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Deportes

7 de Julio de 2015

Eduardo Rojas, autor de libro sobre “el loco”: “Bielsa se salió de la cancha y comenzó a transmitir valores”

Luego de un año de recuperar charlas, clases y esquemas, el periodista Eduardo Rojas logró reconstruir parte de la filosofía que el rosarino expuso en su paso por Chile. Su libro “Marcelo Bielsa - Los 11 caminos al gol”, uno de los más vendidos en la Feria del Libro de Buenos Aires, fue lanzado en Chile junto a Harold Mayne-Nicholls, Luis Bonini y Felipe Bianchi. En esta entrevista, devela parte de sus tácticas, sus roces con los dirigentes de los clubes y nos regala un extracto de una conferencia de Bielsa donde habla sobre la disciplina de los jugadores.

Pablo Álvarez
Pablo Álvarez
Por
Marcelo Bielsa

“Me hacía la ilusión de que acá estuviera la NASA. Y no está la NASA”. Algunos se tomaron esta ironía de Claudio Borghi, al llegar a Juan Pinto Durán a reemplazar a Marcelo Bielsa, como una simple broma, pero para Eduardo Rojas la frase lo desafió.

Estaba seguro de que, si bien Bielsa se había llevado bolsos y cajas con información, había dejado una identidad y un cambio profundo en el fútbol chileno. Por eso se planteó el objetivo de “buscar la NASA”. Empezó a preguntar por todos lados y a encontrarse con un muro. “Con Bielsa todo es prohibido, en sus charlas no admitía ningún tipo de grabación y en los lugares públicos se ganaba la complicidad de todos”, dice Rojas. De a poco fue logrando acceder al material, hasta que, luego de un año de recopilar y analizar charlas, clases, conferencias y esquemas, lo organizó en los 11 capítulos del libro.

Durante su carrera bautizó a jugadores como el “Cóndor” Rojas o el “Pillo” Vera, fue dirigente de clubes mexicanos como el León, Tigres y Querétaro y luego gerente de competiciones de la ANFP presidida por Harold Mayne-Nicholls, donde organizó la Copa del Mundo Femenina Sub 20 en 2008. A pesar de que puede hablar con mucha autoridad sobre fútbol, Eduardo Rojas en su propio libro simplemente se limita a aportar datos inéditos a través de notas cortas. El resto es todo Bielsa, ocupando el fútbol como una excusa para enseñar su forma de ver la vida.

No es una biografía ni un anecdotario, ¿por qué decidiste que hablara él a lo largo del libro?
Ante la duda de qué era lo que había dejado, me pareció que lo más correcto era que él hablara en primera persona y así quedara un piso para empezar a discutir. En mis notas jamás ocupo un adjetivo ni lo defiendo. Es Bielsa todo el tiempo. Además, él siempre quiso que sus ideas se reflejaran tal como él las manifestaba. Decía “a mí me dan miedo ustedes los periodistas, que con tres palabras quieren exponer lo que yo digo, que me cuesta una barbaridad”.

En tu tiempo en la ANFP te tocó hasta exponer con él, ¿qué recuerdas de sus conferencias?
Era un elaborador de contenidos, se salió de lo que era la cancha y comenzó a transmitir valores. No daba entrevistas cara a cara, sino que a todos a través de un solo micrófono. Así evitaba menospreciar a un reportero de provincia o a alguien que no tuviera buena tribuna. En lo personal siempre me quedaba a verlo, porque después de las preguntas se quedaba hablando de la vida. Pero el auditorio para ese entonces ya estaba casi vacío, ya que los periodistas no tenían el tiempo para escucharlo y se iban con el ‘juega o no juega Suazo’.

LO TÁCTICO

Cuando Rojas empezó a recopilar material para su libro, Harold Mayne-Nicholls le regaló 58 videos de los partidos de Bielsa con la selección. Un día se dio cuenta de que una de las carátulas estaba fuera de lugar. Al sacarla descubrió que en ella estaban escritos los esquemas, el clima, el árbitro, cómo se mezclaban las formaciones y qué determinaba cada cambio.

¿Qué conclusiones se sacan con ese material?
Que se equivocan los analistas deportivos que dicen que Bielsa era tozudo y no cambiaba su 3-3-1-3. Los tres de arriba y el enganche se mantenían aunque le expulsaran a alguien, pero abajo cambiaba y mucho. También me di cuenta que los amistosos eran para enseñarle a sus jugadores otros sistemas, ya que los mantenía todo el partido. El “falso 9” que le aplauden a Sampaoli, Bielsa ya lo había probado con Valdivia en al menos dos amistosos. Pero a él lo criticaron, al igual que con otras decisiones.

