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Nacional

2 de Diciembre de 2016

Juegos de niños con animales indigna a socios del Club de Polo

El domingo 27 de noviembre el Club de Polo celebró la semifinal de la Copa San Cristóbal. Al evento solo podían asistir socios, junto a sus familias, a un picnic masivo en la cancha y almuerzo en las terrazas. Para algunos la tarde no terminó bien, cuando comprobaron que dentro de las actividades programadas para los niños se encontraba domar animales, ofreciendo 15 mil pesos de premio al ganador.

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Hace más de diez años que el Club de Polo y Equitación en Vitacura celebra la semifinal de la copa San Cristóbal con un gran picnic al aire libre. Al evento asisten más de quinientas personas, todos socios y en familia, que se instalan sobre el pasto de la cancha o en las terrazas. Pero este año, el tradicional panorama no terminó bien para algunas familias.

A las dos de la tarde, mientras los asistentes almorzaban, los organizadores del evento llamaron por parlantes a todos los niños, entre cinco y doce años, para formar parte de la gymkana en la cancha N°1.

Un juego típico, previo al partido de polo, en donde los participantes pueden obtener dinero por demostrar sus proezas campestres y en donde quienes logren pillar a la gallina, al chancho y domar al novillo, podrán ganar quince mil pesos.

El chancho y la gallina fueron liberados del camión donde venían y comenzaron a correr entre los niños y los padres que gritaban animando la competencia. “Nosotros estábamos almorzando en la terraza, cuando veo que vienen los niños angustiados, llorando porque el animal estaba sangrando”, cuenta uno de los asistentes.

El juego siguió su curso normal hasta que trajeron a la vaca con su novillo. La tarea ahora era domar al ternero subiéndose arriba del lomo hasta que el jinete se cayera. Quien más tiempo durara sobre el animal, ganaba el dinero prometido en la página web del club.

De acuerdo al relato de los asistentes, la vaca no quiso mantenerse en pie y se echó sobre el pasto, para incorporarla quienes traían los animales comenzaron a darle golpes con los pies hasta que se parara nuevamente. Ante la escena algunos de los niños presentes se asustaron y decidieron dejar de participar.

Tradición v/s sensibilización

El Club de Polo San Cristóbal fue construido hace setenta años en la avenida San Josemaría Escrivá de Balaguer, en la comuna de Vitacura. Es uno de los clubes más exclusivos de la capital y sus socios se consideran parte de una misma familia.

Es habitual que durante el año se junten a celebrar en eventos privados las fechas más importantes del polo y la mayoría de sus miembros está ligado a la equitación o al rodeo. Por esta razón, quienes denuncian esta situación de maltrato animal, manifiestan preocupación por la normalización de la violencia y la transmisión de estas conductas a los niños que asisten a estas actividades normalmente.

-Es entendible que existan tradiciones que lleven años, pero no es obligación nuestra mantenerlas. Es bueno que se haga una crítica contra este tipo de actividades y se rechacen porque incitan a la violencia, enseñan a los niños a ser indolentes con un ser que no se puede defender y se les insensibiliza al dolor- explica Alexis Castillo, presidente de la Fundación Equipo de Defensa y Rescate Animal, EDRA.

El juego con los animales no tuvo éxito este año. La gallina se metió entre las patas de los caballos para escapar de los niños que la perseguían. El público asegura que en el intento por refugiarse perdió varias de sus plumas. Mientras que el chancho comenzó a gritar tan fuerte que tuvieron que devolverlo al camión.

Desde la organización del club desmienten cualquier acto de maltrato animal y hacen énfasis en que durante todas las actividades realizadas durante el fin de semana estuvo presente un equipo de médicos veterinarios.

Además señalan que los animales usados en la gymkana no sufrieron daños físicos y que los chillidos corresponderían a una conducta normal de un animal amurrado que no quería correr, pero que en ningún caso corresponderían a señales de tortura.

María Elsa Mouat, coordinadora de la rama deportiva del club, cuenta que ese día llamaron al gerente haciendo una denuncia anónima por maltrato. “Nos dijeron que el chancho estaba sangrando, que la gallina estaba sin plumas y es absolutamente mentira. Nos pasaríamos de enfermos mentales si trabajamos con animales todo el año”, dice.

Quienes realizaron la denuncia, se retiraron con sus familias del lugar antes que empezara la exhibición de caballos y la carrera de galgos. “Estas actividades no aportan en la formación de los niños, es totalmente incivilizado llevar animales para que sufran”, alegan algunos asistentes.

-Nunca nos habían contado sobre este tipo de situaciones en este club, nos sorprende que en un mismo lugar se concentren tantos tipos de violencia: domar caballos, la gymkana y la carrera de galgos. Definitivamente lo vamos a investigar y nos parece una señal positiva que la molestia nazca de los mismos miembros- remata Alexis Castillo, presidente de EDRA.

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