Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

19 de Mayo de 2014

Abusos, abandono, olvido y Papas Fritas

Más allá de que se trate o no de un delito, o que efectivamente haya quemado pagarés y letras de cambio por una suma de 500 millones de dólares, la acción del artista visual Francisco “Papas Fritas” ha logrado dejar al descubierto la situación de abandono en que se encuentran miles de alumnos estafados por […]

Mauricio Daza
Mauricio Daza
Por



Más allá de que se trate o no de un delito, o que efectivamente haya quemado pagarés y letras de cambio por una suma de 500 millones de dólares, la acción del artista visual Francisco “Papas Fritas” ha logrado dejar al descubierto la situación de abandono en que se encuentran miles de alumnos estafados por los dueños de la Universidad del Mar, quienes fueron dejados a su propia suerte por la autoridad, a pesar que fue el propio Estado el cual le dio personalidad jurídica, autorizó el funcionamiento, acreditó y finalmente cerró esa supuesta “corporación de derecho privado sin fines de lucro”, la cual fue concebida por sus dueños como una simple pantalla para obtener millonarias sumas de dinero tanto del Fisco como de los estudiantes, con la finalidad primordial de repartirlos como utilidad, llevándolos a sus bolsillos a través de un conjunto de contratos simulados, tales como arrendamientos pactados con sociedades de propiedad de los controladores por valores artificialmente abultados, o asesorías que se pagaban aún cuando tales servicios jamás se realizaban o estaban burdamente sobrevalorados.

De esta forma, mientras un puñado de estafadores montaban una máquina fraudulenta con la cual hicieron una fortuna, miles de familias que en su mayoría eran de escasos recursos, se endeudaban por importantes sumas de dinero, a través de la suscripción de pagarés, cheques y letras de cambio con vencimientos mensuales que se extendían por varios años. Todo esto se fue facilitado por la desidia o derechamente la corrupción de quienes estaban a cargo de garantizar el debido funcionamiento de las instituciones de educación superior en nuestro país, como ocurrió con la acreditación que entregó el Consejo Nacional de Acreditación a varias carreras de esa casa de estudios, para lo cual se habrían pagado coimas a alguno de sus miembros, según se ha denunciado en la causa criminal en que se encuentran actualmente formalizados por el delito de cohecho tanto el ex presidente de dicha entidad, Luis Eugenio Díaz, como el ex rector y uno de los dueños de la Universidad del Mar, Héctor Zúñiga, quien hasta hace poco cumplía la medida cautelar de arresto domiciliado en su lujosa casa tipo “mansión”, la cual probablemente construyó a partir de los dineros que obtenía de la operación de la institución que controlaba. Es por esto que la acción criminal donde represento a más de mil alumnos no va dirigida en contra de la Universidad sino de sus dueños, ya que son ellos personalmente quienes deben responder de las conductas que ejecutaron y a partir de las cuales se enriquecieron ilícitamente a costa del patrimonio y buena fe de los alumnos y sus familias, en un contexto en el cual además dicha entidad está en quiebra.

Después del cierre de la Universidad del Mar los alumnos han debido enfrentar muchas situaciones dramáticas, sin contar con ninguna ayuda estatal. Es así como muchos de quienes han tratado de reinsertarse en alguna otra institución, debían endeudarse nuevamente con la entidad a la que ingresaban, muchas de las cuales además los castigaban reubicándolos en niveles muy inferiores a aquellos que cursaban, sin darles la alternativa de respetarles los años de estudios generando paralelamente algún plan de nivelación. En otros casos los alumnos derechamente no han logrado reinsertarse y optaron por finalizar sus estudios en la Universidad del Mar, a pesar que deberán enfrentar el muy injusto y previsible escenario de que al contar con un título de dicha entidad se les hará muy difícil insertarse en el mundo laboral, en un contexto donde el Estado no ha facilitado el acceso a programas de postgrados o perfeccionamiento para sus egresados ni medidas que faciliten su contratación.

