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26 de Noviembre de 2014

Feuc gremial: ¿Y ahora qué?

La Nueva Acción Universitaria durante seis años ha buscado que la Universidad Católica sea parte de estas transformaciones y que se vuelque hacia las necesidades del país. Con el último resultado electoral parece concluir una primera etapa y se empieza a vislumbrar otra que aún es difícil de definir. Un primer paso es aprender de la historia. Esperamos que esta breve reflexión como ex miembros del movimiento pueda ayudar.

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Los momentos difíciles son los que importan. Avanzar cuando el viento sopla a favor no tiene gracia. Estamos en un momento decisivo para la educación de nuestro país. Durante el último tiempo hemos discutido sobre el término del lucro, copago y selección, pero aún queda mucho para tener una educación justa.

La Nueva Acción Universitaria durante seis años ha buscado que la Universidad Católica sea parte de estas transformaciones y que se vuelque hacia las necesidades del país. Con el último resultado electoral parece concluir una primera etapa y se empieza a vislumbrar otra que aún es difícil de definir. Un primer paso es aprender de la historia. Esperamos que esta breve reflexión como ex miembros del movimiento pueda ayudar.

En los 60´ la Universidad Católica también vivió una serie de federaciones de estudiantes que buscaban que la UC fuera “para todos”, abierta y conectada con el país. Sin embargo, en 1969 la FEUC pasó a manos del gremialismo, movimiento creado en esta coyuntura para frenar el impulso transformador de la FEUC, volviéndose la UC en el principal bastión de la derecha conservadora, impulsando procesos de contrareforma. Finalmente, llegada la dictadura, la FEUC fue liderada por una docena de presidentes gremialistas designados y varios de ellos posteriormente se desempeñaron en cargos de importancia en la dictadura cívico-militar.

La NAU, inspirada por los aciertos del movimiento de los sesenta (y aprendiendo de sus errores), desde fines del 2008 ha logrado junto a la comunidad universitaria (y en alianzas con otros movimientos políticos) cambios profundos en la Universidad. Ejemplos de esto son avances en defensa de los derechos universitarios y en inclusión socioeconómica y cultural por nombrar solo un par. Sin embargo, quizás lo más reconocible, fue el cambio que generó al potenciar a la comunidad de la UC como un actor fundamental en los debates sobre el modelo educacional. Un cambio que fue particularmente notorio el 2011. Una de las universidades más elitizadas de Chile marchó en las calles del lado de los más necesitados: un momento culminante de un nuevo país que se gestaba.

El próximo año es un desafío que la NAU nunca tuvo que enfrentar: asimilar la derrota, aprender de ella y proyectarse en un nuevo ciclo que se nutra de los seis primeros años y sepa construir sobre ellos un movimiento más fuerte. La NAU tendrá la responsabilidad de asegurar que, en un año fundamental para la reforma a la educación superior, la FEUC no se margine y no sea un actor reactivo a los cambios que la ciudadanía ha planteado (como lo fue a fines de los 60), que no priorice los intereses de minorías privilegiadas frenando cualquier reforma.

Para lo anterior, se debe reconocer que la CONFECH es un espacio donde se presentan posturas de distintas realidades educacionales a lo largo del país y el gremialismo no puede pasar por sobre lo que entre todos se defina. Esto será complejo para el gremialismo ya que no utiliza la democracia para su toma de decisiones y cree en una democracia jerárquica. Es de esperar que en ese espacio planteen con honestidad las posturas que los estudiantes de la PUC democráticamente escojan. Siempre ha existido diversidad de posiciones políticas dentro del CONFECH, pero nunca a base de silenciar las problemáticas que el país está planteando. Es importante que el 2015 no sea la excepción.

El desafío no es pequeño, pero permite soñar con una UC que no vea truncado su proceso de apertura. Desde la distancia de ya no pertenecer a la NAU, tenemos toda la confianza de que los nuevos miembros estarán a la altura
Muchas veces las fuerzas de la apatía y el desinterés vencerán, pero nunca, jamás, convencerán. Vencerán porque tienen de su lado la fuerza de la inercia y el egoísmo, pero para convencer se requiere de mucho más. Tenemos la convicción de que, al final de este largo recorrido, en el que habrán caídas, avances y retrocesos, volverán a abrirse las puertas de nuestra universidad.

* Ex Presidente FEUC 2012
* Ex Presidente FEUC 2013

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