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Opinión

3 de Abril de 2014

Presidenta de los estudiantes de la U.de Los Andes: “Todas las universidades, lucren o no lucren, entregan un bien público”

Tras alegar discriminación en la última sesión Confech, Constanza Astorga dice que tanto la organización estudiantil como el ministro Eyzaguirre los han hecho sentir como "estudiantes de segunda categoría" y afirma con convicción que todas las universidades, lucren o no, entregan un bien público a la sociedad. "¿Es más meritorio que tu universidad quede en Plaza Italia a que quede en San Carlos de Apoquindo? ¿Esos van a ser los criterios? Porque si es así, bacán, voy a cambiar mi campus de lugar para que me escuchen", dice.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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A Constanza Astorga le molesta decir que es una alumna atípica de la Universidad de Los Andes (vive en San Bernardo y viene de un colegio particular subvencionado) para que la tomen en cuenta. Eso es parte del reclamo que hace luego de ser pifiada e interrumpida en la última asamblea Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), realizada el sábado pasado en el Copiapó.

Un reclamo que se extiende al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, por no invitarlos a debatir sobre la reforma educacional y a las demás federaciones universitarias que, a su juicio, tiene una ideología predominante y no está abierta a que ingresen libremente otros representantes que puedan aportar otros puntos de vista.

“Para nosotros fue como una segunda discriminación que sólo se invite a conversar a una parte de los estudiantes. Por eso fuimos al Confech, que representa sólo al 30% de los estudiantes universitarios, para decirle al ministro y al estudiantado nacional que no todos están siendo invitados a este debate”, señala, desde la pequeña oficina de la Feuandes, en uno de los edificios de esa universidad.

¿Y por qué hacerlo ahí y no directamente al ministerio?

Bueno, quisimos pedírselo primero al Confech porque ahí está el único espacio de discusión del tema, de representación estudiantil. Y bueno, pensamos hacerlo ahí primero, con el emplazamiento con los medios y todo y después al ministro.

¿Cuando dices “emplazamiento” te refieres a que representas a los alumnos de tu universidad o a todos los alumnos de las Ues privadas que no están en el Confech?

En general representando a un sector que no está siendo representado hoy día, que son las universidades privadas. Hoy no hay nadie que las defienda, aunque tampoco debería haber alguien, porque al final lo que haces es generar más diferencias y estudiantes de primera y segunda clase. Entonces, yo creo que las universidades privadas deberían ser dotadas igual que las universidades estatales o las tradicionales privadas. Debería ser para todos igual.

Cuéntame cómo fue la llegada a la asamblea. Esta es la tercera vez que asisten.

Uno llega, se valida como representante, te pasan un cartelito, nos pusieron en tabla y cuando llegó el momento hablamos. Ahí hablamos también de los criterios que usa la Confech para ingresar. Se nos ha hablado que lo que ocupa la Confech es estar de acuerdo con el petitorio y también se nos dijo ese día que son tres documentos los que tenemos que presentar: actas, estatutos y documentos que acrediten la votación democráticamente. Entonces, eso quise decir también, sobre qué criterios usan para dejar fuera a algunas universidades privadas. ¿Es porque somos privadas? ¿Porque lucramos? ¿Porque no hacemos investigación? ¿Porque somos una universidad confesional?

¿Y cuál fue la respuesta de ellos?

Bueno, claro que nos pifiaron. Nos dijeron cosas como “cállate”, “no es el momento en que deberías interrumpir”, porque estaban justo en el momento de proyecciones y estaban diciendo que habían hecho asambleas en sus facultades sobre los temas a discutir y bueno, yo quise poner un punto importante en tabla que era que a mí me estaban dejando de lado y yo lo que quiero es recabar información para traspasársela a mis estudiantes. Después aparece Melissa (Sepúlveda) y Takuri (Tapia) diciendo que son criterios definidos, pero esos criterios dónde están ¿Son iguales para todos? Porque en algún momento nos dijeron que el requisito era apoyar el petitorio del movimiento estudiantil. Entonces, como que cambian las cosas a cada rato.

¿Te pidieron apoyo al petitorio para ingresar?

Un par de veces nos dijeron eso, pero nosotros queremos decir otras cosas, alimentar el debate con otros elementos y no los puedo decir si no estoy de acuerdo antes con una educación que sea pública de calidad y gratuita.

