El sacerdote fue el primero en escuchar a James Hamilton, una de las víctimas del expárroco de la iglesia El Bosque. También el primero en denunciar los hechos a Ricardo Ezzati, quien se los trasmitiría al entonces Arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz. Solo dos años después, por boca del propio Hamilton, se enteró que la iglesia no había hecho nada y que se habían escuchado versiones de cercanos a Karadima para restar credibilidad a la denuncia. Cowley: ” Yo en ese momento monté en cólera, me molesté seriamente”, reveló en su testimonio ante el ministro que lleva la demanda de las víctimas en contra del Arzobispado por $ 450 millones.
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