En cuanto a la deuda que tuvieron que asumir los alumnos y sus apoderados para el pago de un servicio de educación superior de calidad que les permitiera un adecuado desarrollo profesional y que finalmente nunca recibieron, el mecanismo habitual utilizado por la Universidad del Mar era tomar todos los documentos que firmaban para el pago de matriculas y mensualidades y venderlos a un Banco o Institución Financiera a través del mecanismo de factoring, el que a grandes rasgos consiste en que una persona que tiene un título de crédito con pagos pendientes, por ejemplo un pagaré de doce millones con vencimientos mensuales de un millón por un año, se lo vende a una institución le que paga al día un porcentaje de ese valor, por ejemplo ocho millones al contado. De esta forma la Universidad del Mar obtenía de inmediato dinero en efectivo sin tener que esperar los vencimientos de la deuda de los alumnos y que están distribuidos en varios años, y a su vez los Bancos e Instituciones Financieras que los adquirían ganaban la diferencia que obtendrían cobrando ellos directamente a los deudores cada vencimiento mensual hasta llegar al total de lo supuestamente adeudado.

Es así como lamentablemente gran parte de la deuda de los estudiantes de la Universidad del Mar no se encontraban en las dependencias de la sede tomada de reñaca y desde donde Francisco “papas fritas” declaró haber sacado los documentos sobre los cuales ejecutó su acción de arte, sino en las bodegas de las instituciones que compraron estos créditos a la Universidad del Mar; operación de factoring que en todo caso cesó después de que estallara este caso, por lo que probablemente la mayor parte de los pagarés y letras que pudieron ser incinerados corresponderían principalmente a estudiantes de Viña del Mar firmados desde el año 2012.

Hasta la fecha la estrategia tanto de los Bancos e Instituciones dueñas de los títulos que le fueron vendidos por la Universidad del Mar, como de ella misma para el cobro de las supuestas deudas con los alumnos, ha sido presionarlos por la vía de incluirlos en Dicom, más que llevarlos a tribunales mediante juicios ejecutivos con embargos y remates. Lo anterior ya que en muchos casos la acción de cobro ejecutivo se encuentra prescrita, quedándoles como opción judicial sólo la muy engorrosa formula de demandar a los alumnos por la vía ordinaria, lo que significa un trámite de muchos años y con resultado incierto. De esta forma, sabiendo son personas de familias de esfuerzo a quienes estar en Dicom les causa un perjuicio muchas veces inhabilitante, se la juegan por este medio para presionar a los estudiantes y apoderados a renovar la deuda, firmando nuevas letras y pagarés. Es precisamente para estos casos, que representan la inmensa mayoría, donde hace falta que la autoridad entregue una solución concreta y urgente, lo que ni siquiera se ha planteado como una posibilidad por el gobierno o algún dirigente político.

¿Qué pasa ahora?

Frente al caso de los documentos que se hayan quemado, la única opción de la Universidad es citar a confesar deuda a los estudiantes, para lo cual se le pide al tribunal que los notifique a fin de que asistan personalmente al quinto día hábil, y respondan si deben o no deben. Si comparece diciendo “no, no debo” y punto, la gestión fracasa; pero si no comparecen, reconocen expresamente la deuda, o negando agregan algo más (como por ejemplo “no debo porque ya pagué”) se puede tener por reconocida la deuda, y de esa forma se revive la posibilidad de cobrar con embargos y remates. La otra vía que tiene la Universidad es recurrir al mecanismo de la ley 18.092 sobre letras de cambio y pagarés para el evento de extravío, lo que en este caso es poco probable ya que se requieren de antecedentes escritos que den cuenta de la existencia de los títulos, los que no existirían según han declarado por los propios personeros de la Universidad; debiendo en todo caso hacer presente que este medio también exige la notificación del supuesto deudor en su domicilio, quien puede en el plazo fatal de 5 días oponerse a tal trámite. Debo aclarar que decir esto no significa darles ideas a los dueños de la Universidad para ir en contra de los alumnos, ya que ellos han demostrado conocer muy bien la ley para perjudicarlos impunemente durante años, sino que importa poner en alerta a los alumnos para que busquen una asesoría legal inmediata si les llega un notificación judicial, y sepan a que atenerse.

En un escenario de víctimas agobiadas por el cobro de enormes deudas que no tienen valor legal al haber sido asumidas a partir de una estafa; tratando a su propia suerte de reinsertarse en el mundo académico o buscando un trabajo digno; siendo discriminadas y además abandonadas por la autoridad; finalmente el mayor logro de Francisco “Papas Fritas” es haber sacado a los alumnos de la Universidad del Mar de la peor de las condenas: el olvido.

*Por Mauricio Daza Carrasco, abogado alumnos Universidad del Mar.

Notas relacionadas