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Cultura

1 de Diciembre de 2012

Una empresa millonaria llamada Rolling Stones

La primera noche de la gira por el 50° aniversario de los Rolling Stones en la Arena O2 de Londres fue recibida con reseñas positivas casi unánimes. Quienes vieron el espectáculo dijeron que la banda ha conservado su estridente energía y tomó un impulso adicional por la presencia como invitados especiales de sus exintegrantes, el […]

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La primera noche de la gira por el 50° aniversario de los Rolling Stones en la Arena O2 de Londres fue recibida con reseñas positivas casi unánimes.

Quienes vieron el espectáculo dijeron que la banda ha conservado su estridente energía y tomó un impulso adicional por la presencia como invitados especiales de sus exintegrantes, el guitarrista Mick Taylor y el bajista Bill Wyman (quien, dicho sea de paso, ya tiene 76 años, cinco más que el baterista Charly Watts, actualmente el más viejo del grupo).

Los Rolling Stones funcionan como una corporación, con una compleja operación financiera que maneja cientos de millones de dólares.

En la última gran gira de la banda, llamada A Bigger Bang, se vendieron 4,6 millones de entradas, con una ganancia de US$558 millones.

La gira de este año es modesta en comparación, al comprender apenas cinco presentaciones hasta ahora.

Todas las entradas se agotaron en minutos, a pesar de los altos precios. Para los recitales en Londres, los boletos costaban entre US$144 y US$602, mientras que un palco con comida y bebida cuesta casi US$1.604 por persona.

Los Rolling Stones han buscado durante mucho tiempo maximizar el valor monetario de su música y actuaciones. Mick Jagger señaló a la revista Billboard: “Podrías decir que ‘las entradas son demasiado caras’; bueno, es un show muy caro, porque normalmente se hacen 100 conciertos y tienes los mismos gastos”.

También expresó que le gustaría que se prohibiera legalmente la reventa de los boletos.

La cronista de las artes para el diario The Telegraph, Bernadette McNulty, afirma: “Creo que ellos siguen disfrutando de tocar, pero siempre ha habido algo realmente competitivo sobre los Rolling Stones”.

“Pienso que les gusta de verdad la idea de mantenerse como la banda más grande del mundo y demostrar que todavía pueden hacerlo. Y de paso ganar el máximo dinero posible es una manera de mostrar que realmente son buenos en lo que hacen. No les da vergüenza hacer dinero y nunca les ha dado”.

‘Status quo corporativo’

¿Pero qué hay de la imagen rebelde de los Rolling Stones: canciones sobre asesinatos, revolución y peleas callejeras? ¿Cómo cuadra eso con su status de multimillonarios, patrocinados por compañías multinacionales?

Marc Hogan, periodista musical de la revista Spin, señala que la aparente paradoja siempre ha sido parte de la identidad de los Stones.

“La visión cultural conservadora de la década de 1960 es que llegaron todas estas bandas radicales de rock and roll y corrompieron a la juventud con su rebelión”, dice.

“Pero al ver todo esto años más tarde, uno se da cuenta que ese punto de vista estaba equivocado. Los Stones se han convertido en parte del status quo corporativo. Ser rebeldes no significa que se están rebelando contra el sistema capitalista”.

Hogan puntualiza que Jagger acudió a la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres durante un año antes de abandonar los estudios. Lo describe como un “empresario brillante”.

El dinero de los boletos no es la única vía en la que los Rolling Stones se están beneficiando de su 50° aniversario. Hay una nueva película, “Crossfire Hurricane”, así como una reopilación de éxitos llamada “Grrr”, que incluye nuevas
canciones.

Y además está la merchandising: desde el juego de monopolio hasta ropa interior femenina. Los productos que lucen el famoso logo de los Stones con la lengua tienen un atractivo atemporal.

Hace diez años, el guitarrista Keith Richards dijo a la revista Fortune: “Uno no empieza a tocar la guitarra pensando en que va a conducir una organización que tal vez va a generar millones”.

Desde entonces, se han agregado muchos millones a su fortuna. Pero durante cinco décadas, el activo invaluable de los Stones ha sido su pasión por la música. Los asistentes a esta gira están pagando para descubrir si esa pasión sigue allí.

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