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Poder

19 de Agosto de 2013

La fuerte molestia de los dirigentes del “chentro chochial” de la UDI con “los príncipes” del partido

Entre los dirigentes sin apellidos vinosos de la UDI hay una fuerte molestia con la directiva partidaria por el privilegio que han tenido los llamados "príncipes" gremialistas: hijos de rostros de la colectividad que no han ganado ninguna elección y que hoy serán inscritos como candidatos al parlamento. El caso más emblemático es el de Cristián Letelier, quien fue desplazado de Melipilla para que compitiera Juan Antonio Coloma, el hijo del senador del mismo nombre. "Esto ya parece una monarquía", afirma un cercano a Letelier.

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“Debe ser porque no soy rubio”, se le ha escuchado decir al abogado Cristián Letelier para explicar, con ironía, por qué hoy, cuando la Unión Demócrata Independiente inscriba junto a Renovación Nacional en el Servicio Electoral las candidaturas al parlamento, su nombre no figurará en la lista como postulante por el distrito 31 de Melipilla.

Tras la decisión del partido -impulsada por la renovada alianza entre los senadores Jovino Novoa y Juan Antonio Coloma-, de nominar a Juan Antonio Coloma Álamos, hijo del senador del mismo nombre y ex asesor del gobierno (determinación que trató de ser impugnada por algunos parlamentarios de la UDI), Letelier -hoy diputado en ejercicio- optó por renunciar a su eventual elección en el Consejo General del fin de semana pasado.

“Oficializo públicamente mi renuncia indeclinable a mi postulación como diputado por el distrito 31, como un gesto a todos los políticos que han sufrido como yo he sufrido”, dijo en la ocasión. El mensaje no fue casual. No sólo Letelier ha caído en la llamada “purificación” gremialista, sino que otros dirigentes, como Carlos Recondo y el ex alcalde de Peñalolén, Carlos Alarcón, e incluso Iván Moreira, se han visto perjudicados por el ascenso al poder de Novoa, quien es, coinciden en el gremialismo, el que realmente detenta la autoridad por sobre Patricio Melero.

Además, apuntan, el senador por Santiago Poniente tiene de aliado a José Antonio Kast, que ha aumentado su influencia en la tienda -pese a haber abandonado la carrera senatorial a favor de Laurence Golborne- y sería el nuevo elegido para presidir la UDI en 2014.

“Letelier sabe que ya no tiene nada que hacer en la UDI y está evaluando renunciar. Novoa está barriendo con todos los longueiristas y él, que fue punta de lanza en todo lo que le ha pedido el partido, está profundamente decepcionado. De partida, no hará campaña por Coloma. Está muy sentido con los privilegios hacia los ‘príncipes’. Nunca pensó que la UDI se iba a convertir en una especie de monarquía”, señala un cercano al abogado. La molestia por cómo se están tomando las decisiones estaría también presente en el Senado. Según fuentes de la colectividad, el senador Hernán Larraín ha hecho ver su preocupación porque la colectividad caiga en el nepotismo: ya hay cuatro rostros que figuran en la plantilla parlamentaria sólo por parentesco: Coloma junior, Joaquín Lavín, Ignacia Golborne y José Labbé. Y podrían haber sido cinco si el hijo de Pablo Longueira, Juan Pablo, hubiera aceptado la oferta de Melero de ser diputado.

Esta misma fuente destaca que entre las bases del conglomerado hay decepción por los privilegios hacia los príncipes del partido: “Los que no le han ganado a nadie, ni han hecho vida partidaria, tienen cupo. Mientras tanto, quienes se la han jugado por la UDI, como Letelier, quedan afuera”, apunta.

En tanto, desde el círculo de Recondo destacan el dolor del diputado, que no irá a la reelección, luego de que se desechara su opción de ir a primarias senatoriales con Kast y se impusiera de candidato a Iván Moreira, a quien se le dio como premio de consuelo ir por Los Lagos luego de que Novoa -apoyado por Ernesto Silva- lo vetara en Santiago Oriente.

Quienes conocen este episodio, comentan que Moreira “leal y consecuente”, era quien mejor marcaba en los sondeos frente a Juan Manuel Ossandón, sin embargo, la oposición a su designación fue tan grande que Novoa advirtió al ex abanderado, Pablo Longueira, que si lo llegaba a nombrar se quebraba el partido. No era aceptable que en una circunscripción clave para el gremialismo postulara un diputado sin título universitario (es relacionador público). Así fue como se eligió a Kast y finalmente se optó por Golborne.

La semana pasada, y en una determinación que públicamente se atribuyó a que dedicará tiempo a su campaña, Moreira renunció a la vicepresidencia de la colectividad. Su molestia, es sabido, no le permitía seguir en la dirigencia.

“Habrá que ver cómo se recomponen las relaciones después de noviembre, porque si siguen las designaciones a dedo, tipo herencia de monarquía a los príncipes, gente que ha estado desde siempre en el partido va a comenzar a buscar otros rumbos”, asegura un cercano a Letelier.

En el Consejo ya se vio esta molestia en la intervención de Letelier y Recondo. Éste fue especialmente duro al afirmar que la UDI ya en nada se diferenciaba del resto de los partidos. El 22 de abril, un consejero de base ya había hecho la misma advertencia. Mario Contreras cuestionó en la ocasión que el hijo de Joaquín Lavín, Lavín junior, fuera candidato sin ninguna credencial y con una militancia por conveniencia. “En los últimos años en la UDI se ha ido perdiendo el respeto, el reconocimiento y la consideración a nuestra gente. Nos hemos olvidado de los militantes que a costa de sacrificios personales ayudaron a construir este Partido. Me refiero a nuestros dirigentes vecinales, comunales y a aquellos que han puesto el pecho una y otra vez para defender los principios en los que creemos. A ellos, hoy se los menosprecia o en el mejor de los casos, se los ignora”, postuló.

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