Jorge Valdivia 1 A1

Pero es que la gente es de armar formaciones como en el Play.
Claro. Hay un pasaje en el libro en el que Bielsa habla de cómo la prensa le sugería llamar a Héctor Mancilla y jugar con Matías y Valdivia juntos. Con ambas posturas quedaban esos tres, Suazo, Sánchez, Mark González y el arquero. Un contención y ahí te quedaban tres para defender.

BIELSA NOS ELIGIÓ

“No todos los caminos son buenos, normalmente muchos son malos, por lo cual las soluciones tienen que ser perfectibles, pero tienen que ser coincidentes con lo que uno siente, con los valores que uno eligió para vivir”, dice Bielsa, quien agrega que la gente no debería escucharlo porque circunstancialmente ganó, sino por lo que propuso.

¿Y Bielsa eligió su camino?
Ahí hay una gran pregunta: ¿Harold eligió a Bielsa o Bielsa nos eligió a nosotros? Cuando Harold va a verlo, y esto muy pocas personas lo saben, él le pregunta: ¿Por qué usted me quiere llevar? Para que el pueblo chileno se sienta identificado. ¿Y el Mundial? No, no le estoy pidiendo eso. En ese momento, Bielsa dice: ¿Me espera un momentito? Va a un cuarto y trae unas 500 hojas en las que estaban todos los jugadores chilenos, campeonato nacional y selección, cómo los integraron y porqué los expulsaron y los sistemas de juego de entrenadores. Bielsa yo creo que ya había dicho que sí, nada más quería ver el grado de compromiso que tenía Harold. Ni siquiera hablaron de plata.

bielsaOKEY


Tenía claro lo que quería, entonces.
Claro, aquí tiene buenos jugadores y todo para trabajar. Después se va a Bilbao, donde todos son vascos y voy a ir contra toda España a luchar. Luego en Marsella hace lo propio. Hace un tiempo me dijeron que Bielsa probablemente se iba al West Ham. “Seguro que es de un barrio obrero”, dije yo. Y un amigo se mete a Internet y lo confirma. Claro, no voy a ser yo quien le va a dar un sello político a sus pensamientos, pero se ve que debe tener simpatía hacia el obrero, hacia los pobres.

EL MARCELO POLÍTICO

Luego del escándalo de la FIFA y los supuestos sobornos a la ANFP, se han recordado las palabras de Marcelo Bielsa al renunciar.
Es que en ese momento era la primera vez que veíamos a un entrenador con una postura frente a una problemática que nos golpeaba a todos. Harold le pidió: No me defienda Marcelo. Y él dice que no, que cuando estuvo en Argentina tendría que haber defendido al presidente de un club y no lo defendió. ¿Bielsa fue contra el sistema? no. Les dijo que estos eran corruptos, que con ellos no podía trabajar. Estos son los que nos quitaron el fútbol, la alegría y ponían la foto de Piñera en los medios. Al final quedó una sensación de alcance político: el gobierno lo sacó, la derecha lo sacó. Nadie pudo arrancar esa creencia en la gente.

Saludo-Piñera-Bielsa

Con Piñera tuvo el recordado episodio del saludo.
Pero esa acción, que la encuentro muy inapropiada, donde le da la mano con displicencia proviene de otra situación. Cuando Piñera va a Juan Pinto Durán se dirige a todo el plantel y los llama como el “loco” Bielsa, el “poeta” Orellana, el “palmatoria” Beausejour, cuando son apodos muy despreciativos. Tú no le puedes decir a un tipo porque es negro, palmatoria. Y poeta no viene precisamente de un escritor, entonces también es una cuestión bien agresiva. Y por eso cuando va a La Moneda pasa de largo. Tampoco saluda a Ruiz Tagle, señalado por todos como el hombre que fue a Sudáfrica a hacer campaña para sacar a Bielsa. Él lo ha negado, pero los que estuvieron en Sudáfrica dicen que sí intervino. No era una acción solo de sacar a Harold, era si saco a Harold se va Bielsa.

¿Recuerdas otros desencuentros de los dirigentes de clubes con Bielsa?
Una vez él quiso impartir junto a nosotros una primera maestría, para enseñarle a los clubes su metodología para trabajar. Duraba un mes y tenía un costo de 1 millón 800 mil pesos, que podían pagarse en nueve cuotas e iría destinado a la construcción del complejo que Bielsa quería para selecciones menores. Me creerás que, de 32 invitaciones, solo 8 equipos respondieron. Cuatro de Primera División y cuatro de Segunda. Equipos como Católica mostraron disposición y Juan Gutiérrez, en ese tiempo en Wanderers, incluso me dijo “si yo tengo que pagar de mi propio bolsillo lo haré para asistir”. Pero, por ejemplo, en Colo Colo respondieron que no tenían plata. Fue una muestra de desidia y desprecio al aprendizaje. Bielsa me llamaba para preguntarme cómo iba y me daba vergüenza decirle que no había quórum.

