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Opinión

9 de Enero de 2014

Isabel Allende, escritora: “Probé la ayahuasca y estuve volá como tres días”

Estuvo en Chile pero habla desde afuera, con la experiencia del exilio obligatorio y de la inmigración voluntaria en Estados Unidos, nación que ama mucho y critica poquito. La escritora latinoamericana más leída en el mundo vino al país a votar, y con The Clinic habló de sus expectativas en el próximo gobierno de Bachelet, del detestable “macho chileno” y de cuando tomó ayahuasca.

Simón Espinosa
Simón Espinosa
Por


Fotografía: Alejandro Olivares.

-Ustedes son re mala gente, estoy preparada para que me traten pésimo, los del Clinic son pésima gente- ríe Isabel Allende (71), apenas comienza esta entrevista.

¿Fue a votar?

-Por supuesto, a eso vine.

Bachelet fue electa con una mayoría arrolladora ¿Cómo ve el futuro de Chile con esta Concertación llamada Nueva Mayoría?
-Esta Nueva Mayoría no existiría sin la Michelle Bachelet, creo yo. La Concertación andaba más perdida que el Teniente Bello, hasta que la encabeza Michelle, entonces la gente vota por ella, vota por su programa. Yo creo que el gran mérito de Michelle Bachelet es que tiene antena; percibe lo que está debajo de la superficie, se da cuenta cómo ha cambiado la sociedad, la emergencia de los jóvenes, las nuevas expectativas, se da cuenta que es un poco lo que le falta a la derecha, que viven tan aislados que no se dan cuenta lo que está pasando abajo.

¿Qué elementos se distinguen con Bachelet a la cabeza en la Nueva Mayoría, qué es distinto con respecto a la Concertación?
-Para empezar hay menos poder de los partidos políticos, tiene más autonomía, más experiencia, la confianza de la gente y también hay que hacer notar el hecho de que hubo una gran indiferencia para votar que yo no sé cómo lo van a interpretar, pero aparece como desconfianza de los partidos políticos, del proceso político, de que la gente no se siente verdaderamente representada. Ojalá Michelle Bachelet logre, a pesar de eso, interesar a la gente y hacerla participar.

¿Cómo entiende usted la apatía de la gente joven en las votaciones?
-No es una cosa nueva, esto está pasando en el mundo, la gente joven no se siente representada, ya no participa en política. Cuando eligieron a Obama, se movilizó la juventud, verdaderamente se movilizaron los jóvenes con el Twitter, los teléfonos, qué se yo. Ahora hay una gran apatía, Obama no arrastra a nadie, menos a los jóvenes, yo creo que hay una desilusión generalizada y que las democracias, como están entendidas, tienen que cambiar; ya no estamos entre el socialismo y el capitalismo, esas cuestiones están sobrepasadas y los jóvenes lo sienten y están comunicados. Van pasando cosas que dejan congelados a los partidos políticos, ya no interpretan.

¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre Chile y Estados Unidos con respecto a este velo de apatía política?
-La diferencia es que en Chile hay grandes líderes estudiantiles y que tenemos gente como la Camila Vallejo y otros que están ya en posición líder de dirigente, eso en Estados Unidos no lo hemos visto.

Y dejando de lado la batalla entre comunismo y capitalismo ¿qué salida ve para que la política chilena cobre un nuevo impulso?
-Bachelet tiene un programa que ha sido claro al respecto, en el que habla de ciertas cosas básicas como la educación. Chile es un país que está bien a los ojos del mundo, pero en que la distribución de los recursos, de los ingresos, de las oportunidades, es pésima. Entonces tienes una clase media endeudada hasta las masas que tiene expectativas porque ve progreso pero no está incorporada, porque es gente que vive en deudas. La señora que trabaja con mis padres, la mujer más inteligente que conozco, me dice “ah, ahora están con la clase media, por fin dejaron tranquilos a los pobres” (risas). Me pareció que era una frase extraordinaria.

Pero de todas maneras el problema de distribución de la riqueza en Chile le corresponde al neoliberalismo, en ese sentido la lucha contra el capitalismo no ha caducado, sin embargo tú dices que es cosa vieja.
-El neoliberalismo impuesto en la dictadura, sí. Yo te dije, cuando empezamos a hablar, que no soy política, yo lo que escribo son libritos de estos – muestra su última novela “El Juego de Ripper” – así que cómo me vas a preguntar una cosa que no la han resuelto los partidos políticos de este país. Lo que yo creo es que Michelle Bachelet representa una esperanza, además que la gente la quiere porque es una mujer que ha demostrado ser extraordinaria. Es una persona que no tiene un ego serio, que no es narcisista para nada, su ambición es servir al país, mejorar la situación de los chilenos, representar a los chilenos. Es honorable sin cuestionamiento, nadie jamás ha cuestionado la honorabilidad de la Michelle Bachelet, jamás se ha sabido de un escándalo ni de un negociado. Es una mujer que sabe trabajar en equipo, que sabe rodearse de la gente adecuada y ponerla donde corresponde y yo creo que sin estar amarrada a cuotas políticas o qué sé yo, lo va a hacer muy bien. Además, la oposición está debilitada, muy debilitada después de cuatro años de gobierno de Piñera.

