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Poder

2 de Abril de 2014

Bachelet pasa su prueba de fuego con alerta temprana de tsunami y activación de las Fuerzas Armadas

La Presidenta se enteró de la situación en La Moneda y allí, a diferencia de lo que ocurrió en 2010, permaneció durante la noche coordinando las medidas con sus ministros de Gobierno, Álvaro Elizalde, y de la Secretaría de la Presidencia, Ximena Rincón. Ni siquiera se analizó la posibilidad de que la jefa de Estado acudiera a la sede de la Onemi, no sólo porque los protocolos no lo indicaban sino porque la experiencia de la Mandataria en terreno, sin cortafuego ante posibles equívocos, desincentivaba cualquier iniciativa en esta línea. “Ni siquiera se pensó”, confidencia una fuente de Palacio.

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En La Moneda estaba asumida la posibilidad cierta de que el norte del país fuera afectada por un gran terremoto. Lo decían no sólo los expertos sino también los constantes movimientos telúricos de las últimas semanas que habían puesto en alerta a las autoridades. En los últimos días habían viajado a la zona el director de la Oficina Nacional de Emergencia, Ricardo Toro, y el subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy. Además el jefe de gabinete, Rodrigo Peñailillo, había anunciado un aumento de recursos para la institución. El asunto era prioridad, en especial luego de que quedara instalada la imagen de una reacción tardía y equivocada por parte de la Presidenta Michelle Bachelet durante el sismo del 27 de febrero de 2010.

A las 20:46 horas de ayer, se confirmó el temor de una gran catástrofe natural: A 38,9 kilómetros de profundidad, y creando riesgo de tsunami, se registró en Arica un terremoto de 8.2 grados en la escala de Richter que hasta esta madrugada había provocado cinco muertes.

La Presidenta se enteró de la situación en La Moneda y allí, a diferencia de lo que ocurrió en 2010, permaneció durante la noche coordinando las medidas con sus ministros de Gobierno, Álvaro Elizalde, y de la Secretaría de la Presidencia, Ximena Rincón. Ni siquiera se analizó la posibilidad de que la jefa de Estado acudiera a la sede de la Onemi, no sólo porque los protocolos no lo indicaban sino porque la experiencia de la Mandataria en terreno, sin cortafuego ante posibles equívocos, desincentivaba cualquier iniciativa en esta línea. “Ni siquiera se pensó”, confidencia una fuente de Palacio.

En tanto, Peñailillo se trasladó desde Valparaíso hasta el Palacio de Gobierno mientras Aleuy acudió a los pocos minutos del sismo hasta la Onemi. Hasta ahí también arribó más tarde el jefe de gabinete y se constituyó el Comité de Emergencia. La alarma de tsunami y la orden de evacuar la zona costera se activó de inmediato en todo el país y sólo se levantó parcialmente pasada la una de la madrugada.

Las dudas del pasado no tuvieron cabida esta vez en el Ejecutivo. La lección estaba tan aprendida, que frente a posibles desórdenes, y con la excusa de la fuga de detenidas desde la cárcel de Iquique, se decidió que en esta ciudad las Fuerzas Armadas coordinaran junto a Carabineros y la Intendencia los pasos a seguir. El jefe de gabinete asumió su rol coordinación y dio a conocer, entre otras medidas, que desde Santiago fue enviado un avión con más de 100 efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros hacia Iquique para evitar situaciones que afecten el orden público, y explicó el alcance de la evacuación en las costas.

Luego de dar instrucciones en la Onemi, retornó a La Moneda a una cita con Bachelet, quien suspendió todas sus actividades y hoy viajará al norte.

En la sede de Gobierno, la gobernante habló cerca de las dos de la madrugada. Indicó que se decretó zona de catástrofe para Arica, Parinacota y Tarapacá, que las clases se suspendieron en el norte grande y que el subsecretario Aleuy partió anoche a verificar el nivel de daños. “El país ha enfrentado de buena manera la emergencia. Llamo a mantener la calma y seguir instrucciones de autoridades”, aseveró, sin el titubeo de antaño.

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