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Opinión

11 de Septiembre de 2013

Salvador Allende y Fidel Castro, diálogo y consignas

El periodista Augusto Olivares juntó a Salvador Allende y Fidel Castro en 1972 para una entrevista-conversación para hablar del proceso chileno y su relación con la Revolución Cubana. Lleno de consignas y palabras altisonantes, la intertextualidad del diálogo muestra a dos hombres en apariencia similares y en el fondo distintos. Allende vibra pletórico de emociones […]

Archivo The Clinic
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El periodista Augusto Olivares juntó a Salvador Allende y Fidel Castro en 1972 para una entrevista-conversación para hablar del proceso chileno y su relación con la Revolución Cubana. Lleno de consignas y palabras altisonantes, la intertextualidad del diálogo muestra a dos hombres en apariencia similares y en el fondo distintos. Allende vibra pletórico de emociones heroicas y convicciones idealistas. Fidel, entre sus palabras amables, pone el tinte pragmático y e impiadoso, develando su condición de animal político incombustible. Olivares conduce y apluade, aplastado por dos figuras que le quedan demasiado grandes.

Augusto Olivares: Desde hace mucho tiempo que los hombres del mundo deseaban tener una oportunidad de ver frente a frente, muy próximos, al Primer Ministro de Cuba, Comandante Fidel Castro, y al Presidente de Chile, doctor Salvador Allende. Es interesante que sea América Latina la que haya producido este fenómeno que en estos instantes concita la atención de todo el mundo. Desde que el Comandante Fidel Castro llegó a Chile muchos periodistas han estado pensando cómo poder seguir una conversación entre estas dos figuras de la politica mundial y éste es el momento y ésta es la oportunidad de poder tenerlos próximos y frente a frente en un diálogo abierto sobre temas que interesan a toda la humanidad.
Presidente Allende, se habla no solo en Chile, sino en todo el mundo, de la expresión “vía Chilena”. ¿Cómo podría Usted definir este proceso político que se ha dado en llamar la “Vía Chilena”?.

Salvador Allende: Los pueblos que luchan por su emancipación tienen, lógicamente, que adecuar a su propia realidad las tácticas y la estrategia que ha de conducirlos a las transformaciones. Chile, por su característica, por su historia, es un país en donde la institucionalidad burguesa ha funcionado a plenitud y en donde dentro de esta legalidad burguesa el pueblo, sacrificadamente, ha ido avanzando y consiguiendo conquistas, ha ido concientizándose, ha ido comprendiendo que no es dentro de los regímenes capitalistas ni del reformismo en donde Chile podrá alcanzar la dimensión de país dueño de su independencia económica y capaz de llegar a niveles superiores de vida y de existencia.

Augusto Olivares: Comandante Castro, respecto a lo que plantea el Presidente Allende, hay interés permanente de profundizar en cómo se produce la incorporación de la clase obrera y cómo entra la clase obrera como protagonista en el proceso de la revolución cubana.

Fidel Castro: Nosotros hemos definido este problema de esta forma: la lucha armada guerrillera que inició un reducido grupo de hombres fue algo así como un motor pequeño que permitió arrancar el gran motor de la historia, que son las masas.
El movimiento obrero en Cuba durante los últimos gobiernos, tanto el gobierno corrompido de Prío, como el gobierno tiránico de Batista, estaba controlado por dirigentes oficiales que virtualmente habían tomado por asalto a los sindicatos, asesinando dirigentes comunistas y dirigentes obreros honestos; en esa situación cuando triunfa la revolución, había una situación muy especial, no había dirección oficial obrera, pero había un apoyo total y absoluto al movimiento revolucionario, que es un movimiento que se gestó con obreros y campesinos; nuestros soldados guerrilleros eran hombres de las zonas, campesinos y trabajadores y obreros y algunos intelectuales, o que pudiera llamárseles intelectuales por su procedencia o por su condición de haber estudiado en una universidad; que éramos nosotros, algunos de nosotros, no todos.

Augusto Olivares: Presidente, la clase obrera, de acuerdo con las dos respuestas de ustedes, pasa a ser elemento protagonista dentro del proceso. Hay un elemento: el escenario ¿Usted podría hablarnos un poco de la tradición Chilena, de la tradición de lucha y del estilo del país?

