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Opinión

2 de Agosto de 2013

¿Qué se vayan todos?

“Que se vayan todos” es la típica frase que escucho y no puedo estar más en desacuerdo. Son muchos los que han dedicado su vida al servicio público y a la (re) construcción de Chile y no se puede generalizar la corrupción e ineptitud de algunos a todos quienes emprenden un camino político. El ambiente […]

Matias Reeves
Matias Reeves
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“Que se vayan todos” es la típica frase que escucho y no puedo estar más en desacuerdo. Son muchos los que han dedicado su vida al servicio público y a la (re) construcción de Chile y no se puede generalizar la corrupción e ineptitud de algunos a todos quienes emprenden un camino político.

El ambiente está tenso, o por lo menos es el momento en que más tenso lo he percibido. No entiendo esa parada de “para qué participar si nada va a cambiar”. No soy de esa vereda, y somos muchos los que pensamos diferente.

Los espacios de participación hay que buscarlos, crearlos, aprovecharlos y cuidarlos. No me compro la constante postura marginal. Estar “fuera del sistema” no construye.

El entusiasmo y energía de los movimientos sociales exitosos a nivel internacional siempre han generado amplia convocatoria y esperanza, pero si no se aprovecha queda en eso, en esperanza. Chile no es distinto.

Para materializar ese entusiasmo en cambios concretos es necesario diseñar e implementar un trabajo de largo plazo: estratégico y profesional. La literatura señala que no todos quienes parten los movimientos sociales seguirán hasta el final. Son sólo unos pocos los que continúan la causa inicial, y menos aún los que terminan dedicando su vida a alcanzar sus metas.

El Gobierno definió el año 2012 como el año del emprendimiento. Pero el error es pensar que el emprendimiento es sólo la creación de nuevas empresas. Muy por el contrario, el año 2012 será recordado por los emprendimientos sociales y emprendimientos políticos.

Revolución Democrática, Red Liberal, Izquierda Autónoma, Evópoli, y tantos otros son claros ejemplos de emprendimientos políticos que ya no quieren seguir esperando que les caiga del cielo un espacio de participación. Ellos tomaron la decisión de comenzar el duro camino del emprendimiento. Otros optaron por sumarse a proyectos existentes y demostrar por dentro que merecen un espacio.

Y existimos otros, hasta el momento, que hemos tomado la ruta del emprendimiento social. No a partir del 2012, sino desde hace muchos años antes. Algunos incluso por décadas. Hoy surge la urgencia de coordinarnos y pasar a ser un actor unido y colaborativo, para ser efectivamente una contraparte seria de los poderes del Estado y el mundo privado. Es el llamado “tercer sector”.

Somos 17 organizaciones que nos hemos reunido por primera vez para dejar de trabajar de manera aislada y comenzar a articular el poder que a la sociedad civil le corresponde: Acción, Amnistía Internacional, Chao Pescao, Ciudad Viva, Humanas, Opción, Avina, Casa de la Paz, Ciudadano Inteligente, Equitas, Heinrich Böll, Iguales, Fundación Superación de la Pobreza, Tacal, Greenpeace, Techo y Educación 2020. Pero no queremos quedar entre nosotros. Lo que estamos diseñando es un trabajo de largo plazo que permita a miles canalizar sus inquietudes y ganas de participar en el desarrollo del país.

Para esto hemos organizado “Populusaurio”, la Gran Cumbre de la Sociedad Civil Organizada. En este espacio están invitados todos y todas.

Al contrario de lo que muchos dicen, hoy nosotros optamos por decir “que vengan todos”. No sobra sino que falta gente que quiera seguir adelante manteniendo vivo el sueño de un país más justo.

El ambiente está movido. La invitación está hecha y comienza el 8 de agosto en Estación Mapocho.

*Matías Reeves, Director Social de Educación 2020

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