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Opinión

31 de Agosto de 2016

Columna: #NuevaDemocracia

La unidad política, con la necesaria construcción de movimientos y partidos nuevos junto con la construcción de un frente anti neoliberal y democrático, se torna una tarea urgente. Sin apuros cortoplacistas, ni sólo por las coyunturas electorales, sino que por un nuevo proyecto que pueda asegurar un cambio en el escenario nacional y el comienzo de un nuevo periodo de avances democráticos y sociales para las grandes mayorías.

Cristián Cuevas
Cristián Cuevas
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marcha8

Los partidos políticos que lideraron la transición se transformaron en carteles de corrupción, preocupados del cuoteo y la distribución de cargos públicos y no de la defensa de los intereses y deseos de quienes representan. Durante 26 años el duopolio gobernó con un consenso básico: mantener y profundizar el supuesto exitoso modelo chileno y sus dos pilares; el Estado subsidiario y la democracia restringida.

Nos quitaron nuestros derechos sociales, transándolos en el mercado, y se nos hizo creer que la política era asunto sólo de políticos. Nos encerramos en nosotros mismos y durante el proceso nos apoderó el miedo: a los otros, a no poder costear la enfermedad de un ser querido, a no poder dar educación digna a nuestros hijos.

Pero algo cambió profundamente en Chile. Diversos movimientos sociales en todo el país se organizaron para decir ¡basta! ¡No queremos que nuestras vidas sean negocios que engorden los bolsillos de unos pocos! Estudiantes, docentes, trabajadores y trabajadoras, pueblos originarios, pobladores y pobladoras, ambientalistas, activistas de la diversidad sexual, feministas, hombres y mujeres, han desplegado enormes esfuerzos por construir un Chile radicalmente distinto.

En definitiva, han sido los movimientos sociales, y no los partidos políticos del duopolio, quienes han representado los intereses y demandas de las mayorías sencillas. El malestar social y la desafección política prueban que la derecha y la Nueva Mayoría no nos representan. Quienes se beneficiaron y se siguen beneficiando con el orden que construyeron, no quieren cambiarlo y no van a poder ofrecernos respuestas.

Por eso, la tarea de las fuerzas transformadoras, los movimientos sociales y la ciudadanía descontenta debe ser la construcción de un proyecto de cambios radicales, que rompa el consenso de las fuerzas del orden, haga de la política patrimonio de todos y todas y recupere los derechos sociales que nos pertenecen. Un proyecto enraizado en la sociedad pero con una expresión política que sea capaz de articular diversos esfuerzos y demandas.

A construir y fortalecer ese proyecto nos hemos dedicado durante el último año, y el resultado ha sido Nueva Democracia: con un propósito colectivo, transformador, social y amplio en sus expresiones, donde nos hemos reconocido y enriquecido con distintas experiencias, generaciones y trayectorias.

Sabemos que en la titánica tarea de cambiar Chile no estamos ni podremos hacerlo solos, por lo que junto con la construcción de nuestra propia fuerza partidaria, valoramos los esfuerzos que han surgido al calor de la movilización, y que con sus diferencias, buscan ampliar la política y romper el neoliberalismo. Fuerzas, que para nosotros más que un impulso de nuevas generaciones, son la confluencia de diversos actores, sectores, diversidad de anhelos y formas de construcción con acumulación de luchas que vienen dándose a lo largo de los años y, por tanto, que permite el encuentro generacional y político social. Finalmente, demuestran el cambio de escenario que estamos enfrentando y lo esperanzador de los próximos años.

La unidad política, con la necesaria construcción de movimientos y partidos nuevos junto con la construcción de un frente anti neoliberal y democrático, se torna una tarea urgente. Sin apuros cortoplacistas, ni sólo por las coyunturas electorales, sino que por un nuevo proyecto que pueda asegurar un cambio en el escenario nacional y el comienzo de un nuevo periodo de avances democráticos y sociales para las grandes mayorías.

*Cristián Cuevas es ex líder sindical y director de Fundación Emerge

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