¿Y qué les interesa decir a ustedes en esa plataforma?

O sea, yo creo que no está cubierto el tema del rol público que cumplen las universidades y hay que destrabar todo el debate que hay hoy día sobre quienes reciben hoy la gratuidad. Ahí dejas de discernir entre universidades de primera y segunda clase, como meternos a todos dentro de un saco porque todas las universidades generamos los mismos bienes públicos. También el tema de la libertad de enseñanza, que no es por defender a mi universidad, pero es al final la libertad que deberían tener todas las universidades o todos los proyectos educativos que, justamente, ahora se quieren censurar para tener una sola estructura educativa, un solo proyecto que nos deje a todos iguales. Y ahí, según yo, esa no es su labor. El Estado debería apoyar todas las iniciativas particulares que hay.

Sobre ese punto específico el ministro dijo que no se confundiera la libertad de enseñanza con la libertad de emprender en la educación, que es distinto.

Bueno, yo no creo que sea libertad de emprendimiento el mejor término elegido para hablar de la libertad de cátedra y de la libertad que existe en un aula a puertas cerradas cuando se dicta una clase. Debiera existir libertad de proyectos educativos y que cada establecimiento tenga misiones claras. Por ejemplo, esta universidad a mi gusto apoya mucho a que haya pluralismo en la sociedad. Que alumnos decidan que quieren estudiar en una universidad determinada con un proyecto educativo súper claro, que te lo dicen desde el primer momento, o sea, sabís a dónde vai’ a venir, cuál es el perfil del egresado. Eso ayuda mucho a que haya ciudadanos diferentes y que puedan contribuir al debate, porque al final, si somos todos iguales qué vamos a discutir. Ese es el punto que queremos instalar. Aquí se está haciendo una defensa acérrima a ideologías que ellos quieren instalar en la sociedad. Pero la sociedad debería nutrirse de diferentes proyectos.

¿En ese sentido decías que te sentías “discriminada” por tus pares, los dirigentes estudiantiles?

Claro, porque Melissa por ejemplo habló de las universidades confesionales que no deberían recibir fondos del Estado. ¿Y por qué no? ¿Por qué el Estado no debería apoyar una iniciativa que es súper válida, tan válida como la Universidad de Chile o la UDP? ¿Por qué todas las universidades deben ser pluralistas, como ella dice? ¿Por qué las universidades no pueden tener sus finalidades súper claras y al final contribuir a que hayan ciudadanos que decidan con libertad cuáles son como las reglas con las que quieren estudiar?

Es que ellos dicen que no debería tratarse igual a todas las universidades. Lo dijo el ministro: las estatales corren con ventaja porque son del Estado.

Es que ahí está mal el ministro. Está mal el movimiento estudiantil de repente al hacer diferencia entre alumnos de primera y segunda categoría. O sea, no sólo los que son estatales van a poder recibir el beneficio de la gratuidad. O sea, el 70% de los estudiantes estudia en universidades privadas porque no les alcanza el puntaje. Mira, yo iba en un colegio que está en San Bernardo y mis compañeros estudian en la Santo Tomás, en la Autónoma, Andrés Bello, de Las Américas, y son universidades que están siendo cuestionadas por lucro, pero ¿ellos tienen la culpa de eso? A mí me parece que el gobierno está dando señales bastante raras, da señales como que el problema está en otro lugar y yo siento que el problema es la calidad, cómo esos estudiantes deben ir a esas universidades de baquelita que habló el ministro, y al final tampoco van a poder acceder a beneficios como los que el ministro quiere privar a la matrícula universitaria privada. Hay temas muy importantes que el Confech no está tocando. De repente por esas ideologías se termina hablando de otros temas.

¿Pero a qué te refieres con discriminación? ¿Te discriminaron por venir una universidad cuica?

Bueno, sí. Pero nosotros no queremos ser mártires de esto ni nada, pero fue una discriminación súper… súper increíble. No esperaba eso. Como que no estar dentro del Confech te hace un representante diferente, como si no te hubieran elegido tus alumnos. Nosotros no queremos entrar todavía porque no hemos hablado todavía con nuestros alumnos, estamos recién en…

Espera. ¿Entonces puede ser que los alumnos de la U. de Los Andes no quieran ingresar a la Confech?