Salvador Allende: Bien, para contestar a la pregunta de Augusto Olivares quiero decirte, Fidel, que lógicamente Chile tuvo, por las características mismas de su régimen, la posibilidad de que la clase obrera se organizara. Nació el movimiento obrero chileno en zonas controladas por el imperialismo, de ahí que siempre tuvo una conciencia antimperialista. En el salitre, Luis Emilio Recabarren fue el organizador, el orientador, el dirigente de la clase obrera; y las luchas del proletariado chileno en el campo sindical llevaron muchas veces, como en la mayoria de los países también, a la represión violenta.
Sin embargo se superó y logró a partir de 1939 unificarse en la Central Unica de Trabajadores; pero antes los campesinos y los obreros habían formado sus partidos de clase; así tenemos nosotros que el Partido Comunista es el más antiguo de América Latina, uno de los más antiguos del mundo, y, por cierto, en relación a la población, uno de los más poderosos. De igual manera el Parido Socialista, un partido de clase, un partido marxista, que teniendo puntos discrepantes en aspectos internacionales algunas veces, ha mantenido con el Partido Comunista no sólo un diálogo, sino un entendimiento para encarar juntos los problemas esenciales de Chile; de allí que desde 1951 el Partido Socialista y el Partido Comunista empezaron a caminar por el sendero de un proceso de clase y con la decisión de hacer posible un vasto y amplio movimiento que permitiera los cambios estructurales de la vida chilena, y por eso hoy día podemos decir que, al margen de un criterio pequeño, se ha logrado, sobre la base de la unidad de la clase obrera en el campo sindical y sobre el pilar de los partidos Socialista y Comunista, que sectores de la pequeña y mediana burgesía, como el Partido Radical, como el Movimiento Popular Unitario del MAPU, como los de Izquierda Cristiana hayan configurado este proceso que lógicamente constituye un factor determinante del proceso de cambio dentro de la realidad Chilena. Esto es más o menos, Fidel, el esquema de lo que ha oscurrido en Chile, y la presencia combatiente, organizada, de los trabajadores en el campo político y en el campo sindical.

Augusto Olivares: La motivación de los pueblos en su lucha a través de la historiá es variadísima. ¿cómo podría usted definir, Comandante, la motivación de la lucha del pueblo cubano?

Fidel Castro: Digamos, por lo menos de acuerdo con nuestra concepción, que el gran motor de la historia han sido las luchas de las masas oprimidas contra los opresores; y eso está perfectamente estudiado y se conoce desde que existen las clases en la sociedad humana; en nuestro país existía la doble motivación: de un país sometido y humillado por el imperialismo y además dentro de esa situación una gran masa de campesinos sin tierra, y una gran masa obrera explotanda en unas condiciones de miseria espantosa, falta total asistencia médica para las capas pobres de la población, deficiente sistema educacional, porcentaje altísimo de analfabetos, falta de perspectivas para la juventud, cientos de miles de desempleados, es decir, que había una situación social desesperante; podríamos decir que la gran motivación de nuestro pueblo era luchar por la vida.

Augusto Olivares: Presidente Allende, la experiencia política chilena es seguida con atención en todo el mundo, es una experiencia que tiene obstáculos. ¿Cómo podría usted definir esos obstáculos?

Salvador Allende: ¿Te das cuenta, Fidel?, tres minutos para definir los obstáculos de una revolución que tiene que hacerse dentro de la democracia burguesa y por los cauces legales de esa democracia. Sin embargo, tú sabes perfectamente bien que hemos avanzado. Obstáculos, nacen de qué, en primer lugar de una oligarquía con bastante experiencia, inteligente, que defiende muy bien sus intereses y que tiene el respaldo del imperialismo, dentro del marco de una institucionalidad en donde el Congreso tiene peso y atribuciones, y en donde el Gobierno no tiene mayoría. De allí entonces que las dificultades sean bastante serias y hacen que el proceso revolucionario chileno, dentro de los marcos de esta legalidad, encuentre cada día, y en cada momento, obstáculos para el avance del cumplimiento del porgrama de la Unidad Popular.
Usted comprende, Augusto Olivares, que las dificulatades en el caso nuestro también están en relación con qué: con una libertad de prensa que es mucho más que una libertad de prensa, es un libertinaje de la prensa, se deforma, se miente, se calumnia, se tergiversa; los medios de difusión con que cuentan son poderosos, periodistas vinculados a intereses foráneos y a grandes intereses nacionales; no, no sólo no reconcen, sino que deforman, repito, las iniciativas nuestras, todo esto teniendo nosotros que respetar las conquistas que el pueblo alcanzó y de las cuales lógicamente hace uso y mal uso la oposición al Gobierno Popular. Por eso, y tú lo has dicho también, y lo has reconocido, las dificultades que se nos presentan a nosotros son bastante grandes.

