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Cine

17 de Febrero de 2017

Directora chilena desnuda las historias íntimas de un night club de transexuales

La realizadora chilena Camila José Donoso opta hoy a un Teddy, premio que distingue el cine de contenido homosexual, y mañana a la mejor ópera prima en la Berlinale con su “Casa Roshell”, una “transficción” que se sumerge en el mundo de la transexualidad sin necesidad de caer en lo “grotesco”. Donoso llegó al Club […]

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La realizadora chilena Camila José Donoso opta hoy a un Teddy, premio que distingue el cine de contenido homosexual, y mañana a la mejor ópera prima en la Berlinale con su “Casa Roshell”, una “transficción” que se sumerge en el mundo de la transexualidad sin necesidad de caer en lo “grotesco”.

Donoso llegó al Club Roshell, que se encuentra en ciudad de México, a través de una amiga transexual, explica la cineasta en entrevista con Efe.

En seguida tuvo “muy buena conexión” con Roshell Terranova, actriz y activista que desde 2004 administra este espacio privado que fundó “por la necesidad de unas personas de querer vestirse (de mujer) y no tener o no poder hacerlo en otro lugar por miedo a que sus familias se enterasen, por miedo a que les pasase algo”.

Normalmente son “personas que tienen una vida familiar heterosexual predominante en su día a día, con mujeres que jamás van a entender tener a un marido travesti”, señala la cineasta.

Donoso frecuento el club mientras vivió una temporada en Ciudad de México y en cierta manera empezó a formar parte del mismo, porque “cuando uno comienza a ir, es como meterse en un círculo demasiado íntimo, porque la gente que va es siempre la misma, los mismos días de la semana, a la misma hora”, señala.

Todo allí “tenía algo como de ritual” que le gustó y le hizo plantearse un proyecto que comenzó como una “investigación sonora primero y también visual, obviamente” que acabó por convertirse en un filme del género “transficción”, porque “tampoco es una ficción pura” al tener “otras metodologías de trabajo”.

“Me interesa un cine fuera del ‘mainstream’, fuera de los rostros y también fuera de las delimitaciones tan estructuradas entre lo que es documental y lo que es ficción”, precisa Donoso.

Estas “investigaciones” consistieron principalmente en las conversaciones que tenían lugar en el club y que durante seis meses tres de las protagonistas del filme -Rosell, Liliana Alba y Lia Garcia- fueron grabando con sus celulares y otros dispositivos.

Sobre esta base, la realizadora escribió su guión para “Casa Roshell”, en el que más de veinte protagonistas se interpretan a sí mismos, aunque “no hay una metodología documental”.

“Actúan, están interpretando diálogos, están trabajando además en las metodologías de la ficción, y hay mucho trabajo de puesta en escena y de puesta en cámara”, subraya la directora, que afirma que en ese sentido ella “jamás fue a documentar el lugar”.

Según Donoso, “el mismo hecho de estar en el club es una performance , es una ficción, es un lugar donde uno juega y performa o ficciona una realidad que no vive fuera de ese lugar”.

La cinta, una coproducción mexicano-chilena, muestra con detalle y sin caer en lo extravagante o lo ridículo, ese proceso de transformación, como se visten, se maquillan e incluso como aprenden a travestirse con talleres que se imparten en el club.

“Ahí hay una postura también antiexotizante y el mismo vínculo con ellas, mi amistad con ellas, que es real, hace que la conexión genere algo que está fuera totalmente de los clichés o los lugares comunes acerca de lo travesti” y que “se escapa de todo ese imaginario grotesco incluso”, explica la realizadora.

Donoso cree que a todas les gustaría poder travestirse sin tener que esconderse, pero también “hay una cosa de ritual”, de “ir solo, a las cinco de la tarde, demorarse dos horas en vestirse” y después estar en el club y “que te traten bien”, de “cumplir esa fantasía por una noche, tener la capacidad de ficcionar tu género una noche”.

“Normalmente cuando una va a un club travesti sabe que la van a molestar, que posiblemente la van a bulear un poco. En cambio, Roshell tiene otra forma de ser donde es al revés”, explica Donoso.

Ahí todas se siente cómodas y saben que aunque estén aprendiendo a travestirse, nadie se va a burlar, al contrario, y estas “relaciones comunitarias afectivas, de resistencia también, porque hay un exterior demasiado diferente”, sobre todo en Latinoamérica, le parecían “muy interesantes”, subraya.

Donoso se reconoce “feminista de hace muchos años”, con un interés obvio en “trabajar el tema trans desde una visión política” -no desde lo grande, “sino desde lo micropolítico”-, que no tiene que ver con demandar solamente leyes, sino que tiene que ver más con otras sensibilidades”.

El filme, que se ha exhibido en tres ocasiones en la Berlinale dentro de la sección Forum, dedicada al cine experimental, ha tenido según Donoso “muy buena recepción”, con salas llenísimas y mesas redondas tras ver el film largísismos, porque, dice, anda con las chicas -está acompañada de Roshell, Liliana y Diego Alberico- y eso es como “seguir la película en el escenario”.

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