Bueno, y puede ser que quieran también. Nosotros estamos yendo al Confech por eso mismo, para llevar un proceso de reflexión e información dentro de la misma universidad. No va a pasar por una reunión entre cuatro paredes de la directiva, los estudiantes lo decidirán.

Lo que discute la Confech hoy son demandas que tomó -bien o mal- un programa de gobierno, que fue votado por la ciudadanía el año pasado. ¿Por qué volver a hablar de otros temas que hoy no están en discusión?

Es que yo no discutido la validez de Bachelet y de su programa, aunque sea efectivamente muy ambiguo. Pero a la Confech le encanta hablar de que faltan todos los actores, que tienen que participar todos en la reforma… entonces, si va a ser así, mis críticas van a por qué nosotros como universidades privadas no podemos contribuir a esa reforma. Independiente de eso, somos actores claves, la matrícula universitaria más grande del país. Eso me ha motivado protestar y manifestarme todos estos días. Siento que quizás el gobierno está llevando a quienes quieren escuchar.

¿Pero no crees que el ministro, si quiere conversar con esos actores, va a hablar con los representantes validados, que en este caso es la Confech?

Pero si la Confech representa al 30% del estudiantado nomás, entonces, cuán válidos son. ¿Por qué la Confech no se abre a otras personas? ¿Por qué no genera una estructura a la que uno pueda postular y en ella su voto pueda valer lo mismo que el de Naschla o el mismo voto que la mesa ejecutiva?

En la pared de tu oficina hay una foto con la ex ministra de Educación, Carolina Schmidt. ¿Tú crees que el trato del ministerio ha cambiado con el cambio de gobierno con ustedes?

Claro, Eyzaguirre no está abierto a recibirnos. Hasta ahora yo no he recibido ninguna invitación.

Pero ustedes tampoco la han generado.

¿Pero por qué deberíamos hacerlo nosotros si no la ha generado el secretario de Estado?

¿Y ustedes con qué creen que podrían contribuir a ese debate público de la reforma educacional? Porque va a haber reforma.

Nos importa saber qué van a hacer en pos da la calidad. Por qué se están dando esas señales de cerrar la Agencia de Acreditación. ¿Cómo se va a acreditar entonces si una universidad aporta con calidad o no? ¿Con más gratuidad vamos a nivelar la cancha entre todas las universidades?

¿La gratuidad es un tema que le importe a los estudiantes de esta universidad?

O sea, gracias a Dios tenemos una universidad acreditada hace una semana en posgrado, en investigación y me podría quedar sentada tranquila en esta oficina esperando que pongan más cajeros automáticos en la universidad. Pero yo pienso que esa no es la realidad universitaria nacional. O sea, yo veo que no todos las universidades son iguales, no en todas las universidades existe la calidad de educación que yo tengo, la misma infraestructura. Como enfermera lo veo en el hospital, si hay enfermeras que no saben poner una inyección. Esas grandes diferencias las ves todos los días. Me preocupa ver a los profesionales de la salud que salen validados con ese cartón.

¿No crees que eso mismo le provoque dudas a la Confech? Porque tú dijiste “me siento discriminada”, pero ellos pueden decir -y lo hacen- “cómo se va a sentir discriminada ella”

Claro, pero es que las discriminaciones no tienen que ver con las paredes que te secundan o las bibliotecas que tienes, o el auto en que vienes o la familia de la cual provienes. Estamos todos claros en que la discriminación va mucho más allá, es por cuánto nos escuchan, en que dejai’ de ser alumno de primera categoría porque depende del lugar de dónde vienes, de dónde naciste. Esas son las preguntas que quiero instalar. ¿Es más meritorio que tu universidad quede en Plaza Italia a que quede en San Carlos de Apoquindo? ¿Esos van a ser los criterios? Porque si es así, bacán, voy a cambiar mi campus de lugar para que me escuchen. Es que los mismos representantes estudiantiles se ríen, se burlan porque tenemos un proyecto confesional claro, pero la Universidad Alberto Hurtado también, la Católica también. Las tres son bastante confesionales y parecidas. Entonces, ¿por qué la Alberto Hurtado si es escuchada en el Confech?