Fidel Castro: Son admirables las dificultades de ustedes.

Salvador Allende: Ya ves tú.

Augusto Olivares: Presidente, ¿Y a pesar de esos obstáculos se puede llevar adelante el proceso?

Salvador Allende: Y se avanza, ya lo he dicho, el cobre es nuesro, el hierro es nuestro, el salitre es nuestro, el acero es nuestro; es decir, las riquezas básicas las hemos conquistado para el pueblo.

Fidel Castro: Yo tengo una impresión, que esa resistencia acude a los procedimientos clásicos más desarrollados, y son procedimientos que nosotros calificamos de fascistas, y que tratan por tanto de ganar masa, masa con la demagogia si es posible en los sectores más atrasados de las capas humildes y ganar masa en las capas medias, y entonces ahora falta una cuestión; por demostrar: si esos intereses se resignarán pasivamente a los cambios de estructura que la Unidad Popular y el pueblo chileno han querido llevar adelante, y es de esperar si nosotros vamos a analizar teóricamente esta cuestión: que hagan resistencia, hagan resistencia fuerte, incluso hagan resistencia violenta. De manera que ése es un factor que no se puede descontar en absoluto de la actual situación chilena, a mi juicio, que es un juicio de un visitante que viene de un país que está en otras condiciones, y que es como un viaje de un mundo a otro mundo.

Salvador Allende: Tú lo has dicho, y yo creo que es muy justo, los revolucionarios nunca han generado la violencia, han sido los sectores de los grupos golpeados por la revolución los que generan la violencia en la contrarrevolución.

Fidel Castro: Mantuvieron los sistemas por la violencia y los defienden por la violencia.

Salvador Allende: Evidente.

Augusto Olivares: Comandante, tanto usted como el Presidente Allende se han referido a los obstáculos que encuentra el proceso revolucionario chileno. ¿Usted podría hablar de los obstáculos que ha encontrado el proceso revolucionario cubano?

Fidel Castro: Mira, nuestra lucha se inicia en medio de un régimen tiránico y sangriento que mantenía el poder mediante una represión brutal, sin ninguna de las circunstancias políticas que tuvieran similitud con la situación de Chile.

Salvador Allende: Totalmente distinto.

Fidel Castro: Entonces se desarrolla una guerra revolucionaria, se llega al gobierno mediante una guerra victoriosa del pueblo. Hubo lucha, desde luego, hubo resistencia, pero desde luego el obstáculo principal nuestro fue de orden exterior, por que chocamos lógicamente de inmediato con los intereses imperialistas y entonces el imperialista fue quien constituyó la oposición fundamental, una formidable oposición a nuestro país, y que además utilizaba los factores internos: las clases, los terratenientes, los elementos más reaccionarios inmendiatamente comenzó a organizarlos y a vertebrarlos para una lucha que en un momento dado fue ideológica, pero que durante muchos años fue violenta.

Salvador Allende: Dime Fidel, ¿allá también el imperialismo controlaba la tierra?

Fidel Castro: El imperialismo controlaba la tierra. El cobre nuestro es la caña de azúcar, y la caña se cultivaba en las mejores tierras, y las mejores tierras cañeras eran de la United Fruit Company y de otras numerosas compañías de Estados Unidos; de manera que nuestra Ley de Reforma Agraria nos hace chocar de inmediato contra los intereses imperialistas.

Salvador Allende: Te hice esa pregunta porque acá es distinto. Aquí controlaban las minas, allá controlaban las tierras.

Fidel Castro: Exactamente. La diferencia era que nosotros no teníamos esos obstáculos de que hablaba el Presidente. Indiscutiblemente. Lo que sí tubimos fue una lucha muy frotal con el imperialismo, que ha durado estos trece años.

Augusto Olivares: Coincidiendo, Presidente, con la visita del Primer Ministro Fidel Castro, se ha producido un repunte de los sectores adversos a su Gobierno. ¿Qué juicio…?

Fidel Castro: ¡Que manera tan fina de llamar sectores adversos!

Salvador Allende: ¿…Te das cuenta Fidel?

Fidel Castro: ¡…es la prensa de la que tú hablabas!

Augusto Olivares: Soy un periodista objetivo, Comandante, así que tengo que hacer una pregunta…

Fidel Castro: ¿Y a caso crees que es objetivo llamar con tanta finura a la antítesis de este proceso?

