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Opinión

7 de Agosto de 2014

Asesinato de Jaime Guzmán ¿un acto terrorista o un crimen político?

“…La amenaza terrorista sigue vigente. La creencia de que el advenimiento de la plenitud democrática haría desistir a los terroristas de sus desquiciados afanes, se ha visto crudamente contradicha por los hechos…”dijo Jaime Guzmán, en el discurso ante el Congreso Nacional, el 23 de Marzo de 1991,oponiéndose a la reforma constitucional que otorgaba facultades al […]

Cristián Letelier
Cristián Letelier
Por

Jaime Guzmán Yt
“…La amenaza terrorista sigue vigente. La creencia de que el advenimiento de la plenitud democrática haría desistir a los terroristas de sus desquiciados afanes, se ha visto crudamente contradicha por los hechos…”dijo Jaime Guzmán, en el discurso ante el Congreso Nacional, el 23 de Marzo de 1991,oponiéndose a la reforma constitucional que otorgaba facultades al Presidente de la República para indultar terroristas. Para muchos, esas palabras fueron su condena de muerte. Transcurridos ya más de 23 años de su asesinato, y en la convicción que se ha ocultado la verdad en el esclarecimiento del hecho criminal, donde todos, salvo uno de los partícipes, se encuentran prófugos de la justicia, ya próximos a conocer el fallo del Ministro Sustanciador de la causa, han salido voceros de la izquierda chilena manifestando que el asesinato del Senador Guzmán no constituye un acto terrorista, sino que un crimen político, y como tal no es más que un homicidio, a lo más calificado, conforme al código penal.

¿Es así como ellos lo declaran? ¿Por qué ahora manifiestan estas opiniones? Responde esto a alguna estrategia para brindar más impunidad a los responsables materiales e inductores del mismo? Estas y otras interrogantes surgen cuando tan tardíamente dos importantes parlamentarios, uno socialista y el otro nada menos que jefe del comunismo chileno, afirman aquello.

Mirado desde la objetividad de la norma jurídica sobre la materia, claro que el asesinato de Jaime Guzmán fue un acto terrorista. Al respecto, y conforme al mandato de la Constitución Política, la cual en el artículo 9 señala que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos; que una ley de quorum calificado determinará las conductas terroristas y su penalidad, siendo ella la ley Nº 18.314,modificada por la ley Nº20.467en cuyo artículo 2 numeral 3º indica que constituyen delitos terroristas ”El atentado en contra de la vida o la integridad corporal del Jefe de Estado, o de otra autoridad política, judicial, militar, policial o religiosa….”aparece particularmente claro, conforme a los preceptos referidos, que el asesinato de un Senador de la República en la vía pública, a plena luz del día, es un acto terrorista. No cabe discusión sobre ello.

Desde la perspectiva de la doctrina, tanto nacional como extranjera, conducta terrorista lo constituye aquellas acciones tendientes a causar pavor en la población, en términos de producir justo temor de poder ser víctimas de los mismos delitos y aquellas que busquen crear un estado de alarma generalizada. Actualmente se discute que hechos son conductas de esa envergadura y cuales delitos comunes, originándose una discusión académica interesante. Conforme a lo anterior, el crimen de Guzmán también debe ser considerado un acto terrorista atendido que se buscó no sólo matar a una persona, que al momento de su muerte era el líder de la oposición, sino desestabilizar el inicio de la democracia. Si no hubiera sido por la racionalidad de los dirigentes políticos de la época y la serenidad de los amigos y partidarios de Jaime Guzmán, la sociedad chilena pudo entrar en un conflicto político serio y de graves consecuencias por la significación del personaje; estremece a quienes fuimos sus partidarios, observar que todavía a tantos años de su asesinato, la figura de Jaime Guzmán siga llenando páginas periodísticas, y a veces hasta importantes titulares de prensa.

En definitiva ,las expresiones de los diputados Schilling y Teillier son de suyo erróneas desde la perspectiva del derecho, pero a ellos les importa poco aquello, lo que realmente les preocupa es la suerte que corran sus camaradas, y por eso llama la atención que cuando se acerca el momento del fallo en el denominado Caso Guzmán, y se busca por la policía a los partícipes fugados, declaren públicamente su opinión tajante en una situación que de cara al país no les favorece, en todo caso será el Ministro Carroza quien en su sentencia dirá, sobre el asunto, la última palabra.

*Abogado y ex diputado UDI.

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