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Opinión

25 de Marzo de 2014

Axel Kaiser: “Sostener que la desigualdad es el enemigo equivale a afirmar que la libertad y la diversidad también los son”

En su columna de El Mercurio, el abogado Axel Kaiser rechazó el que la presidenta Michelle Bachelet situara a la desigualdad como el principal enemigo a vencer durante su gobierno, planteando que al ser “todos diferentes, es decir, desiguales”, es natural y sano que los factores que definen los ingresos “varíen de una persona a […]

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En su columna de El Mercurio, el abogado Axel Kaiser rechazó el que la presidenta Michelle Bachelet situara a la desigualdad como el principal enemigo a vencer durante su gobierno, planteando que al ser “todos diferentes, es decir, desiguales”, es natural y sano que los factores que definen los ingresos “varíen de una persona a otra”.

“En una sociedad de personas libres estas desigualdades afloran permitiendo que cada uno haga el mejor uso de los talentos, suerte y capacidades de que dispone para servir a otros”, asegura en la publicación, agregando que “los ingresos variarán de acuerdo a la valoración que el resto de los miembros de la sociedad hace del aporte de cada persona”.

Para el columnista, se trata de un sistema “en el cual los méritos no juegan ni pueden jugar un rol relevante”, porque cuando alguien “va a comprar carne de cerdo no le interesa saber si el carnicero fue personalmente a cazar, cuchillo en mano, un jabalí en la montaña o si el animal fue producido en masa a un mínimo esfuerzo. Tampoco le interesa si el productor de un cierto bien es buena persona. Usted no paga por el mérito sino por el producto”, explica.

En la misma linea, Kaiser asegura que “esta libertad de elegir de acuerdo a las propias valoraciones constituye la esencia de la democracia del mercado y es lo que explica que Alexis Sánchez gane miles de veces más por patear una pelota que una enfermera por salvar vidas, a pesar de que lo primero sea menos meritorio que lo segundo”.

Asimismo, en el texto indica que es indudable que el capitalismo “no produce igualdad, sino riqueza”, sistema “de libertad” que a su juicio es “fascinante” porque “a pesar de contravenir intuiciones de justicia bastante generalizadas, es sin duda alguna el que permite el mayor progreso económico y social para todos los miembros de la comunidad”.

“En ese contexto, sostener, como hizo Bachelet, que la desigualdad es el enemigo equivale a afirmar que la libertad y la diversidad humana son el enemigo. Si no fuera así y la libertad no fuera considerada el enemigo, no sería necesario reemplazar la cooperación voluntaria de las personas por intervención estatal, que es lo que proponen los igualitaristas a sabiendas de que solo el Estado permite alcanzar, mediante la coacción, resultados políticamente deseados como la igualdad”, expone el abogado en el diario de los Edwards.

“El camino que los igualitaristas proponen recorrer, muchas veces con las mejores intenciones, sin duda conduce en la dirección de restringir la libertad de las personas afectando el bienestar de la sociedad. La fórmula liberal, por el contrario, propone maximizar espacios de libertad y ayudar solo a quienes por sus medios no logran surgir. En otras palabras, para los verdaderos liberales la desigualdad no es el problema. El problema es la pobreza. Lo que importa es que todos estén mejor y no que estén igual”, añade el director de la Fundación para el Progreso.

“Si un liberal tuviera que elegir entre duplicar los ingresos actuales de todos los chilenos, desde el más rico al más pobre, manteniendo con ello la desigualdad relativa existente hoy, o reducir a la mitad los ingresos del 15% más acomodado para convertirnos en un país muchísimo más igualitario, el liberal elegiría la primera opción. En cambio, un igualitarista convencido, como Bachelet, de que la desigualdad y no la pobreza es el gran enemigo a ser derrotado, preferiría la segunda opción desmejorando a algunos sin mejorar a nadie”, concluye el columnista.

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#Bachelet#igualdad#Kaiser

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