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Opinión

23 de Noviembre de 2012

Hamás: El blanco más difícil

No se trata de niños lanzando piedras y utilizando palos como espadas. Hoy el problema es Hamás, la organización terrorista que gobierna Gaza y que con la ayuda de Irán, lanzó 1.432 misiles en territorio israelí sólo este año, arriesgando y poniendo en pausa la vida de más de 3,5 millones de ciudadanos. Nadie puede […]

Yael Schnitzer Raab
Yael Schnitzer Raab
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No se trata de niños lanzando piedras y utilizando palos como espadas. Hoy el problema es Hamás, la organización terrorista que gobierna Gaza y que con la ayuda de Irán, lanzó 1.432 misiles en territorio israelí sólo este año, arriesgando y poniendo en pausa la vida de más de 3,5 millones de ciudadanos.

Nadie puede negar que la vida de los Palestinos en Gaza es muy difícil, que es duro el día a día y que la esperanza por un mejor futuro es escaza. El ingreso per cápita va de los mil a los mil quinientos dólares y desde el 2006, cuando Hamás fue elegido como gobierno, el territorio fue bloqueado y la puerta hacia Israel, con mejores ofertas laborales y educacionales, fue cerrada.

Pero en Cisjordania, donde vive la otra mitad de los palestinos, la situación es diferente. No existe bloqueo –sí control fronterizo – no existe Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que gobierna este territorio, enfoca su lucha por vías diplomáticas y realiza un intenso lobby para que la ONU reconozca un Estado Palestino. En Cisjordania existe la posibilidad de ir a trabajar a Israel y el ingreso per cápita de los palestinos bordea los 4 mil dólares.

¿Cuál es la diferencia clave entre estos dos territorios palestinos? Sus líderes. Hamás tiene como objetivo la destrucción de Israel, la ANP lograr la creación de un Estado Palestino y la coexistencia. Hamás no protege a sus ciudadanos, está demasiado cegado por su lucha, teniendo como estrategia la instalación de puntos de lanzamiento de misiles en áreas residenciales y almacenamiento de armamento en los subterráneos de los hospitales.

Cuando las prioridades dejan de tener sentido

El terrorismo se esconde entre casas, jardines infantiles y hospitales. Se enfoca en su enemigo, el resto… daños colaterales. Hamás no protege a su pueblo y es responsable de más del 40% de los ataques suicidas contra Israel. Incluso esta semana, celebró el ataque bomba contra un bus lleno de civiles israelíes. Es como si las vidas no contaran o sólo contaran para tener una opinión pública internacional favorable, un daño colateral que favorece a su causa.

La prioridad de Hamás es tan potente, que incluso no dudó en lanzar un misil a Jerusalem, donde se encuentra la Mezquita. Su lugar más sagrado y donde acuden a rezar miles de musulmanes.

Esta prioridad explica el porqué mueren más palestinos que israelíes cada vez que se enfrentan. Cuando el misil es lanzado desde Gaza, las alarmas comienzan a sonar en territorio israelí y todos saben que tienen 15 segundos para ir al refugio más cercano. El miedo es latente y la reacción mecánica.

Sólo el 14 de noviembre cayeron 80 misiles en Israel. Su ejército respondió con eliminar al líder militar de Hamás, Ahmed Jabari, responsable de la muerte de más de 50 israelíes. También se destruyeron puntos de lanzamiento y almacenamiento de misiles.

Ese mismo día, Israel hizo 20 mil llamadas telefónicas a familias palestinas en Gaza y lanzó miles de folletos informando que realizaría un ataque aéreo a los puntos operativos de Hamás, advirtiendo que la seguridad se pondría en riesgo si se estaba cerca de ellos. Israel no quiere más muertes de civiles, no está en su objetivo militar ni político. Sabe que mientras más muertes, menos apoyo internacional recibirá y sabe que en medio de países árabes, es algo clave para su seguridad nacional.

Alto al fuego

Los dos líderes palestinos, Hamás y la ANP, luchan de forma diferente, tienen una relación distinta con Israel y su calidad de vida es incomparable. En Israel el 22% los ciudadanos son palestinos y también 11 de sus 120 parlamentarios. Es una democracia que hoy ve una escalada de terrorismo que pone en riesgo a sus integrantes –no sólo a los judíos – y no duda en defenderlos. Esa es su prioridad.

Las negociaciones lideradas por Egipto y EEUU tuvieron resultado. El alto al fuego debe durar 24 horas para dar paso a una segunda etapa y sentar a las partes nuevamente. Negociando por un lado, que Hamás deje de lanzar misiles e ingresar armamento desde Egipto, y por el otro, que Israel suspenda el bloqueo a Gaza que lleva cinco años.

Un alto al fuego es una solución, aunque parcial, al conflicto. Sí, evitará que el ejército israelí ingrese por tierra a Gaza y probablemente aumente el número de fallecidos por ambos lados. Pero mientras no cambien las prioridades de los líderes, es sólo cosa de tiempo. Israel no ha sacado todos los misiles que esconde Gaza, por eso será complicado que decida levantar en un 100% el bloqueo. A la vez, el objetivo declarado de Hamás es la destrucción del Estado de Israel y pareciera que el aumento de mártires es una pieza clave en su lucha.

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