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Mundo

3 de Agosto de 2013

El megaproyecto de Guatemala para competirle al Canal de Panamá

Guatemala pretende entrar a competir en las grandes ligas del transporte mundial de mercancías y arrebatar una tajada del mercado al Canal de Panamá con un corredor seco, que empezará a construir en abril del próximo año y en el que empresarios locales invertirán 12.000 millones de dólares. El canal interoceánico de Guatemala, el más […]

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Guatemala pretende entrar a competir en las grandes ligas del transporte mundial de mercancías y arrebatar una tajada del mercado al Canal de Panamá con un corredor seco, que empezará a construir en abril del próximo año y en el que empresarios locales invertirán 12.000 millones de dólares.

El canal interoceánico de Guatemala, el más ambicioso proyecto de infraestructura promovido por la iniciativa privada y apoyado por el Gobierno, que lo ha declarado como “de interés nacional”, se empezó a gestar hace catorce años y se ha planteado como principal objetivo competir con el de Panamá.

Según Guillermo Catalán, presidente de la junta directiva del Corredor Interoceánico, el proyecto tendrá un costo de entre 10.000 y 12.000 millones de dólares y está previsto que su construcción dure al menos cinco años.

El mismo contempla la construcción de dos modernos puertos, el San Luis y el San Jorge, uno en el Pacífico y el otro en el Atlántico, con una extensión de 4.419 hectáreas cada uno.

Serán los más grandes de Centroamérica y tendrán la capacidad de recibir de forma simultánea a las megaembarcaciones que por su tamaño no pueden pasar por el canal de Panamá “ni ahora ni después de su ampliación”.

El traslado de los contenedores de un océano al otro se realizará a través de un puente terrestre de 372 kilómetros de longitud y 140 metros de ancho, el cual podrá recorrerse en tren o por carretera en un promedio de cuatro horas y media, a una velocidad de 80 kilómetros por hora.

Ese puente contará con una autopista de camiones de carga, dos vías de ferrocarril, cuatro oleoductos para el transporte de petróleo, gasolina y gas natural, así como una red de fibra óptica de alta capacidad, y un sistema de producción y distribución de energía eléctrica.

La carretera interoceánica contará con 67 tramos de corte, 33 túneles y 21 viaductos.

Para la construcción del canal, el proyecto adquirirá a precios de mercado 3.512 terrenos y fincas ubicados a lo largo del trayecto, cuyos propietarios ya han aceptado vender.

Según Catalán, la construcción del corredor dinamizará la economía del país ya que generará más de 30.000 empleos directos y beneficiará a 46 de los 333 municipios del país.

“El Corredor Interoceánico generará efectos positivos en toda la región: el sureste de México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador”, afirmó.

El principal atractivo que el corredor guatemalteco ofrecerá frente al canal de Panamá es una “nueva ruta corta” para el comercio de Asia a los principales mercados de la Costa Este de los Estados Unidos, y a los países con fachada atlántica de América Latina y Europa.

Ello implicará substanciales reducciones de tiempo y costos de traslados.

El presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, por medio de un acuerdo presidencial emitido hace dos semanas declaró el proyecto “de interés nacional” por los beneficios que supone traerá a la economía del país.

Esa decisión, sin embargo, no cayó en gracia al opositor partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), cuyos diputados al Congreso presentaron el jueves un recurso de inconstitucionalidad en contra del acuerdo presidencial, por considerar que el corredor interoceánico “compromete espacio marítimo entre ríos y lagos, y afectaría bienes públicos y privados”.

El Consejo Latinoamericano de Iglesias también se ha manifestado en contra de la construcción del corredor por considerar que no traerá ningún desarrollo a las comunidades campesinas del país.

Nilton Giese, secretario general del Consejo, que aglutina a 180 iglesias evangélicas, protestantes y luteranas de 20 naciones, ha dicho que el rechazo se debe a la explotación de los recursos naturales, ya que la propuesta del corredor no contempla ningún plan de desarrollo para los propietarios de las tierras que serán compradas por los inversionistas.

Sin embargo, según Catalán, las comunidades no quedarán incomunicadas y el plan contempla reforestaciones y actividades económicas que generarán oportunidades de desarrollo.

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