Augusto Olivares: Justamente eso es lo que quería, entrar en la pregunta, ¿qué piensa usted, Presidente, que se prodciría en Chile si la contrarrevolución se alzara?

Salvador Allende: En primer lugar creo que es útil destacar, como usted ha dicho, Augusto Olivares, que ha recrudecido el proceso con la presencia de Fidel, es lógico…

Fidel Castro: De manera que yo tengo la culpa…

Salvador Allende: No, pero ellos saben lo que significa la presencia de Cuba, y la presencia de Fidel Castro en Chile, ellos tienen conciencia de que es vitalizar el proceso revolucionario latinoamericano, ello se evidencia…; ellos tienen la evidencia de que la unidad de nuestros pueblos es un factor indiscutible que fortalece la voluntad y la decisión de los pueblos para romper la dependencia. Además es, indiscutiblemente, contribuir a terminar con el aislamiento intencionado de Cuba. Por eso es que ha recrudecido, y además porque a ellos les duele profundamente, Fidel, el éxito que tú has tenido, el hecho que mineros, campesinos, obreros, soldados, sacerdotes, hayan dialogado contigo, las grades manifestaciones de masas, claro, lógicamente han sido de cariño y afecto para ti y la revolución cubana, pero también en el fondo de apoyo al gobierno, por que es el gobierno del pueblo el que ha hecho posible tu presencia aquí, ¿verdad?

Fidel Castro: Y ciertos aceleramientos de esas actitudes y ciertas tácticas, y la reforma en que se han producido, y precisamente durante la visita, y cuando toda una gran parte del mundo está con los ojos puestos en los resultados del diálogo entre nosotros, y del encuentro entre nuestros pueblos y nuestros procesos, entonces han tratado de desviar la atención hacia determinados tipo del problema. ¡Yo no tengo la menor duda, ni la más remota duda, de que la mano del imperialismo ha estado detrás de todo esto!

Salvadro Allende: El pueblo está en el gobierno, si lograran ellos lo que no van a conseguir: derrocar a este gobierno, Chile caería en el caos, en la violencia, en la lucha fraticida.

Fidel Castro: ¡ Y en el fascismo!

Salvador Allende: Y por cierto. ¡Ah claro! Por una cosa: el imperialismo, que ha estado y está detrás de todos los procesos para atajar la revolución, que significan los cambios y su derrota, en Chile no va a poder desembarcar, en Chile no va intervenir materialmente, pero busca otros caminos, cual es alentar a los grupos reacconarios e incubar a los gupos fascistas, que utilizan la demagogia y movilizan los grupos de menor conciencia social. Pero yo tengo la seguridad y la certeza absoluta de la respuesta implacable y dura del pueblo. Y personalmente, yo cumplo una tarea: yo no estoy ahí para satisfacer una vanidad personal, ni honores, yo soy un luchador que en toda mi vida he dedicado mi esfuerzo y mi capacidad a hacer posible el camino al socialismo, y cumpliré el mandato que el pueblo me ha entregado. Lo cumpliré implacablemente. El programa que le hemos prometido a la conciencia política de Chile, y aquellos que desataron siempre la violencia social, si desatan la violencia política, si el fascismo pretende utilizar los medios con que siempre arrasó a los que pretendieron hacer la revolución, se encontrarán con la respuesta nuestra y mi decisión implacable: Yo terminaré de Presiente de la República cuando cumpla mi mandato, tendrán que acribillarme a balazos, como lo dijera ayer, para que deje de actuar. No defiendo una cosa personal, defiendo al pueblo de Chile en su justo anhelo de hacer las transformaciones que le permitan vivir en dignidad, con un sentido nacional distinto y hacer de Chile un país independiente, dueño de su propio destino. Yo creo que es una posición clara.

Fidel Castro: Yo realmente admiro mucho ese pronunciamiento tuyo, y realmente te felicito, y estoy seguro que eso será una bandera para el pueblo, por que donde los dirigentes están dispuestos a morir, el pueblo está dispuesto a morir y dispuesto a hacer lo que sea necesario. Y eso ha sido un factor muy esencial en todo proceso político revolucionario.

Augusto Olivares: Comandante, tanto el Presidente Allende como usted han hablado todo el tiempo del imperialismo como el principal enemigo de los procesos revolucionarios de ambos países; resulta casi inexplicable la supervivencia del proceso cubano a 90 millas de los Estados Unidos. ¿Cómo puede usted definir las características de ese proceso?

