
Humor
14 de Enero de 2014Los 17 tipos de personas que uno odia encontrarse en el metro… explicado con perros
1. El que habla fuerte por teléfono. blowmy900.info Se entiende que la señal no sea la misma que en la superficie, pero gritando esto no se soluciona. Además, nadie quiere saber nada de tu trabajo, tus amigos o tu familia como para que hables tan fuerte que te pueden escuchar dos o tres vagones más […]
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1. El que habla fuerte por teléfono.

Se entiende que la señal no sea la misma que en la superficie, pero gritando esto no se soluciona. Además, nadie quiere saber nada de tu trabajo, tus amigos o tu familia como para que hables tan fuerte que te pueden escuchar dos o tres vagones más allá.
Vía Buzzfeed
2. Los que hablan/gritan sin motivo.

Compadre, estamos en el metro. No queremos escuchar gritos ni mucho menos esas chuchadas al aire que tiras como para que alguien pregunta “¿estás bien?”. Esto suele ocurrir después de ver el celular o revisar el diario, como si la información provocara un terremoto en tu vida. En serio, lo siento, pero no es necesario que transmitas tanto sin que haya alguien que quiera escuchar.
3. El que retrasa el cierre de puertas.

Nunca faltan, justo cuando vas apurado. La voz habla por el parlante y se prende la luz roja, pero igual se suben al vagón y ponen las bolsas o la mochila en la puerta. Esta se cierra y abre, incluso más de dos veces, pero su expresión no cambia.
4. Los que corren al abrirse las puertas.

Especialmente las señoras que buscan un asiento como si de un velociraptor buscando una presa se tratara. Empujan todo y ponen malas caras. A la mierda el mensaje de “deje bajar antes de subir”, lo importante es pescar un asiento… aún cuando se bajen en dos estaciones.
5. El que deja la cagá cuando va comiendo.

Migas, papas fritas o gotas de bebida. Algunos se sienten como en su casa mientras comen, dejando la cagá en el vagón con el piso todo pegoteado.
6. Peor: el que come cosas apestosas.

Va comiendo sopaipillas con mostaza o empanada de pino a plena hora punta. Gente sin consciencia.
7. El hueón raro que se queda mirando fijo mientras usa lentes oscuros.

Siempre hay uno de estos. Creen que pasan piola, pero no es así. Los lente solo hacen que sean más raros. Si se cacha que miran a una mina, no hay como esconder el resto de los gestos faciales.
8. El hueón raro que se queda mirando fijo sin usar lentes oscuros.

Casi tan malo como el anterior, pero al menos sabes lo que está mirando. Para algunas señoritas no es un muy buen compañero de vagón, debido a que su mirada se fija en partes que hacen sentir incómodas a las personas. A ellos les importa una mierda. Ni una mirada fea los hace despegar los ojos de aquello que llama su atención.
9. El desordenado que no tiene respeto por el espacio de otros.

El pelo, bolsas, maquetas o mochilas. Hay algunos que no miran quien va en el vagón, solo entran y ocupan todo el espacio posible. Mención aparte para los nefastos seres que entran al metro con la mochila puesta.
10. La pareja demasiado (DEMASIADO) amorosa.

Los comentarios de “oe, llévate la mina al motel hueón” se escuchan a cada rato. Ellos dan rienda suelta a su pasión. Da lo mismo si hay una o veinte personas, si hace frío o calor: ellos se revisan las muelas como dentista y se toquetean como en un examen médico. Todo es cancha.
11. El que busca llamar la atención solo.

Sube hablando por teléfono contando una historia espectacular. Viste ropa llamativa, pelo a la moda y un celular que con suerte le cabe en el bolsillo. Cuando termina de hacer algo, mira al resto, como buscando a quien conversar. Se mueve de un lado a otro, se arregla los lentes oscuros y la ropa. No se queda quieto, la idea es que lo miren.
12. El que busca llamar la atención con los amigos.

Va con los amigos camino al carrete, hablando hueás y haciendo tonteras. Se les puede ver haciendo flexiones en el suelo o mostrando su fuerza en los pasamanos.
13. El que se estira demasiado para alcanzar el pasamanos.

Estás cómodo en tu metro cuadrado, todo bien, hasta que llega un tipo o una señora a dos metros y justo, JUSTO, quiere sujetarse del pasamanos que está a tu lado. No se mueve ni un centímetro, no, sino que estira su brazo (con todos los olores que ello conlleva) para alcanzarlo. Y si hay alguien en el camino, lo empuja y se enoja.
14. Aquellos a los que los llama la naturaleza en pleno andén.

Antes de que llegue el último tren se puede ver a un extraño ser que suele intentar llegar a su casa luego de haber pasado una buena tarde/noche de hueveo. Estos suelen venir acompañados por fuertes deseos de marcar territorio con vomito u orina. Por suerte son escasos, pero existen.
15. El que acapara el pasamanos.

Tren lleno, un pasamanos. El o ella apoyan todo su cuerpo en él mientras dan jugo con el celular. Todos hemos visto uno así.
16. El de los peos.

Ser especialmente odiable en hora punta. Lo peor: se hacen los hueones.
17. El que se va durmiendo y se apoya en el resto.

Duerme, estás en tu derecho, pero no te apoyes en el resto que viene igual o más cansado que tu de la pega. Menos si babeas.