Justamente ¿Cómo ve el panorama de la derecha chilena después del desfile de candidatos que derivó en Matthei que, además, no salió electa?
-Está desconcertada, desorganizada, básicamente porque no representan más que a un grupo pequeño de personas. Vengo llegando de Estados Unidos y lo primero que veo en los programas políticos y las noticias es el comando de Matthei y la gente que la rodea toda rubia de ojos azules y con apellidos extranjeros, alemanes o ingleses o qué se yo. No he visto niún moreno ahí; representan a un grupo que tiene el poder económico pero que no es la gran masa de lo que somos los chilenos y eso se vio clarito en la elección. La derecha lo que va a tener que hacer es salir de su encasillamiento, de sus comunidades donde viven, en sus clubes exclusivos y meterse con la gente, ver cuál es realmente la gente de este país, quiénes somos.

¿Y el gobierno de Piñera tuvo alguna salida de este hermetismo?
-No po. Ese es el problema que hubo, por eso tuvieron conflictos para escoger al candidato y tuvieron también esos resultados. Sin duda lo intentaron pero no se logró.

GAYS Y ADOPCIÓN
Escribió “Civilice a su Troglodita” en la Revista Paula, una mirada al machismo chileno, pero de eso hace mucho ¿Cómo ve ahora a ese macho?
-Las mujeres han ganado voz, voto, posición política, ha cambiado mucho en los años que yo llevo viva. Imagínate, yo empecé a hablar del feminismo cuando tenía como 5 años, cuando no existía la palabra y a despotricar contra el machismo desde que me acuerdo y contra las madres que educan a los hombres para ser machistas y a las mujeres para a los machos, porque este es un problema que se habría solucionado hace generaciones si las mujeres no fueran tan lesas. Hay cambios fundamentales. Que hubiera dos candidatas a la presidencia y que haya mujeres en posiciones de liderazgo político en todas partes, es muy importante. Eso no existía antes, sin embargo tú ves las corporaciones, los bancos, donde está el verdadero poder, ahí la mujer no está representada para nada, ahí no llegas nunca a una posición alta. Donde no importa mucho ahí sí, en todo el trabajo intermedio, pero el crédito y los honores se los lleva el macho que está arriba, eso sigue siendo así. Creo que las mujeres hemos ido ganando muchos espacios, falta una brutalidad todavía. Sigue habiendo mucha violencia contra la mujer.

En el camino a la justicia se ha discutido también el tema del matrimonio igualitario entre homosexuales.
-Me cuesta entender cuál es el problema. Una pareja es una pareja, son dos personas que se aman y que han decidido estar juntas para el resto de la vida o hasta donde puedan, formar una familia, tener hijos, compartir bienes comunes, ayudarse en la enfermedad, en la desgracia y celebrar cuando las cosas están buenas. ¿Qué importa si son dos hombres o dos mujeres, qué más da?

Isabel Allende habla desde su experiencia personal: la hija de su marido, fue drogadicta, dio a luz a una niña prematura y murió de drogas un poco después. Esa guagua, “que nació para morir pronto, porque era muy prematura y muy enferma”, cuenta Allende, fue adoptada por una pareja de lesbianas; una de ellas era monja budista y la otra una médico pediatra que salvó a la niña de la muerte.

-Esta niñita, que estaba destinada a morir, ha sido criada en el lugar más lindo que te puedes imaginar: en un centro Zen, en un centro budista con 70 personas alrededor que la han cuidado. Ella tiene hoy día 20 años, está en la universidad y está haciendo una vida, en otras circunstancias estaría muerta- explica.

Otra vivencia de Allende: su hijo se casó muy joven con una mujer venezolana del Opus Dei, “completamente homofóbica, acepté la situación porque mi hijo la quería”, dice. La pareja duró cuatro años casados. Al nacer el tercer hijo, su nuera se dio cuenta de que era gay.

