L’Assomption de Huy . A pesar de ser lesbiana de closet desde muy temprana edad, en 1914 se casó con un hombre llamado Joseph Gouraud. Aburrida, […]

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Vía Sentadofrentealmundo.com

Violette Morris nació el 18 abril 1893 en París. Fue la menor de seis hermanos y sus padres decidieron que pasase su adolescencia en el convento de L’Assomption de Huy . A pesar de ser lesbiana de closet desde muy temprana edad, en 1914 se casó con un hombre llamado Joseph Gouraud. Aburrida, luego de casarse, se presentó en el Ejército francés para servir como militar enfermera en la Primera Guerra Mundial. Le dieron a conducir una ambulancia con la que estuvo en el frente durante la Batalla del Somme y la de Verdún. Aunque se demoró en hacerlo, especialmente por las críticas de la sociedad, se divorció en mayo de 1923.

Violette Morris

Era una mujer muy bien dotada y, ya dentro del ejército, se dedicó de lleno al deporte convirtiéndose en la primera mujer francesa que compitió en lanzamiento de bala y disco. Luego hizo furor en el fútbol femenino. Jugó para el Deporte Fémina desde 1917 hasta 1919, y el Olympique de París desde 1920 hasta 1926. Llegó a ser seleccionada del equipo olímpico femenino francés.

Además de su rutilante carrera como futbolista, participó en muchos otros deportes. Fue seleccionada francesa en el equipo masculino de waterpolo porque además de buena jugadora, no había equipo femenino en la época. También era una gran boxeadora. Le encantaba subir a los cuadriláteros y fajarse con los soldados, a los que la mayor parte de veces derrotaba. Otros deportes en los que destacó fueron ciclismo de carretera, motociclismo (primera mujer), automovilismo, hípica, tenis, tiro con arco, buceo, levantamiento de pesas y lucha libre greco-romana. Sus año más brillantes como atleta fueron de 1921 a 1924, cuando su lema era “Ce fait qu’un homme, Violette peut faire le!”: Cualquier cosa que un hombre pueda hacer, Violette también lo hace!

Obviamente su estilo de vida era muy diferente al papel tradicional de la mujer francesa de la década de 1920. Al margen de sus actividades deportivas, Violette Morris llevaba una especie de doble vida fuera de las canchas. Le encantaba la noche, el vino y las bellas mujeres, que dicho sea de paso, nunca le faltaron. Lo que llamaba la atención entre su grupo más íntimo, cercano; es el cómo podía ser tan buena atleta si, entre otras cosas, salía de juerga muy seguido, bebía en abundancia y fumaba de dos a tres paquetes de cigarrillos diarios.

Y como este mundo siempre ha sido cruel con los virtuosos, ustedes saben: la gente envidiosa, conservadora, los chismes, en fin; le negaron la renovación de la licencia de la FFSF (Federación Atlética francesa Femenina) en medio de quejas por su estilo de vida nocturno, por tanto, fue excluida de los Juegos Olímpicos de Verano de 1928. La agencia aludió su “falta de moral”, especialmente porque uno de sus amantes, Raoul Paoli, hizo públicas sus relaciones bisexuales y no sólo lésbicas. Paoli se había separado de Violette después de que ella había decidido someterse a una mastectomía con el fin de encajar en los autos de carreras con mayor facilidad. Después de 1928, ya lejos de toda actividad deportiva, Violette instaló su propia tienda de repuestos automotrices en París y se dedicó únicamente a ser piloto y reconstruir autos de carreras.

El asunto de la mastectomía fue un claro ejemplo de su pasión por el deporte tuerca. Mientras el automovilismo evolucionaba, los autos se iban compactando más y más. En esa época (y en su categoría) el auto no debía exceder los 400 kg de peso, la cabina le resultaba muy estrecha y el volante le oprimía el tetamen. Despojada de uno de los más bellos atributos femeninos, Violette incursionó con más éxito en el automovilismo profesional. Antes y después de su operación cosechó muchos éxitos en las pistas, su palmarés es impresionante: En 1922, ganó la carrera París-Pirineos París en la categoría 750 cc. Un año más tarde volvió a triunfar en este evento y también subió al podio en la carrera París-Niza. Ganó el Gran Prix de San Sebastián en 1926 y un año más tarde ganó el Bol d’Or en las 24 horas de París al volante de un BNC. En 1934 ganó el Rally de los Dolomitas.

A finales de diciembre de 1935, Violette se dejó seducir por la Gestapo de la Alemania nazi. La llevaron como invitada de honor a los Juegos Olímpicos de Verano de 1936 en Berlín, por orden personal de Adolf Hitler. A cambio, ella entregó a Alemania los planes parciales de la Línea Maginot (bunkers fronterizos de defensa), planes detallados de los puntos estratégicos de París, y los esquemas de abastecimiento principal del ejército francés. Esta información fue vital para la invasión alemana y la toma de París en 1940. Durante la ocupación alemana, Violette vivía muy cómodamente en una casa flotante sobre el río Sena.

Una de sus principales responsabilidades durante la guerra era frustrar la operación de la SOE, una organización británica que gestionaba ayuda a la resistencia. Por estas actividades, la ex atleta fue condenada a muerte in absentia. Fue asesinada poco después por miembros de la resistencia francesa mientras transitaba por un camino rural el 26 de abril de 1944, a la edad de 51 años (Sí, yo también recordé a los Inglourious Basterds de Tarantino). Ese día iba con dos de sus empleados. Ellos también fueron asesinados.

Su cuerpo, acribillado a balazos, fue enterrado en una fosa común. Hoy en día, Violette Morris constituye un símbolo para las lesbianas de derecha.

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