Entonces es en esa instancia que se sienten como estudiantes de segunda categoría.

Totalmente, como estudiantes y representantes de ellos. Porque sentimos que representar a alumnos que tienen un cierto poder adquisitivo, significa que somos tratados diferente, como personas que pareciera que no pueden contribuir a nada. En democracia no debería ocurrir eso, deberíamos nutrirnos de todo para enriquecer el debate. O sea, no es mi culpa representar a los alumnos de la universidad en la que decidí estudiar. En mi U el 75% de los alumnos reciben beca, el 45% del Estado. O sea, de qué estamos hablando. Si es por inclusión, mi universidad hace una inclusión increíble. Realiza propedéutico, tutorías. Si es por la diversidad del ambiente, sí, es muy diverso. Yo vengo de un colegio particular subvencionado, saqué 640 puntos PSU y pertenezco al 5% de los mejores puntajes de mi colegio. Esa es la realidad nacional. Entonces, tengo que andar contando todo eso para que me encuentren más diversa y que soy un representante ‘bien’. Si fuera de un colegio particular no sería legítima.

El nuevo coordinador nacional de la Cones es de La Girouette, donde un año de escolaridad es más caro que una carrera universitaria.

Bueno…El tema del movimiento estudiantil a todos nos marcó. Yo iba el 2006 en sexto básico, el 2011 iba en cuarto medio. Todos hemos vivido esa etapa como revolucionaria, para ser parte de los cambios del país, y por eso cada vez van a haber más alumnos que salen de lugares más apartados, como él o yo, interesados en ver cómo podemos aportar al debate.

Lucren o no lucren

¿Cómo se vive la política educacional en la U. de los Andes? Tú eres la tercera presidenta de federación.

La representación estudiantil nació de lo del 2011 y ha vivido distintas etapas. Está terminando el ciclo de la necesidad de tener representación y ahora está empezando uno de que los alumnos se interesen de instalar temas en la universidad. Somos parte de ese cambio y queremos instalar en la universidad esa discusión, que creemos enriquece al estudiante y lo prepara para enfrentarse a la sociedad. Estamos cambiando el paradigma hacia una representación más reflexiva, llevando la discusión al patio porque a veces los estudiantes son muy cómodos y vienen a estudiar nomás y se van. Lo que queremos nosotros es meter el bichito y de que se hagan la pregunta: ¿el copago perjudica a la educación?

Hace un rato dijiste que representabas a todos los estudiantes privados. ¿Qué crees que debería pasar con las universidades que lucren? ¿Se deberían cerrar o el Estado debería hacerse cargo de alguna forma?

Yo creo que todas las universidades, lucren o no lucren, estén acreditadas o no, le guste a quien le guste, entregan un bien público a la sociedad.

¿Lucren o no lucren?

Todas entregan un bien público a la sociedad y eso es importante destacarlo. A ver, mira, el alumno que ya llegó a una universidad, sea la de Las Américas o la Autónoma, tenga la calidad que tenga, todos los alumnos que entraron a la universidad ya tienen como una educación y una formación que se les entregó. Y quizás ese alumno es la primera generación en entrar a la universidad de su familia y por eso ya va a ganar tres veces más que lo que gana su papá que es gasfiter, cachai. O sea las universidades cumplen un rol público súper importante en la sociedad, imparten conocimiento, enseñanza y hacer un aporte real a la sociedad. Entonces, todas hacen un aporte y son todas por igual y de eso debería encargarse el Estado. Si se quiere elegir, se deben someter a fiscalización de la calidad que proveen, no de si lucran o no lucran, pero no por cuánto valen o del lucro que tienen sus dueños.

Pero convenimos en que el lucro no debe existir en las universidades.

Claro, convenimos en que el lucro es satánico y todo. Yo creo que el lucro no debería existir en la educación. Eso está archi-mega-claro que no debería ser. O sea, estamos todos súper claro en que no deben lucrar porque la ley así lo dice. Pero eso se debe fiscalizar y preocuparse de la calidad.

¿Pero y qué pasa con las universidades malas?

Las universidades malas no deberían existir y el Estado se debería preocupar de que privadas o no cumplan con estándares de calidad y así arreglamos la segregación que hay en este país. Que las universidades se midan con un solo criterio, que sea la calidad.

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