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Mundo

25 de Abril de 2013

El secreto del éxito del fútbol alemán

Por BBC Mundo Los dos mejores equipos alemanes han ganado por goleada sendos partidos a los dos mejores equipos españoles en las semifinales de la Liga de Campeones y muchos ya dan por sentado que la nueva meca futbolística habla alemán. Una de las características más llamativas del Bayern Múnich 4-0 Barcelona, del martes 23, […]

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Por BBC Mundo

Los dos mejores equipos alemanes han ganado por goleada sendos partidos a los dos mejores equipos españoles en las semifinales de la Liga de Campeones y muchos ya dan por sentado que la nueva meca futbolística habla alemán.

Una de las características más llamativas del Bayern Múnich 4-0 Barcelona, del martes 23, y del Borussia Dortmund 4-1 Real Madrid, del miércoles 24, fue la superioridad física, el ritmo y la intensidad de los equipos alemanes: un comentarista español habló de “niños contra hombres”.

Este contraste físico fue particularmente notable en el partido en Dortmund, ya que el juego del Real Madrid se destaca por su intensidad física, una especialidad del entrenador José Mourinho.

La atención se concentrará en Madrid la semana que viene, porque el Real tiene mayores posibilidades que el Barça de remontar el resultado parcial y llegar a la final de la Champions League. El Madrid sólo necesita ganar 3-0 para pasar, mientras que el Barça necesita un rotundo 5-0.

Además, el equipo catalán ofrece un catálogo de debilidades mucho más vasto que el madrileño: Messi no se ha recuperado de una lesión; el entrenador todavía no ha recobrado las riendas del equipo, tras su prolongado tratamiento por cáncer; la defensa está desquiciada por lesiones y errores de planificación; el conductor del equipo, Xavi Hernández, ya no es el de hace un par de años; y los técnicos no atinan a dar con la mejor combinación de ataque para acompañar a Messi.

Sistema robusto

Una sensación de “fin de ciclo”, tal vez demasiado pesimista, se abre paso hasta en las publicaciones especializadas de Barcelona. Tal como están las cosas, casi todos los comentaristas están convencidos de que el Bayern y el Borussia jugarán la final en Wembley, en ocasión del 150º aniversario de la Asociación Inglesa de Fútbol. El aforo casi completo de 90.000 espectadores sería alemán. A los ingleses esto les escuece.

Pero todo esto ya se veía venir: lo cierto es que el poderío de los dos gigantes españoles, así como el de otros grandes clubes ingleses e italianos, no logra ocultar las grietas en el sistema operativo de las grandes ligas europeas, salvo la Bundesliga alemana, que tiene una robustez llamativa.

La reorganización de la Bundesliga incluye una notable prudencia administrativa y la exigencia de que por lo menos 51% de la propiedad de los clubes sea de sus socios, con dos excepciones históricas: el Bayer Leverkusen, propiedad de la farmacéutica Bayer, y el Wolfsburgo, de la automotriz Wolkswagen.

Los socios del Bayern Múnich tienen 82% de las acciones, pero el club también tiene dos inversores privados: Adidas y Audi. Ambas empresas se han ajustado al requisito de la Bundesliga de demostrar su interés por el club y su apoyo al fútbol durante un mínimo de 20 años.

Y con entradas más baratas

La financiación de los clubes alemanes también se caracteriza por su sensatez. Los ingresos por televisión son mucho menores que en Inglaterra, por ejemplo, pero compensan con los contratos comerciales, gracias a la fortaleza de la economía alemana.

El año pasado, al comentar la final Bayern Múnich-Chelsea, dimos otro dato revelador: en el año financiero 2010-2011, el Bayern tuvo una ganancia de US$79 millones, mientras que el Chelsea registró una pérdida de US$106 millones.

Los alemanes también tienen un enfoque favorable a los espectadores en el sistema de precios de las entradas. Los periodistas españoles pusieron el grito en el cielo al comprobar que las entradas para los partidos del Barça y el Madrid en Alemania eran mucho más baratas que las que regirán para los partidos en España, en cruel contraste con los respectivos poderes de compra de los aficionados.

La sensatez administrativa también explica esto: la entrada más barata en el estadio de Stamford Bridge del Chelsea costaba el año pasado 56 libras (entonces US$88), mientras que en el Allianz Arena del Bayern se podía ver los partidos por US$19 y hasta US$15.

Hace ya tres años explicábamos en El Blog de Lalo el funcionamiento del sistema de venta de abonos y entradas del Bayern Múnich: en su nuevo estadio, decíamos, 2.100 aficionados, obviamente muy ricos, pagaban entre 6.000 y 10.000 euros por sus abonos.

Agregábamos que el ingreso por este rubro subsidiaba la venta de otros 12.500 abonos por 120 euros cada uno, menos de la cuarta parte que el abono más barato en la mayoría de los clubes de la Premier League inglesa. El club limitaba a 37.000 el número de abonados, dejando para la venta libre nada menos que 32.000 butacas.

Ver reportaje completo en BBC Mundo

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