DISCIPLINA

¿Cómo evalúas los últimos hechos ocurridos con Jara y Vidal?
En lo valórico se está dando un mensaje equivocado. Sampaoli no condena a Jara, sino que se excusa con que siempre pasó esto, lo que es verdad, pero hay que decir que ésas eran conductas antideportivas y condenarlas. En el tema de Vidal, hubo un cambio de valores y se privilegió un probable éxito en la Copa. Es decir, no importa lo que hagan, lo importante es ganar. Bielsa siempre trató que sus mensajes fueran coherentes y claros con respecto al juego limpio, que no le mostraran amarillas y tuvieran buen comportamiento.

¿Cómo trataba Bielsa el tema de la disciplina?
Él decía que a lo largo de sus años le puso cada vez más artículos a una especie de Código de Disciplina que tenía. Llegó un momento en que éste tenía tantas páginas que al final dijo: “No, hay ciertas conductas que hay que mantener y, bajo ellas, o te portas bien o mal”. En Chile sentó esas bases en un decálogo, cuyo artículo más decidor era “bajo ninguna circunstancia está permitido el consumo de alcohol”. A mí es el punto que más me sorprende y dice relación con los episodios que se habían vivido anteriormente dentro de la selección.

Algunos le critican que no haya condenado a Estrada cuando fue detenido por conducir ebrio.
Claro pero hay que hacer la salvedad de que no estaba concentrado. Pero Bielsa le había advertido a todos los jugadores que tuvieran un comportamiento ejemplar. Al final, creyó más en el jugador cuando le explicó, pero era muy severo si alguien le mentía.

La responsabilidad de los mejores

“Qué significa ser el mejor jugador. Un comportamiento define al peor y al mejor. Esto no tiene que ver con casualidades o con tener un buen día. Propongo constancia; ante el infortunio, no abandonar lo intentado; cuidar a los más débiles, y valentía bien entendida. No permito que se deje de luchar.

Uno tiene que estar dispuesto siempre a sacrificar al jugador más importante. Claro que hay jugadores que son mucho más importantes que el resto, pero si uno remarca eso, el colectivo se derrumba. No hay que atacar la vanidad de los futbolistas, hay que manejarla. Si alguien la ataca, está profundamente equivocado.

El mejor es el que reclama derechos especiales que lo ubiquen por encima del resto de los componentes del grupo. Eso es una constante. Cuando se vaya el que reclamaba esos derechos, aparecerá uno que hasta ese momento no los demandaba, pero, como ve el sitio vacío, aspira a él. Esa es una de las principales dificultades que enfrentamos aquellos que conducimos a seres humanos en un aspecto en particular.

Yo uso el ejemplo del cuerpo humano y los órganos. Si alguno de los órganos reclamara la totalidad de la sangre para él, tal vez obtendría una salud excesiva a costa de la ineficacia de todo el cuerpo. De qué valdría ser sano en un cuerpo ineficiente o en un cuerpo muerto. Esa idea es la que uno trata de inculcar: la necesidad de ser parte de un todo y entender al resto como indispensable para el funcionamiento.

Los entrenadores sostenemos un gran combate externo con la forma en que los medios de comunicación intervienen para elevar a uno de los jugadores a la categoría del mejor de todos. Aquí la lucha es mayor, porque pareciera que el mejor es aquel que tiene derecho a reclamar excepciones y a eludir las obligaciones, dado que ofrece a cambio la resolución de los aspectos más difíciles del juego. Y este jugador dice: ‘Yo que convierto, yo que soy el que da el último pase, yo que soy el mejor, necesito licencias, merezco diferencias”. Y junto con eso, todo lo que está alrededor parece indicarme que es verdad, que por ser el mejor necesita ser recompensado con menos obligaciones y con más derechos. Lo primero que hay que entender es que solamente puede reclamar el ejercicio de su derecho dentro de un grupo aquel que haya cumplido con sus obligaciones. Si no se entiende eso, es imposible seguir adelante.

Todas las tareas que tiene el juego son importantes, porque si no articulamos todas las tareas no hay funcionamiento colectivo. Sin embargo, hay labores que son determinantes. Entonces, aquellos que deciden, que son los distintos, esos son los que más obligaciones tienen, porque su condición superior los obliga respecto del resto, no los exime” – Marcelo Bielsa.

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