-Dejó la iglesia católica, se puso completamente atea y gay, y se enamoró de la novia de mi hijastro, se deshizo la familia, como te puedes imaginar. En ese momento, a pesar del shock, del dolor y de todo lo demás, tuve que sacarle el sombrero a una mujer que es capaz de llevar adelante eso teniendo hijos y teniendo en contra todo lo que le habían enseñado. Fue capaz de hacerlo, la familia no le volvió a hablar más. Ha estado con su pareja por 17 años ¿Cómo no voy a respetar un amor serio? Por supuesto que hirió a mi familia y mis nietos sufrieron y que mucho del sufrimiento tal vez se habría podido evitar, pero ella hizo lo que tenía que hacer y el resto habría sido hipocresía. Entonces hoy día pasa que la familia son abuelos criando nietos, son parejas homosexuales, son niños adoptados y vamos saliendo adelante todos juntos, lo que importa es la comunidad, que tenga lazos de sangre o no, eso da lo mismo. No puedo entender esta discusión sobre el matrimonio gay.

¿La igualdad debiese entenderse en la amplitud de la palabra? ¿Todos pueden adoptar?
-Por supuesto pues, esta niñita que te estoy diciendo fue legalmente aceptada por esta pareja y han hecho un trabajo maravilloso. Es posible que en algún momento surja algún caso en el cual se abusa de un niño adoptado, eso es algo que podría pasar también en una pareja heterosexual, no está determinado por la tendencia sexual sino por la calidad de la persona.

Uruguay aprobó una ley que regula el tráfico, distribución y consumo de marihuana ¿Qué le parece legislar sobre ese asunto?
-En Estados Unidos es un tema que se está discutiendo mucho y ya hay algunos lugares como California y Colorado en que se está llegando a eso. Pero a nivel federal, a nivel país, no ha sido aprobado y eso pesa más que las decisiones de los estados.

Allende cita otra vez la propia vida: en su familia y en la de Willy, su marido, han tenido graves problemas de droga. Dos de los hijos de su esposo murieron por consumir drogas.
-Por drogas duras claro está, no por marihuana, y he visto el horror que eso significa para la familia, para la sociedad y para las personas que son adictas. Es una enfermedad que se trata como un problema policial y no como materia de salud pública y por eso la guerra contra las drogas está perdida, como cuando hubo prohibición del alcohol en Estados Unidos y nacieron las mafias, los gángsteres y todo eso.

¿Qué piensa de la marihuana?
-La marihuana es una droga que ha usado la humanidad por siglos, en muchas partes. Es menos dañina que el alcohol a nivel de sociedad y a nivel individual. Si eres adicto a la marihuana lo único que puede pasar es que andes medio dormido, pero si eres adicto al alcohol puedes ser violento y criminal. Ahora, las drogas mayores tienen que controlarse, pero tú no puedes penalizar al enfermo, tienes que controlar la droga en la medida en que se le proporcione al adicto lo que necesita lo mismo que si fuera una persona con una enfermedad al hígado. Prohibir no ha resultado como medida contingente, ya ves tú que hay más consumo y ha derivado en varios problemas de población penal y que eso no resuelve nada, porque nadie que vaya preso se cura de una adicción y te lo digo porque tengo tres hijastros adictos que han estado presos muchas veces, dos de ellos ya están muertos y el tercero entra y sale de la cárcel, ¿tú crees que ha servido para algo eso?

Claro que no. Muchas veces los artistas le atribuyen a las drogas un rol fundamental en los procesos creativos ¿Existen esas experiencias en su trabajo?
No, no uso nada de drogas, de vez en cuando me tomo una copa de vino, pero no. Yo paso muchas horas callada, en silencio encerrada en una pieza y supongo que ahí me voy volando sola, de tanto estar callada.

¿Pero en algún momento las probó?
-En algún momento he usado drogas y una vez usé una droga justamente para escribir un libro, pero fue la única vez. Tenía que escribir una novela juvenil y había una escena que era en el Amazonas en que los chicos están con una tribu del Amazonas en que los hombres, no las mujeres, usan ayahuasca y viven drogados con eso y les produce alucinaciones. Esta droga se ha ocupado terapéuticamente, en procesos psiquiátricos y también por gente que quiere llegar a otros estados espirituales.

¿Cómo fue la experiencia?
-Yo no me podía ni imaginar cómo era la cosa, entonces probé la ayahuasca y estuve volá como tres días y enferma pa qué te digo. Pero me sirvió mucho para imaginar cómo era la cosa y poder ponerlo en el libro, no es que la esté recomendando pero debo admitir que la usé, yo no tengo miedo de experimentar porque no tengo una naturaleza adicta, puedo probar una o dos veces y no me va a pasar nada. El problema es cuando uno tiene esa naturaleza de adicción, entonces cualquier cosa te puede atrapar, es una enfermedad, no es que uno elija ser así; te tocó.

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