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Nacional

3 de Julio de 2013

Ex miembros de Secta de Pirque acusan: desapareció una guagua en Pirque y hay otra muerte

Una familia de Huasco acusa que el grupo liderado por Paola Olcese mantiene las rígidas prácticas que le costaron la vida a la bailarina Jocelyn Rivas en el 2007. Una de sus hermanas, acusan, no fue atendida cuando presentó trastornos bipolares. Además, denunciaron a la justicia que Paola Olcese estuvo embarazada en el 2006 y que su guagua se encuentra desaparecida.

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A fines de mayo, en la fiscalía de Puente Alto, Ana Fernández González se presentó a declarar. Fue suscinta: en dos páginas denunció a Paola Olcese, la líder de la secta de Pirque donde en abril del 2007 murió la bailarina Jocelyn Rivas, tras dar a luz a su hija. Fernández acusó que la secta -que hoy funciona en la V región, en la localidad de Lo Zárate, cerca de Cartagena y en Junta Valeriano, en la cordillera de la III región- realiza actividades peligrosas “para las mentes de las personas, e incluso para perder sus vidas”. Ana Fernández contó la historia de su hija, Francisca López, en el grupo, que murió de una peritonitis en Copiapó luego de que, además, se le declarara un cuadro bipolar. Fernández denunció el nulo cuidado que tuvo ella mientras estuvo en “la comunidad”.

No fue todo. Fernández agregó una denuncia que sonó allá el 2007, cuando murió Jocelyn: que hay un bebé, hijo de Paola Olcese, desaparecido y que ella -y toda la secta- fue testigo del embarazo.
The Clinic quiso conocer la historia de la mujer y viajó donde vive, en Huasco Bajo, en Atacama. Allí conversamos con ella y sus hijos durante dos días sobre una historia que por lo menos se remonta a treinta años y que ha envuelto a su familia -y a varias otras del pequeño valle del norte chico- en una seguidilla de delirios que a ratos parecen increíbles.

SIMÓN
Simón López Fernández tiene 34 años y es músico. Vive junto a su madre y hermanos en una casa en Huasco Bajo, al lado de la línea del tren que lleva el material al puerto. Cada tanto la casa tiembla. Él hace clases de música y a veces toca en un pub del puerto. Su madre, Ana, hace pan que venden. Uno de aceitunas es especialmente delicioso.
Simón López es una buena puerta de entrada para esta historia: por la vida de sus padres, se relacionó desde niño con Roberto Stack y los sucesivos grupos que éste ha estado armando desde la década de los setenta. Simón creció en lo que sería la Secta de Pirque. Explica:
-Mis papás, en 1978, se ligaron a un grupo de personas que en Puente Alto se juntaban alrededor de los temas religiosos.
El grupo era lo que había quedado de la Iglesia del Amor, una organización que existió en los sesenta. Los miembros se estructuraban alrededor del pintor Roberto Stack.

Lee el reportaje completo en la revista The Clinic que circula hoy en todos los kioscos del país

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