Fidel Castro: Ellos han utilizado armas políticas, armas militares, armas económicas, pero nosotros hemos logrado desarrollar un pueblo muy unido, en que no hay ningún factor diversionista, no hay elementos de división, hemos creado una gran igualdad, una gran unidad; en nuestro pueblo hombres y mujeres están dispuestos a pelear, en nuestro país hombres y mujeres están dispuestos a luchar hasta la última gota de sangre, y eso el imperialismo lo sabe y por eso nos respeta, y yo no creo que tengan ya ni la más remota posibilidad de aplastar a la revolución, y en todo caso tendrían que aplastar al país. Y nosotros con relación a eso tenemos una frase de Antonio Macedo, que fue uno de nuestros más valerosos combatientes de la independencia: “Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si es que no perece en la demanda”.

Augusto Olivares: Presidente Allende y Comandante Castro, ustedes se han reunido en muchas oportunidades en Cuba, pero es ésta la primera vez y es Chile el escenario del encuentro de ustedes dos como gobernantes; la atención de todo el mundo ha estado concentrada sobre estas conversaciones que ustedes han tenido durante la visita del Comandante Castro, y especialmente América Latina es la que ha estado pendiente. ¿Qué le parece a Usted, Presidente, este encuentro de ustedes como gobernantes de dos pueblos que están en proceso revolucionario, frente al cuadro de una América Latina explotada?

Salvadro Allende: La verdad es que tenemos que considerar que Cuba y Chile constituyen la vanguardia de un proceso que deben alcanzar el resto de los pueblos latinoamericanos. Yo diría más que eso: el resto de los pueblos explotados del mundo. Pero América Latina no puede seguir siendo sólo el continente de la esperanza; hay que imaginarse lo que signifaca la brecha, la distancia, que separa a nuestros países, dependientes en lo económico y sometidos en lo político, de los países del capitalismo industrial, de los países socialistas. En Amércia Latina no puede seguir existiendo la diferecia brutal de una minoría dueña del poder y la riqueza y las grandes masas, al margen de la cultura, de la salud, de la vivienda, de la alimentación, de la recreación, del descanso. Muchas veces lo hemos dicho y bastaría citar tan sólo una cifra: En América Latina hay más de 20 millones de seres humanos que vivien al margen del conocimiento de la moneda como medio de intercambio. En América Latina hay 140 millones de semialfabetos y analfabetos. En América Latina faltan 19 millones de viviendas, el 53% de los latinoamericanos se alimenta mal. En América Latina hay 17 millones de cesantes y además hay más de 60 millones de gente que tiene sólo trabajos ocasionales; por lo tanto, el régimen capitalista ha demostrado su ineficacia. La explotación del hombre por el hombre, como característica de eso, ha hecho crisis. América Latina tiene la oportunidad de estar presente, y en el momento en que el mundo cruje, en lo económico, cruje en lo moral, cruje en lo político. De allí entonces que las reservas de este continente tendrán qu expresarse cuando los puelos alcancen las posibilidades de intervenir, cuando los pueblos lleguen al gobierno, cuando hayan arrasado con las viejas oligarquías, cómplices del imperialismo, y cuando indiscutiblemente haya una voz de América Latina, de pueblo–continente, como lo soñaran los próceres de nuestra independencia. Por los caminos, de acuerdo con las características de cada país, ya emerge esta voluntad, ya se hace presente e indiscutiblemente no sólo en este continente, sino en otros continentes. Lo hemos dicho muchas veces, los que han caído en Vietnam y caen en Vietnam no sólo lo hacen por su patria, lo hacen también por el resto de los explotados del mundo. Los que cayeron en Cuba señalaron un camino de esfuerzo y sacrifico para hacer posible la Cuba de hoy, primer territorio libre en América. Los que cayeron hace años en Chile hoy constituyen la cimiente de este proceso revolucionario. Los pueblos explotados del mundo tienen conciencia de su derecho a la vida, y por eso que el enfrentamiento está más allá de nuestra frontera y se hará en sentido universal. Pero América Latina tendrá algún día la voz que corresponde a un pueblo hasta hoy día sometido, para que sea mañana la voz de un continente libre.

Fidel Castro: Nosotros consideramos que este continente tiene en su vientre una criatura que se llama revolución, que vienen en camino, y que inexorablemente, por ley biológica, por ley social, por ley de la historia, tiene que nacer, y nacerá de una forma o de otra, el parto será institucional, en un hospital o será en una casa, serán ilustres médicos o será la partera quien recoja la criatura, pero de todas maneras habrá parto.

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